El negocio agropecuario muchas veces está asociado al arraigo, la tradición y la familia, pero para los análisis patrimoniales esas variables son insustanciales.
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SUSCRIBITEEl CREA Corralero (región Oeste Arenoso) tiene una característica particular: todas las empresas que lo integran realizan análisis patrimonial de sus actividades.
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SUSCRIBITEEl negocio agropecuario muchas veces está asociado al arraigo, la tradición y la familia, pero para los análisis patrimoniales esas variables son insustanciales.
Al disponer de un lenguaje común con criterios universalmente aceptados, que permite a las empresas que los adoptan comparar sus negocios con otros ajenos al agro, los empresarios pueden evaluar inversiones en otros rubros con mayor facilidad.
Al respecto, el CREA Corralero (región Oeste Arenoso) tiene una particularidad: todas las empresas que lo integran realizan análisis patrimonial y gestión de todas las producciones, dado que, si bien el grupo se gestó en torno a los feedlots, también desarrollan otras actividades agropecuarias.
“Siempre fue una demanda genuina de los miembros del grupo”, explica Ezequiel Galeazzi, asesor del CREA.“No comparamos los análisis patrimoniales porque cada empresa es diferente, pero la información generada por los mismos permite evaluar decisiones con mucha mayor profundidad”, añade.
“Podemos salir de la diaria para estudiar la estructura de la empresa, evaluar la salud de la misma y de los negocios, la liquidez y posición de los activos y pasivos, entre otras posibilidades, pensando en estrategias para distintos escenarios que intercambiamos en grupo”, comenta.
El efecto acumulativo de la herramienta resulta por demás valioso: al tener patrimoniales de los últimos seis años es factible analizar la evolución de cada empresa y evaluar el impacto de las distintas medidas que se fueron tomando para cumplir determinados objetivos.
“El análisis patrimonial permite ver para quién estamos trabajando al visualizar con claridad qué proporción del resultado va a intereses, impuestos, retiros y variación patrimonial”, señala Ezequiel.
“Tener información de buena calidad y una gestión bien hecha nos permite saber dónde se generaron los resultados: si fue porque nos endeudamos bien (exposición a la devaluación), tenencia, factores productivos, financieros, etcétera. Por lo general se cumple el principio de Pareto (80-20) y vemos que a veces dedicamos mucho tiempo a cuestiones que tienen un menor impacto en la generación del resultado”, resalta.
Además, los integrantes del CREA descubrieron que la información generada por el análisis patrimonial y una gestión económica bien presentada resultó vital para transparentar a las empresas ante accionistas familiares no involucrados en la organización, de manera tal de poder instrumentar, con una hoja de ruta accesible a todos, metodologías orientadas a implementar órganos de gobernanza empresaria y esquemas de profesionalización de decisiones.
“Estos procesos de presentación información y capacitación de los integrantes de la empresa familiar son fundamentales para poder contar con empresas que resulten atractivas a las nuevas generaciones, ya sea que decidan trabajar en la empresa, incorporarse como directores o asumir su rol de accionistas”, remarca el asesor.
Uno de los pioneros del grupo CREA en la implementación de esa herramienta fue Oscar Solimano, quien, ya con dos hijos adultos y uno menor de edad, se propuso tener una empresa 100% auditable para que ellos, si así lo disponen en un futuro, puedan tomar las riendas de la organización, ya sea como gerentes o directores, con un tablero de comando completo que les indique dónde se encuentran, de manera tal de poder contar con información ágil y fidedigna para decidir hacia dónde quieren ir.
El gran cambio llegó cuando Oscar realizó el Programa de Dirección de Empresas Agropecuarias de CREA (PDEA), en el que comprendió la importancia de que un solo registro de datos derive en la posibilidad de hacer tanto gestiones económicas como balances y análisis patrimoniales, metodología que recientemente fue unificada en la gestión CREA.
El primer paso, que se dio con la ayuda del asesor y co-administrador de la empresa Emengare S.A., Octavio Lange, fue el diseño de un sistema de recolección y sistematización de datos de todas las actividades realizadas por la firma, los cuales terminan siendo cargados a una planilla Excel en línea por los tres responsables de área.
Una vez aceitado el proceso para recolectar datos, tomaron la decisión de implementar un programa de gestión agropecuario para que, a partir de una base de datos consolidada, puedan obtenerse análisis patrimoniales, gestiones y balances contables.
“Eso me ha permitido que el balance, si se cierra el 30 de junio, el 1 de julio ya esté listo, y que la gestión económica se encuentre disponible apenas quince días después”, explica Oscar, quien, además del CREA Corralero, integra el CREA PDEA.
“El cambio se pudo lograr gracias a un equipo de trabajo muy comprometido con su tarea, pero el primer año de implementación fue muy duro porque es como aprender a caminar de nuevo”, confiesa el empresario.
La metodología de recolección de datos tiene, por supuesto, una parte operativa, pero también requiere un trabajo intelectual por parte de los responsables, quienes deben lograr advertir desvíos importantes o ruidos, de manera tal de realizar una trazabilidad de los registros para poder verificarlos si aparece un dato que “no cierra”.
“La sistematización de la recolección de datos, si está bien implementada, también contribuye a que todos los integrantes de una organización comprendan cuán importante es la tarea que realizan para que, al final del día, la empresa pueda llegar a ser rentable; al visualizar que cada una de las acciones que se llevan a cabo, con sus correspondientes registros, son parte esencial de un todo, el compromiso del equipo se consolida”, explica Oscar.
Además de disponer de información clave con mayor rapidez, el hecho de poder detectar con facilidad cuáles son las actividades que generan más valor que otras es uno de los principales insumos que Oscar logró obtener del proceso.
“Uno puedo dedicar mucho tiempo a obtener muestras de suelos o vacunar hacienda y quizás luego después no dedique las horas necesarias para analizar información clave que permita tomar decisiones estratégicas, por ejemplo, en el ámbito financiero o comercial; al ver con claridad dónde está la principal fuente de ingresos y rentabilidad de la empresa, y dónde se origina el crecimiento patrimonial, entonces eso solo va haciendo que uno, como gerente, gestione más eficientemente el tiempo”, apunta.
“Los hombres de campo de mi generación fuimos criados como generales de trinchera y no como estrategas de escritorio; no digo que no haya que estar en la trinchera, porque es necesario, pero el rol gerencial requiere dedicar tiempo para tener una visión integral de la organización, analizar las diferentes variables que inciden en el negocio, que cada vez son más complejas, y tomar decisiones que agreguen valor”, añade.
La información generada a través de la gestión sistematizada de datos también permite visualizar con facilidad cómo las cuestiones monetarias y financieras –especialmente en períodos turbulentos– inciden muchas veces en los números de una empresa agropecuaria con mayor impacto que los factores productivos o comerciales.
“Gestionar una empresa de manera tradicional se hace muchas veces por medio de la intuición, que es importante, pero, con la complejización del negocio, disponer de información clave en tiempo y forma es esencial y es además un aspecto crítico para las empresas que tienen como meta crecer de una generación a la siguiente”, concluye Oscar.