La huella de carbono es una herramienta que nos ayuda a entender el impacto ambiental de nuestras actividades. En el contexto agropecuario, medirla permite a los productores tomar decisiones informadas, no solo para reducir emisiones, sino también para agregar valor a sus productos en mercados cada vez más exigentes en términos de sostenibilidad agropecuaria. Comprender esta métrica es fundamental para alinear las acciones locales con los objetivos globales de cambio climático.