El CREA Vignerons (del francés “viticultores”) nació en plena pandemia y está integrado por pequeños empresarios de la región Valles Cordilleranos, que se dedican a cubrir toda la cadena de valor vitícola, desde la producción de uva hasta la elaboración y comercialización de vinos con marca propia. En algunos casos, también llevan adelante emprendimientos turísticos.
Dedicarse a tan complejas y variadas actividades no es una tarea fácil, menos aún en soledad. Así que, en el año 2020, cuando las circunstancias obligaron a poner el freno de mano al ajetreo diario, algunos empresarios vitivinícolas se preguntaron por qué no armar un grupo CREA de bodegas atendidas por sus propios dueños.
La iniciativa favoreció el contacto entre empresarios vitivinícolas de diferentes regiones, quienes durante los primeros tiempos –como era usual en esa época– intercambiaron experiencias e información a través de plataformas virtuales.
“Al encontrarme personalmente con los demás integrantes del grupo, tiempo después de comenzar a funcionar en un entorno virtual, advertí que habíamos desarrollado vínculos muy sólidos a pesar de no habernos visto nunca frente a frente”, recuerda Marcelo Richard, enólogo y propietario, junto a su primo Mauro Villarejo, de la Bodega Trapezio, localizada en Luján de Cuyo, Mendoza.
Una vez finalizada la emergencia sanitaria, la virtualidad se mantuvo en los encuentros, aunque en el marco de reuniones híbridas, donde se combinaba tanto la participación presencial como remota en función de la disponibilidad de cada uno de los integrantes del grupo. A pesar de que el CREA funciona oficialmente de manera híbrida, dado que abarca seis provincias, tiene programadas dos giras técnicas por año, las cuales se espera que sean 100% presenciales.
“Todos los integrantes del grupo hacemos frente a las mismas complejidades presentes en una bodega, pero con recursos mucho más limitados, con lo cual la metodología CREA resulta esencial para ganar eficiencia y lograr una sinergia”, explica Marcelo. “Todos los integrantes del grupo hacemos frente a las mismas complejidades presentes en una bodega, pero con recursos mucho más limitados, con lo cual la metodología CREA resulta esencial para ganar eficiencia y lograr una sinergia”, explica Marcelo.
Los problemas presentes en el sector son tan vastos como desafiantes: distorsiones cambiarias que obstaculizan el negocio exportador, inflación de costos internos, dificultades para conseguir ciertos insumos y mano de obra, problemas logísticos y desastres climáticos (como la helada intensa registrada en noviembre de 2022).
“Al tener experiencias y perfiles diferentes, aportamos distintas miradas de acuerdo a los planteos realizados por cada integrante del grupo, que pueden abarcar cuestiones agronómicas, empresarias, logísticas o comerciales”, apunta Marcelo, quien realiza su propia distribución comercial de vinos en las principales urbes del país.
En ese sentido, una de las propuestas que pretende cristalizar el grupo en 2023 es la “Caja Vignerons”, una selección mensual integrada por diferentes vinos de las bodegas que forman parte del CREA, de manera tal de potenciar y diversificar la matriz comercial, además de consolidar una identidad propia.
“Gracias al CREA podemos compartir problemas con nuestros pares y abrir la cabeza para atender a los numerosos desafíos que debemos afrontar todos los días como pequeños empresarios vitivinícolas”, expresa Ezequiel Bellone, agrónomo y propietario de Viñedos Yacoraite, localizado en la provincia de Jujuy; se trata de una de las fincas vitícolas con mayor altitud del mundo.
“Al intercambiar experiencias podemos allanar el camino en muchos aspectos, para así no repetir errores que otros ya han cometido o aprovechar cuestiones que resultaron exitosas; eso permite ahorrar una cantidad considerable de tiempo en una actividad en la que, precisamente, el tiempo es uno de los recursos más escasos”, resume Ezequiel.
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