En la campaña 2024/25 el girasol va camino a terminar siendo, en muchas regiones argentinas, uno de los negocios más interesantes por los elevados rendimientos obtenidos y buenos precios de venta. Sin embargo, en la región Mar y Sierras ese entusiasmo es un poco más moderado.
¿La causa? En algunos sectores de la zona el cancro del tallo (Phomopsis helianthi) se perfila como un problema importante en los últimos años.
Las ascosporas que atacan al cultivo provienen generalmente de rastrojos, lo que implica que las zonas con mayor repetición de siembra de girasol son las más expuestas a Phomopsis. El gran problema es que se trata de una enfermedad que no cuenta con fungicidas con capacidad de controlarla.
Lluvia y seca, dos factores clave
“En la subzona serrana de la región Mar y Sierras la campaña 2024/25 fue bastante seca y, por lo tanto, no hubo prácticamente presencia de la enfermedad”, indicó Jorge González Montaner, coordinador técnico agrícola de CREA Mar y Sierras, en referencia a la amenaza de Phomopsis.
Sin embargo, en la subzona costera de la región –y especialmente en la localidad de Miramar– se registraron lluvias abundantes que promovieron una diseminación generalizada de la enfermedad.
jorge.JPG
Jorge González Montaner
“En la última recorrida que hicimos por los sitios que integran la red de ensayos de girasol de la región Mar y Sierras pudimos observar que independientemente del híbrido, la densidad de siembra y la nutrición, todos los lotes fueron muy impactados por la enfermedad”, apuntó Jorge.
“En los ambientes de alta presión, que básicamente son aquellos bajos o con presencia de napa cercana con historia de girasol, ninguna tecnología disponible logró soportar la presión de Phomopsis”, añadió.
Girasol bajo amenaza
En ese sentido, el experto recomendó ser muy cauteloso al momento de diseñar el cultivo porque la evidencia muestra que, con los recursos disponibles, no existe manera de proteger la inversión realizada cuando las condiciones ambientales son predisponentes para la enfermedad.
“En aquellos ambientes con factores de riesgo de Phomopsis lo aconsejable es buscar otras alternativas agronómicas, como puede ser el caso de maíz, ya que la probabilidad de que el cultivo de girasol falle por un ataque severo de la enfermedad es elevada”, resumió.
Las rotaciones agrícolas responsables a escala regional son clave para poder controlar la expansión de la enfermedad porque el inóculo de Phomopsis puede trasladarse hasta unos 100 kilómetros, lo que implica que no es una cuestión que pueda resolverse con esfuerzos individuales.