26 de junio de 2025 en Buenos Aires

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Chaco paraguayo: un viaje para conocer los logros alcanzados por los vecinos

Integrantes del CREA Palmares (región Chaco Santiagueño) visitaron establecimientos de avanzada en la zona del Gran Chaco paraguayo.

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Por CREA Región Chaco Santiagueño | CHS

Del Chaco Santiagueño al Chaco Paraguayo

Paraguay, nación que cuenta con un entorno macroeconómico estable –la inflación proyectada este año es del 3,8% anual con un crecimiento previsto del PBI del 4,0%–, dispone de una zona occidental (Chaco Central paraguayo) que presenta un importante potencial productivo.

Para observar el fenómeno de primera mano, integrantes del CREA Palmares (región Chaco Santiagueño) visitaron recientemente establecimientos agropecuarios que gestionan planteos de avanzada.

La zona del Chaco Central no cuenta agua apta para consumo animal disponible en el subsuelo. La única fuente del recurso es cosechar agua de lluvia por medio de la construcción de grandes reservorios.

Si bien las condiciones ambientales y logísticas son desafiantes en el Gran Chaco, el valor de la tierra es accesible y la estructura tributaria –conocida como el “triple diez”– es muy sencilla y atractiva: 10% del IVA, 10% de impuesto a las ganancias y 10% de impuesto a la renta de las personas físicas.

La primera visita fue a la empresa GASA Gestión Agrícola, que maneja más de 50.000 hectáreas en el Chaco paraguayo. Los empresarios CREA visitaron campos localizados en zonas con lluvias que rondan los 800 a 900 milímetros anuales.

Los campos con monte nativo y permisos de desmonte (50% del área) tiene un valor base en 800 u$s/ha. Una vez desarrollados, el precio puede subir hasta los 1200 u$s/ha.

GASA emplea el “sistema Santa Fe” en lotes con peladares, sembrando maíz junto a la pastura megatérmica Brachiaria ruzzizienzis para mejorar la cobertura del suelo. En maíz, usan híbridos tropicales como el DK 260, buscando rendimientos de hasta 5000 kg/ha.

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Sistema Santa Fe: siembra de maíz junto a la pastura megatérmica Brachiaria ruzzizienzis

Sistema Santa Fe: siembra de maíz junto a la pastura megatérmica Brachiaria ruzzizienzis

“El rendimiento de indiferencia ronda los 2700 kg/ha, lo que marca un margen operativo estrecho pero manejable, especialmente en un contexto macroeconómico estable”, explica Jerónimo Tufró, asesor del CREA Palmares.

El control de Spiroplasma y su vector Dalbulus maidis sigue siendo un reto. Aunque llevan a cabo cuatro a cinco aplicaciones por campaña, la plaga continúa causando problemas en algunas situaciones.

La soja es en la zona el cultivo estrella con rendimientos estimados de 3500 kg/ha. En tanto, durante el invierno siembran trigo como cultivo de cobertura con intenciones de obtener una renta marginal.

Sistemas de captación de agua

Tuvieron la oportunidad de ver un sistema sofisticado de cosecha y almacenamiento de agua de lluvia, una herramienta clave para una región con 1700 milímetros de evapotranspiración potencial.

Emplean geomembranas de 1000 micrones –con una vida útil de hasta 20 años– junto el diseño de tajamares con canales de sedimentación. Una hectárea de captación puede abastecer hasta 80 animales de invernada, mientras que para un planteo de cría ese número ronda las 40 cabezas.

Eficiencia en la recría pastoril

También visitaron el establecimiento Rancho Quemado –integrante del CREA Samu’u–, donde Mathias Weiler y Yvan Salum (asesor del grupo) mostraron la dinámica de un sistema de recría con suplementación estratégica y “pastoreo rotatinuo”, metodología diseñada por el investigador brasileño Paulo Carvalho.

El pastoreo rotatinuo no utiliza tiempos fijos de ocupación o descanso, sino que se fundamenta en la observación directa del pasto y el comportamiento del animal.

“El sistema pone el foco en el animal más que en la pastura, dado que el objetivo es que el animal coseche calidad y maximice su ganancia; para eso miran mucho la altura del pasto para entrar y salir. Es esencial que el personal esté bien capacitado para hacer los cambios de lote en los momentos indicados”, señala el asesor CREA.

Cada 60 días se realiza una presupuestación forrajera: se mide la oferta de pasto y se calcula la demanda basada en el peso vivo total. “Este monitoreo riguroso permite ajustar la carga animal y evitar el sobrepastoreo o el déficit de forraje. Una práctica sencilla pero poderosa”, remarca.

