La presencia de chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) sigue avanzando en el territorio argentino, y con una magnitud tal que obligó a la Red Nacional de Trampas de Monitoreo de la chicharrita del maíz a modificar la escala de relevamiento.
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SUSCRIBITESi bien los cultivos de maíz están en su mayor parte fuera de peligro, la dinámica mostrada por la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) genera preocupación.
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SUSCRIBITELa presencia de chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) sigue avanzando en el territorio argentino, y con una magnitud tal que obligó a la Red Nacional de Trampas de Monitoreo de la chicharrita del maíz a modificar la escala de relevamiento.
En el decimonoveno informe, que relevó en total 348 localidades de la Argentina, se establecieron nuevas categorías: 101 a 500 adultos por trampa, 501 a 1000 y más de 1000 adultos capturados por trampa.
En la región del NOA se mantuvo la tendencia creciente en la presencia del vector en las localidades monitoreadas. Se registró un aumento en la cantidad de sitios con capturas superiores a 100 adultos por trampa, alcanzando un total de 46 localidades, lo que representa el 84% de los puntos evaluados. “Si bien la mayoría de los maíces se encuentran próximos a la cosecha, el incremento poblacional observado en esta etapa final enciende una señal de alerta, que obliga a continuar con los monitoreos de este vector en esta región”, indica el informe.
En la región del NEA se registró nuevamente un incremento significativo en la proporción de localidades con densidades superiores a 50 adultos de D. maidis, alcanzando el 64% del total relevado. Dentro de este grupo, 28 localidades (equivalente al 51%) presentaron capturas superiores a 100 adultos por trampa, donde los focos de mayor incidencia se localizaron principalmente en las provincias de Santiago del Estero y Santa Fe.
En la región del Litoral, las capturas de D. maidis se mantuvieron estables en comparación con el informe anterior. En esta evaluación, el 27% de los puntos relevados registraron más de 50 adultos por trampa, y dentro de este grupo, el 21% superó las 100 capturas. “A pesar del avance de la cosecha en numerosos lotes, la persistencia de altas densidades del vector comienza a encender alertas en torno a la necesidad de reforzar las estrategias de control cultural para limitar su multiplicación en rastrojos y maíces voluntarios”, señala el informe.
En la región Centro-Norte, D. maidis se detectó en el 87% de las localidades relevadas, con capturas superiores a 100 adultos por trampa en el 47% de los sitios. Este incremento fue especialmente notable en las provincias de Córdoba y Santa Fe. “Paralelamente, la cosecha continúa avanzando en el 45% de los puntos monitoreados, considerando importante ajustar aquellos puntos que minimicen pérdidas en la trilla del maíz, sumándose a la necesidad de intensificar el monitoreo en aquellos lotes donde se detecten maíces voluntarios, dado su rol potencial como reservorios del vector”, se recomienda.
En la región Centro-Sur, el 52% de las localidades relevadas no registró presencia de D. maidis en las trampas cromáticas adhesivas. Sin embargo, en este monitoreo se detectó por primera vez, capturas superiores a 100 adultos por trampa en dos localidades de esta región (Naschel en San Luis y Monte de los Gauchos en Córdoba). “Dada la relevancia de esta zona para la siembra de maíz temprano o de primera, resulta fundamental intensificar los monitoreos, incluso en ausencia del cultivo, a fin de anticipar riesgos y ajustar estrategias de manejo”, afirma el documento.
“Es fundamental continuar registrando las capturas de los adultos D. maidis, incluso cuando los cultivos han superado la etapa de mayor susceptibilidad o después de su cosecha. El análisis de la información generada permitirá comprender mejor su dinámica poblacional estacional en las diferentes regiones maiceras de la Argentina, contribuyendo a una toma de decisiones más confiable y mejor fundamentada”, apunta.
Por otro lado, cabe recordar que durante el período otoñal-invernal los adultos de D. maidis tienden a modificar su coloración estacional. Los ejemplares estivales suelen presentar tonalidades más claras y brillantes, mientras que los adultos que emergen en otoño e invierno adquieren una coloración más oscura. Este aspecto debe considerarse para una correcta identificación del vector en las distintas épocas del año.