Si bien en las últimas dos campañas el área de girasol en la región sudeste de Buenos Aires se ha venido reduciendo, en 2024/25 el cultivo volvió a generar interés ante la necesidad de buscar alternativas a la soja y la retracción de áreas que experimentaría el maíz.
En ese marco, Pablo Bressa, asesor del CREA Arroyo Langueyu, presentó este miércoles, en una jornada técnica en formato virtual organizada por la región CREA Sudeste, un análisis realizado con registros de lotes de producción de las últimas siete campañas, el cual comprende un total de casi 57.000 hectáreas.
Los datos indican que, con la tecnología disponible, es factible aspirar en la región Sudeste a rendimientos máximos de girasol del orden de 3500 kg/ha con condiciones climáticas adecuadas.
diapo1.png
Brechas productivas en girasol por ambiente y ciclo. Promedio de siete campañas. CREA Sudeste
En los ambientes más productivos de la región (LAR; lomas arenosas) el rinde promedio en el período analizado fue un 14% superior a la media, mientras que en los suelos francos de alto potencial (FAP) esa diferencia fue del 7%. “Una buena caracterización ambiental contribuye a generar rendimientos destacados en girasol”, comentó Pablo.
diapo2.JPG
Rendimientos de girasol por ambiente. Promedio de siete campañas. CREA Sudeste
En los diferentes ambientes explorados por el girasol, el antecesor maíz temprano aparece como el más favorable para consolidar altos rendimientos del cultivo en la zona Sudeste.
diapo3.JPG
Rendimiento de girasol según antecesor y ambiente. Promedio de siete campañas. CREA Sudeste
Los datos muestran que existe una penalización importante con atrasos en la fecha de siembra, la cual fue más pronunciada en 2023/24 respecto de la media histórica registrada en las últimas siete campañas. La fecha óptima se registra entre fines de septiembre y primera quincena de octubre.
diapo4.JPG
Rendimiento de girasol según fecha de siembra. Promedio de siete campañas y 2023/24. CREA Sudeste
Los datos muestran que en los ambientes de mayor potencial los rindes relativos más altos se presentan en la segunda semana de octubre, mientras que en los de menos potencial los registros analizados indican mayores rindes entre fines de septiembre y la primera semana de octubre.
“En lo que respecta a fertilización, los registros de DAT CREA de los últimos siete ciclo mostraron que en menos del 10% del área de la muestra se llevaron a cabo análisis de suelo para determinar niveles de fósforo”, apuntó el asesor CREA.
“Los datos además permiten evidenciar que en muchas situaciones, al fertilizar por umbral o nivel de suficiencia sin tener en cuenta un adecuado diagnóstico inicial, lo que se genera es una extracción sistemática de fósforo del suelo”, añadió.
En la campaña 2023/24 seis empresas del CREA Arroyo Langueyu llevaron a cabo la gestión ambiental CREA (GAC) para así determinar diferentes niveles de impacto ambiental (EIQ) en el cultivo de girasol.
“En general, los mayores niveles de EIQ están asociados a aplicaciones de 2,4-D, que no siempre se pueden evitar; también, aunque en menor medida, por el empleo de piretroides”, explicó.
diapo5.JPG
Impacto ambiental por el uso de fitosanitarios en empresas del CREA Arroyo Langueyu (2023/24).
“A los lotes que salen de maíz y van a girasol por lo general se les pasa un disco y son los que menos EIQ presentan por el menor uso de fitosanitarios, pero son los que mayor pérdida de carbono muestran a causa del laboreo, con lo cual estamos en presencia de dos indicadores contrapuestos”, consideró.
Por otra parte, Gastón Therisod, coordinador técnico agrícola de la región Sudeste, mostró en la jornada los resultados de los ensayos realizado en 2023/24 de genética, estructura, nutrición y sanidad de girasol en dos sitios representativos de la zona. Pueden verse aquí.