“En los últimos tres años, incorporamos un tambo robotizado en la colonia rural Galisteo, que nos permitió modernizar y profundizar en la lechería, un sector que teníamos bastante atrasado", comentó Facundo Barra, responsable del área veterinaria del establecimiento, dedicado a la lechería y a la agricultura sobre 820 hectáreas en la localidad de Ataliva, a 30 kilómetros de Rafaela.
En sus inicios, la empresa combinaba la producción de carne vacuna con la lechería y la agricultura. Sin embargo, con el tiempo, decidió abandonar la actividad ganadera para enfocarse en la lechería y la agricultura. En los últimos años, la familia también planteó la posibilidad de terminar con la lechería, ante las dificultades de hacer mejoras en las instalaciones antiguas. El tambo convencional, construido en 1994, contaba con una fosa con 16 bajadas y una pista de alimentación que estaban en malas condiciones, y si bien en su momento se habían incluido algunas tecnologías para apuntalarlo, éstas ya habían quedado obsoletas.
“En un primer momento evaluamos si continuar o no con la actividad lechera. Pero decidimos seguir con el tambo, ya que nos parecía importante para la empresa”, recordó Barra. Hoy la firma tiene una historia de tres generaciones en el negocio, y planea seguir creciendo, incorporando más animales y tecnología para aumentar la producción. El rodeo total del tambo asciende a unas 220 vacas Holando Argentino, con perspectivas de crecer a 300 vacas en ordeñe durante 2025, cuando también podrían sumar un quinto robot. "Estamos trabajando fuertemente en la parte reproductiva, en la crianza de terneras y en la incorporación de vaquillonas compradas", señaló.
Tambo robot: mejorar en la leche
Barra destacó que la decisión de modernizar el tambo no fue sencilla: "Llevó tiempo procesarla, pero el deterioro de las instalaciones no nos permitía trabajar como queríamos. Entonces fuimos a ver los robots y empezamos a debatir la posibilidad de incorporar esa tecnología". El tema atrajo especialmente a la nueva generación, pero los padres acompañaron la iniciativa, para dar continuidad a la empresa familiar.
Tras tomar la decisión de hacer las inversiones en innovación, se trabajó en el diseño del establecimiento y se obtuvo financiamiento bancario para adquirir el paquete tecnológico, que incluía los robots y los collares electrónicos. "Con recursos propios, avanzamos en las obras de infraestructura, como el tinglado, los bretes, los vallados y la electricidad", detalló Barra.
El proceso de transformación comenzó en 2021. "El desarrollo y la construcción del proyecto demandaron un año, y en julio de 2022 empezamos a ordeñar a nuestras vacas con tres robots de la marca Lely, utilizando un sistema de ordeño voluntario y automatizado con collares electrónicos", explicó, y detalló que, a diferencia de los planteos confinados, en la cuenca central de Santa Fe predominan los sistemas con esquemas mixtos, pastoriles y con suplementación estratégica, como el de su empresa.
El proceso de transición entre el sistema antiguo y el nuevo demandó otros tres o cuatro meses. "Tuvimos que entrenar a las vacas para que perdieran el miedo a las máquinas y aprendieran a pasar por el robot. También capacitamos a nuestros empleados y a nosotros mismos para entender la tecnología", explicó. "En este sistema, la vaca viene a ordeñarse sola, a voluntad. Maneja sus tiempos, se ordeña y come según sus necesidades. Las personas intervienen lo menos posible en la rutina de los animales. Solo ofrecemos las condiciones para que produzcan", añadió.
Este proyecto no solo modernizó el tambo, sino que también revitalizó el ánimo familiar. "Mi hermano Martín (de 31 años de edad), licenciado en Administración Rural, que no estaba participando en la empresa, se sumó y hoy está a cargo del tambo", dijo. "Mis abuelos maternos iniciaron el negocio. Luego, mis padres tomaron la posta e incorporaron a sus hijos, que somos la tercera generación. Somos cinco hermanos, con edades entre 25 y 37 años. Los cuatro varones ya estamos trabajando en la empresa, y estamos en proceso de incorporar a mi hermana, que es contadora", agregó.
La tecnología también ayudó a mejorar la calidad de vida de las personas. "Actualmente, cuatro empleados realizan todas las tareas, desde el manejo en el robot hasta el cuidado de las vacas secas, el preparto y la crianza de los terneros. No se perdieron puestos de trabajo, sino que se modificó la forma de hacer las cosas. Ahora tienen horarios fijos, pueden dormir toda la noche y no deben ir buscar a las vacas, ya que se mueven solas", informó.
Más productividad y calidad
Hoy la empresa incorporó un cuarto robot. Cada uno de estos equipos, que puede ordeñar entre 60 y 65 animales por día, provocó mejoras en aspectos clave. "Aumentamos el bienestar animal y la salud de las vacas, redujimos la mortandad de vacas adultas y mejoramos los índices reproductivos. También incrementamos la producción individual en un 20%. Pasamos de un promedio de 25 litros por vaca a 30 litros en el primer año. En 2024, cerramos con 31 litros diarios en promedio anual. Los picos de producción alcanzan los 7800 litros en los mejores meses, mientras que en verano se mantuvieron en 5000 litros", detalló Barra.
