La aceleración inflacionaria está obligando a muchos empresarios agropecuarios a realizar un seguimiento mucho más estricto de las remuneraciones con el propósito de evitar una erosión del poder de compra de los integrantes de los equipos de trabajo.
Si bien lo usual es guiarse, al momento de actualizar salarios, por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el economista y asesor del CREA Herrera Vegas-Pehuajó (región Oeste), Hernán Satorre, advierte que esa metodología no siempre resulta adecuada.
“Técnicamente, ajustar por IPC no asegura la posibilidad de mantener el poder adquisitivo de los salarios, porque la metodología empleada por el Indec está sustentada en un modelo de familia tipo que no siempre se ajusta a los casos concretos presentes en las diferentes empresas agropecuarias”, explica Hernán.
Por ejemplo, la ponderación para la región pampeana comprende un 28,6% del gasto de una familia “modelo” en alimentos y bebidas, un 10,4% en indumentaria, un 8,6% en servicios públicos y combustibles, un 8,1% en salud y un 1,6% en educación, entre otros ítems.
En tanto, la ponderación para el NOA –por citar otro ejemplo– comprende un 34,6% del gasto de una familia “modelo” en alimentos y bebidas, un 12,3% en indumentaria, un 7,0% en servicios públicos y combustibles, un 6,3% en salud y un 2,0% en educación, entre otras cuestiones.
EmpleoRural.PNG
“La realidad es que esas estructuras de ponderación son viejas y no responden a la realidad actual, la cual es muy variable en función de cada familia y su poder adquisitivo”, remarca Hernán.
El economista recomendó revisar las diferentes situaciones presentes en cada organización, dado que, en función de la realidad de cada región y familia que integra la empresa, la actualización realizada en función del IPC puede o no compensar la pérdida de poder adquisitivo generada por la aceleración inflacionaria.
Considerando un escenario de éxito de la política de estabilización emprendida por el gobierno nacional, el economista proyecta una inflación –medida por IPC-Indec– del 26,2% para el mes de enero próximo, del 20,3% para febrero y del 15,0% para marzo.
“Además, es aconsejable que los empresarios o eventualmente los directivos o asesores de las empresas compartan sus conocimientos relativos a la gestión de liquidez de corto y mediano plazo en un contexto inflacionario para evitar la licuación del dinero durante los días, semanas o meses que permanece inmovilizado”, indicó Hernán.