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La suplementación se adapta al ciclo del animal. En los primeros 60 días post-ingreso, se suministra burlanda de maíz al 0,3% del peso vivo. En la terminación, se incrementa hasta 1% con dietas a base de maíz molido y burlanda. También se usa urea como fuente barata de proteína, con dosis calculadas según el peso del animal dividido por cuatro.

La sanidad se maneja con un protocolo estricto desde el ingreso. Se aplican pour-on, antiparasitarios, vacunas y minerales. Además, se realiza un control individualizado de la evolución de cada animal mediante chips subcutáneos, lo que permite hacer una selección muy eficiente de proveedores de terneros.

Pasturas de alta producción

En el establecimiento Espíritu Santo –también parte del CREA Samu’u–, que integra agricultura y ganadería, observaron un sistema de rotación soja-pasturas (dos años de soja por tres de pasto), donde emplean las pasturas Tamani y Mombasa, más productivas que el tradicional Gatton Panic.

Esas pasturas permiten cargas de hasta 2700 kg/ha durante 120 días, alcanzando ganancias de 400 kg/ha. Mombasa es más productiva, pero difícil de manejar, mientras que Tamani es más equilibrada. El manejo se hace por altura, con postes pintados que marcan los niveles de entrada y salida de los animales del lote.

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Pasturas megatérmicas de alta producción

Pasturas megatérmicas de alta producción

Gracias a la terminación final con suplementación, mejora el rendimiento de carcasa (del 50% al 54%); por cada 4,0 kilos de suplemento se logran 1,5 kg de ganancia, sin contabilizar el pasto. Es un modelo sostenible y rentable en el marco del contexto económico paraguayo”, señala Jerónimo

El renoval se controla cada cuatro años con herramientas como la cuchilla y el ripper. Complementariamente, se usan herbicidas como picloram y tricloprid en bajos volúmenes. Se evita el 2,4-D por su efecto defoliante rápido.

“Las herramientas de control de renoval y descompactación son relativamente económicas en Paraguay. El uso de maquinaria adaptada y bien mantenida mejora la transitabilidad y el aprovechamiento de cada hectárea, un detalle no menor en campos tan extensos”, apunta.

En síntesis

El marco económico paraguayo permite costos en dólares más bajos y un esquema impositivo amigable, lo que posibilita márgenes operativos aceptables incluso en zonas marginales. A diferencia de la Argentina, la estabilidad de precios relativos permite planificar sin mayores sorpresas.

“Uno de los aspectos más destacables de los planteos ganaderos observados es el enfoque en la toma de decisiones basada en datos. El registro individualizado de los animales mediante chips subcutáneos permite evaluar el desempeño real de cada proveedor de terneros, identificando cuáles generan mejores resultados productivos en condiciones equivalentes. Esta información es utilizada no solo para mejorar la productividad, sino también para optimizar las compras futuras, descartando proveedores con desempeño deficiente, una estrategia simple pero con alto impacto económico”, resalta Jerónimo.

Otro aspecto clave es el concepto de “cosechar calidad”, que está profundamente arraigado en estos sistemas. El pastoreo rotatinuo prioriza que el animal acceda siempre a forraje en su mejor estado fenológico. “Esto no sólo mejora la conversión alimenticia y la ganancia de peso, sino que reduce la necesidad de suplementación intensiva. Esta filosofía ganadera, que pone al animal en el centro de la decisión de manejo, representa un cambio de paradigma respecto a sistemas más tradicionales centrados únicamente en el forraje”.

Un denominador común en todos los establecimientos visitados es la búsqueda constante de simplicidad y eficiencia. Desde la integración de cultivos agrícolas con pasturas, hasta el uso racional de suplementos y maquinaria, todo está orientado a reducir costos sin comprometer productividad. “Es notable cómo decisiones aparentemente pequeñas –como no comprar terneros en invierno o ajustar la carga cada 60 días– generan saltos significativos en los resultados”, comenta el asesor CREA.

El Chaco paraguayo, con su clima desafiante, se está convirtiendo en un laboratorio de innovación productiva. Si bien el contexto económico más estable y las condiciones fiscales favorables ayudan, gran parte del éxito observado radica en el enfoque técnico, la observación precisa del sistema y la toma de decisiones fundamentadas.

“Para quienes producen en otras regiones del Cono Sur, especialmente en zonas marginales de Argentina, replicar algunas de estas estrategias —adaptadas al contexto local— puede ser una vía concreta para mejorar eficiencia, reducir riesgos y aumentar la rentabilidad ganadera”, resume el asesor.

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