La región CREA Sudoeste implementó una línea de trabajo orientada a cuantificar las brechas de rendimientos existentes entre el manejo actual versus otro en el cual el uso de insumos no sean limitantes.
Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEEvaluación de brechas de rendimiento en trigo en la región CREA Sudoeste por macro y micronutrientes, densidad y genética.
Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITELa región CREA Sudoeste implementó una línea de trabajo orientada a cuantificar las brechas de rendimientos existentes entre el manejo actual versus otro en el cual el uso de insumos no sean limitantes.
Para determinar el efecto de cada una de las variables evaluadas, se llevan a cabo parcelas de trigo en donde uno de los factores se ofrece emulando el manejo habitual del productor, mientras que todos los demás (macro y micronutrientes, densidad, genética y fitosanitarios) se gestionan sin restricciones.
“Al analizar los datos de los experimentos realizados en las últimas tres campañas en la región se observan situaciones muy variables, incluso dentro de una misma campaña”, señaló Agustín Giorno, coordinador técnico de Agricultura de la región CREA Sudoeste, durante una jornada realizada esta semana en formato virtual.
“Sin embargo, en la mayor parte de los casos los factores que más impacto tuvieron en el cultivo de trigo fueron los macronutrientes en primer lugar, seguidos por la elección del genotipo”, añadió.
En los nueve experimentos realizados en diferentes ambientes –Pigué, La Colina y Gral. La Madrid– se registraron brechas de rendimiento en un rango del 15% al 40% con un promedio del 33%, lo que indicaría, en términos generales, que los rendimientos logrados con los manejos actuales permiten alcanzar dos tercios del potencial lograble con la tecnología disponible.
El factor nutricional no sólo se explica por la dosis empleada, sino también por la metodología de fertilización empleada. Registros de experiencias realizadas en los últimos ocho años en la región Sudoeste muestran que en determinados ambientes es más eficiente particionar la dosis que aplicarla completamente al inicio del ciclo del cultivo.
“Por medio del empleo de franjas saturadas de nitrógeno y monitoreo del cultivo a través de índice verde (NDVI) podemos garantizar la eficiencia de la segunda aplicación del nutriente”, remarcó Agustín.
El segundo factor en importancia para reducir la brecha de rendimiento es la elección del cultivar, una práctica de costo cero que puede implementarse con la información de la red de ensayos de cultivares generada sistemáticamente por la región CREA Sudoeste.
“Al respecto, podemos decir que en la región los cultivares de ciclo intermedio a largo se comportan de manera mucho más destacada que los de ciclo corto”, explicó el técnico.
En la siguiente instancia, la reducción de la brecha se logró con un correcto control de enfermedades, lo que implica que, en determinadas situaciones, un monitoreo adecuado y un control efectivo realizado a tiempo representan una diferencia sustancial.
Al respecto, en la región también se viene evaluando el impacto productivo de fitoestimulantes y productos biológicos aplicados tanto en semilla como a nivel foliar, con resultados que, en algunos casos, se muestran interesantes.
“Estos experimentos nos muestran que con un manejo sin limitaciones por insumos, asociado a prácticas agronómicas óptimas, podemos explicar un rendimiento alcanzable superior al manejo actual”, resumió Agustín.