Ser Beef, empresa fundada en la década del ’90 por el italiano Fausto Radici y su esposa Elena Matous en San Luis, se dedica a la agricultura bajo riego y en secano, al servicio de hotelería en feedlot y a la cría y recría, además de contar con una unidad de negocio que comercializa cortes bovinos provenientes de novillos pesados.
En los últimos ocho años el destino final de la hacienda engordada en los corrales de Ser Beef cambió de manera sustancial para orientarse fundamentalmente al mercado externo. Un proceso similar se registró en otras grandes empresas de hotelería.
diapo4.PNG
“La industria exportadora, que no encerraba casi nada, a partir del auge de los embarques de carne vacuna a China comenzó a engordar hacienda de manera creciente en corrales”, expresó Alessandro Radici, presidente de Ser Beef, durante una jornada en formato virtual organizada este miércoles por la región CREA Semiárida.
Ese proceso se gestó de la mano de un cambio del perfil de los animales engordados, los cuales comenzaron a ser cada vez más pesados para satisfacer los requerimientos de la demanda externa.
diapo5.PNG
Las categorías ingresadas a los corrales también se modificaron. En la actualidad alrededor del 60% de los animales que entran al feedlot corresponden mayormente a machos mestizos con pesos de 250 a 350 kilogramos de peso.
“Nuestros registros muestran que a partir de un peso de 300 kilogramos los animales comienzan a experimentar peores eficiencias de conversión y además tienen una mayor variabilidad”, indicó Alessandro, quien integra el CREA Soven de la región Semiárida.
Sin embargo, el ingreso de animales demasiados livianos tampoco resulta conveniente porque los terneros no llegan al peso adecuado en los plazos programados y suelen requerir una recría adicional de recría a corral.
diapo8.PNG
“La recría en feedlot tiene una dieta especial con un mayor componente de fibra y proteína y menos de energía; con ese proceso los animales pueden terminarse con pesos superiores a los 460 kilogramos y así cumplir con las exigencias de clientes externos que requieren cortes –especialmente bifes– de cierto calibre”, apuntó el empresario.
El rango ideal, por lo tanto, para los clientes del sector exportador se encuentra –en caso de poder elegir– en novillitos con un rango de pesos de 280 a 330 kilogramos. Los registros provenientes de los remates, según datos de sitio Entresurcosycorrales.com, muestran con claridad esa tendencia.
diapo9.PNG
“El sueño de los exportadores es poder comprar el mismo producto durante todos los meses del año, algo que, obviamente, no sucede por razones biológicas. Cuando los novillitos con los pesos buscados escasean, la variable de ajuste es el precio de venta”, señaló Alessandro.
El empresario destacó que dos tercios de los novillitos provenientes de establecimientos integrantes de la red CREA tienen una eficiencia de conversión superior al promedio general, lo que probablemente esté asociado a un mejor manejo sanitario y productivo.
“Esa mayor eficiencia de conversión es un valor agregado importante y la pregunta clave es quién se queda con esa renta generada por una gestión profesional de la hacienda”, remarcó.
“No se trata de una pregunta fácil de responder, pero sí es vital gestionar los datos que permitan a las empresas ganaderas hacerse un nombre con los diferentes clientes y buscar así un diferencial”, añadió.
serbeefcorrales1.PNG
Corrales de Ser Beef
En lo que respecta al mercado internacional, indicó que la demanda europea viene decreciendo en los últimos años, dado que la cuota 481 de cortes de hacienda terminada a corral, que inicialmente fue un negocio por demás atractivo, ya no lo es tanto.
La Cuota 481 (hoy denominada “Grain Fed”) es un cupo de carnes que surgió a partir de un arreglo de controversias comerciales entre la Unión Europea y EE.UU. A partir de 2014 Argentina quedó autorizada a participar del negocio junto a otras naciones, como Uruguay, Australia y Canadá.
A partir del año 2018, un nuevo acuerdo entre EE.UU y la UE redujo el cupo anual de 48.200 a 45.000 toneladas. Y finalmente en el año 2019 se fijó un cupo especial para EE.UU. y se procedió a reducir el habilitado para el resto de los países –que deben competir entre sí para acceder al mismo– en el marco de un cronograma que establece 13.600 toneladas en el ciclo 2024/25 y 11.200 toneladas en el 2025/26 para terminar con un cupo de apenas 10.000 toneladas a partir de 2026/27.
diapo13.PNG
Sin embargo, la demanda de cortes de calidad proveniente de EE.UU., Israel e incluso China viene creciendo, lo que representa una señal auspiciosa para la ganadería argentina.
“En China, si bien se trata de un mercado donde el gran volumen exportado corresponde a commodities, estamos empezando a incursionar en el segmento de cortes de carne vacuna de alta calidad”, comentó Alessandro.
En cuanto a la plaza estadounidense, el gran desafío de las empresas exportadoras es hacer conocer al producto argentino en un mercado integrado por consumidores que asocian calidad con cortes de mayor tamaño y marmoreo que los argentinos.
diapo14.PNG
“Cuando se envía carne argentina a EE.UU. a veces no saben cómo clasificarla porque no encaja en los estándares establecidos en ese mercado; es necesario hacer un trabajo para que la prueben y entiendan que se trata de un producto de calidad”, señaló.
En ese sentido, algunos frigoríficos que exportan carne a EE.UU. comenzaron a abonar a los productores premios por calidad en lo que respecta a área de ojo de bife y marmoreo con el propósito de adaptar en la mayor medida posible el producto local al criterio estadounidense.
“Mientras que algunos frigoríficos optan por demandas más masivas, otros, en cambio, tienen la meta de competir directamente con los mejores productos de EE.UU. y Australia, lo que me parece muy bueno porque entiendo que la carne argentina merece un reconocimiento por su calidad”, resumió el presidente de Ser Beef.