El CREA Biogás, integrado por trece empresas de cuatro provincias, participó en el Primer Simposio Internacional de Biogás que se llevó a cabo esta semana en la Sociedad Rural de Río Cuarto (Córdoba).
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El panel “Plantas de biodigestión anaeróbica: estado del arte y casos de éxito”, coordinado por Gerardo Manhard de la firma Dreicon, contó con los testimonios de Lisandro Peirone, gerente de operaciones de la planta de biogás del Grupo María Elena, que se encuentra localizado en el partido bonaerense de Gral. Villegas y forma parte de los grupos CREA América (región Oeste Arenoso) y Biogás (grupos sin fronteras).
“En el segundo año de contrato con Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.) logramos una inyección del 90% de la energía mínima comprometida; se trata de una cifra que representa el 17% del consumo hogareño de todo el partido de Gral. Villegas”, explicó Lisandro.
En estos momentos uno de los principales desafíos de la empresa reside en buscar fuentes alternativas de biomasa para reemplazar al silo de maíz que se mezcla con purines de cerdos generados por la granja porcina del grupo empresario.
“Hoy conseguimos, después de un trabajo de un año y medio, reemplazar el 45% del componente de silo de maíz con residuos orgánicos de industrias de la zona”, comentó Lisandro. El objetivo es incrementar aún más esa proporción para así no sólo reducir el costo de generación, sino además brindar un servicio ambiental a la región al permitir que desechos se transformen en energía eléctrica.
“El sector de biogás es eminentemente federal porque permite generar trabajo y oportunidades en muchas regiones del país. Estamos desarrollando proveedores en el marco de un trabajo en red con mucha sinergia. El CREA Biogás nos ha dado un gran empuje en ese sentido”, afirmó.
En el panel también participó Víctor Giocoa, coordinador del CREA Biogás y jefe del Departamento de Energías Renovables y Gestión Energética de la Región Cuyo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), quien comentó que a la fecha se relevaron más de 150 plantas de biogás en el país, de las cuales 37 son parte del programa RenovAr para el abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables.
Las plantas de biogás que abastecen a la red eléctrica nacional cuentan en conjunto con una potencia de 64,9 megavatios (MW) y un precio promedio ponderado –entre los diferentes contratos– de 159,7 u$s/MWh.
Si bien los desechos animales presentan características favorables para ser tratados por la tecnología de digestión anaeróbica, el alto contenido de amoníaco presente en los mismos puede conducir a una inhibición del proceso o bien generar bajos rendimientos de biogás. Por ese motivo, se emplean cosustratos –como el silaje de maíz– para balancear la relación carbono/nitrógeno y favorecer la producción tanto de biogás como de biofertilizantes.
“Para generar 1,0 MWh de energía eléctrica se necesita entre 2,0 y 2,4 toneladas de silo de maíz, que tiene un costo de unos 100 u$s u$s/MWh; por lo tanto, el desafío es reducir el uso de ese insumo con otros equivalentes provenientes de desechos de industrias agroindustriales de cada región”, remarcó Víctor.
En el panel “Biogás y economía circular: valorización de residuos, subproductos y cierre de ciclos”, que fue coordinado por Jerónimo Almagro de Tecnored Energía, participó Gastón González, CEO de Tigonbu, empresa integrante del CREA Biogás.
“El comienzo del emprendimiento fue la necesidad de hacer más eficientes los recursos en una zona alejada de los puertos y consolidar un fuerte compromiso con las futuras generaciones”, explicó Gastón.
En 2017, Tigonbu montó una pequeña destilería (MiniDest) para comenzar a elaborar bioetanol y aprovechar los subproductos de ese proceso (burlanda y vinaza) en el feed lot de la empresa localizado en Buena Esperanza (San Luis). La falta de tendido de gas natural para abastecer a la planta de bioetanol disparó la idea de montar un biodigestor que además brindase una solución ambiental al consumir el estiércol vacuno del corral. Pero ese proyecto fue mutando hasta transformarse en una iniciativa proveedora de energía en el marco del programa RenovAr.
“Estas iniciativas generan valor agregado en origen y desarrollo en las comunidades agropecuarias, además de ofrecer oportunidades laborales para muchos profesionales”, destacó el CEO de Tigonbu.
Un aspecto importante de la economía circular es que el biofertilizante generado por la planta de biogás se emplea para nutrir las 2000 hectáreas agrícolas del establecimiento puntano, lo que permite generar un ahorro considerable al no tener que comprar fertilizantes inorgánicos. “Los rendimientos que hemos visto en girasol y centeno con el fertilizante orgánico son un 35% a 40% superiores a los de las fuentes tradicionales”, apuntó.
El panel en el que participó Gastón González también estuvo integrado por Luciano y Florencia Palena, responsables técnicos de la empresa Helios, que gestiona una planta de biogás que emplea en un 100% residuos orgánicos industriales, y Luis Ferrero, CEO de Transporte Pol.