La clave del éxito radica en la tecnología. "El sistema voluntario permite una mayor frecuencia de ordeñe. En promedio, ahora las vacas se ordeñan entre 2,4 y 2,5 veces por día, frente a las dos veces del sistema tradicional. Algunas vacas reciben tres o incluso cuatro ordeñes diarios", explicó. Además, el sistema permite una alimentación individualizada. "Un software dosifica la comida según las necesidades de cada animal. Una vaca de alta producción, con pocos días de lactancia, consume más alimento concentrado que una vaca próxima al secado", ejemplificó.
El sistema se completa con collares electrónicos que monitorean parámetros como rumia, ingesta, actividad diaria de la vaca y hasta jadeo por estrés calórico, mientras el software recibe los datos de los collares e información que los usuarios brindan al sistema, como los días de lactancia que está transcurriendo la vaca. "Hoy manejamos un gran volumen de información. Lo importante es utilizarla para tomar decisiones. Para ello, tuvimos que capacitarnos nosotros y nuestro personal", señaló.
Además de la producción, también mejoró la calidad de la leche. "Logramos una reducción en el contenido de células somáticas y en la incidencia y gravedad de los casos de mastitis, entre otros aspectos. Esto nos permitió negociar un mejor precio con la usina", afirmó.
Alimentación propia
En el área agrícola, la empresa siembra anualmente 400 hectáreas de soja, 200 de maíz y 200 de trigo. Todo el maíz, además de una producción de alfalfa, se destinan a la alimentación de las vacas en el tambo. "Producimos nuestro propio alimento para la lechería, tanto grano como silaje", explicó Barra, y señaló que los cultivos de soja y trigo se comercializan como commodities.
Para el manejo de los cultivos agrícolas, la empresa cuenta con maquinaria moderna, incluyendo una sembradora neumática equipada con monitores de siembra y piloto automático. Los rendimientos promedios zonales pueden alcanzar entre 3000 a 4000 kg por hectárea en soja, 3500 kg en trigo y entre 6000 y 8000 kg en maíz. Sin embargo, Barra aclaró que "puede haber mucha variación año a año por cuestiones climáticas”.
El ciclo anterior presentó desafíos significativos debido a la presencia de la chicharrita, que causó considerables pérdidas en los cultivos de maíz. "Este año, las previsiones eran más favorables, por lo que decidimos sembrar 100% maíz y no incluimos sorgo en la rotación", detalló el productor. Además, destacó que la campaña actual transcurre de manera positiva gracias a las lluvias recibidas desde diciembre. "Los maíces están en excelente estado, con un desarrollo óptimo. Estamos por comenzar el picado y aspiramos a lograr un rendimiento de 10 metros de bolsa por hectárea", agregó.
Competitividad
Barra estima que la inversión en el sistema de ordeñe robotizado se recupera en un plazo de cinco años. Este retorno está directamente relacionado con los resultados productivos obtenidos, como el aumento en la producción individual, una mayor tasa de preñez, la mejora en el bienestar animal y la reducción de la mortandad. "La recuperación de la inversión depende de estos factores, que han mejorado significativamente desde la implementación de la tecnología", explicó.
El empresario aseguró que la dinámica de la empresa cambió radicalmente con la puesta en marcha de las nuevas tecnologías. "Nuestra lechería era ineficiente y hoy compite fuertemente con la agricultura", afirmó. Lo cierto es que el tambo cobró una mayor relevancia dentro de la empresa: "Para nosotros, la lechería ha sido más importante que la agricultura en este período, algo que no ocurría antes. Históricamente, siempre fue al revés", señaló.
"Hoy vemos la lechería de otra manera. De hecho, tenemos planificado ampliar el rodeo y estamos gestionando la compra de un quinto robot. De alguna manera, esto representa una revancha para la lechería, debido a que nos permite competir nuevamente", opinó.
Integración al Movimiento CREA
La empresa Santa María Ataliva forma parte del CREA Sunchales desde hace dos años, cuando se fundó este nuevo grupo. "Somos una firma joven dentro del Movimiento CREA. Aunque mi abuelo participó activamente en los grupos CREA años atrás, hubo una generación en el medio que se alejó. Ahora, con mi hermano y toda la familia, decidimos retomar esta participación", explicó Barra.
El grupo CREA Sunchales se fundó con siete empresarios de la región, entre tamberos, agricultores y productores mixtos, con el objetivo de compartir conocimientos y experiencias. "Al inicio, fuimos apadrinados por el CREA Rafaela, que tiene una larga trayectoria. Ellos nos acompañaron en las reuniones durante el primer año. Al año siguiente, comenzamos a funcionar como un grupo independiente", detalló.
Esta experiencia fue muy positiva para la empresa. "Estamos muy contentos. El intercambio con otros productores y las visitas del asesor a nuestro establecimiento nos han aportado mucho. Nos impulsó a trabajar en aspectos que antes no teníamos en cuenta, y eso nos ha dado buenos resultados", concluyó.