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SUSCRIBITE José Luis Maccari comenzó a trabajar en 2002 en la empresa lechera de Juan A. “Jock” Campbell y familia –localizada en el partido bonaerense de Pehuajó–, que por entonces afrontaba un elevado nivel de endeudamiento y contaba con la mitad del establecimiento inundado.
“Si bien la situación era preocupante, el empresario estaba convencido de que iba a salir adelante porque el sistema de trabajo implementado iba a resultar exitoso cuando cambiasen las circunstancias y efectivamente fue así”, recordó Maccari durante una exposición realizada en el Congreso Lechero CREA que se está realizando en la ciudad de Rosario.
¿Cuál era el secreto? La medición sistemática de datos relevantes junto con la protocolización de los diferentes procesos intervinientes en el tambo. “En nuestro sistema manda el pasto. El objetivo es que las vacas consuman todo lo posible a través del pastoreo directo y suplementar sólo lo necesario. Por eso es fundamental efectuar una recorrida semanal, saber qué está ocurriendo y realizar los ajustes necesarios”, indicó Maccari, quien es gerente de Producción de TamboDem.
TamboDem es un tambo comercial y demostrativo, perteneciente a la familia Campbell, diseñado con el propósito de generar conocimiento y sumar valor a la cadena productiva, de manera tal de ayudar a productores y tamberos de la cuenca lechera Oeste a mejorar su calidad de vida.
El pasto en TamboDem tiene una participación en la dieta de un 50-67% que, junto con el suplemento voluminoso producido por ellos mismos (silaje y algún heno), constituye un 75-80% de forraje propio en la oferta total. De esa manera, reducen su dependencia respecto de los concentrados a un 20%, lo que se consideran una fortaleza del sistema.
El rodeo está integrado por 600 vacas de la raza Jersey, con un peso vivo promedio de 430 kilos y una carga animal de 2,5 VT/ha. La producción de leche es estacional y se concentra en los meses del invierno y la primavera.
La producción individual alcanza los 500 kilos de sólidos de leche útiles por vaca total por año, que representan 1,16 kilos de sólidos útiles por kilogramo de peso vivo de la vaca. La productividad ronda los 1250 kg.SU/ha/VT/año.
Para obtener indicadores productivos tan exigentes es esencial el factor humano.“Una condición necesaria para el logro de estos objetivos es que los responsables de llevar a cabo cada una de las tareas se encuentren empoderados, capacitados y motivados. Con ellos se debe compartir una visión del negocio y establecer una relación ganar-ganar”, enfatizó Maccari.
En TamboDem realizan una medición semanal de la tasa de crecimiento y del stock del campo a fin de corregir con silajes y concentrados los posibles faltantes en las dietas. “Una cosa es lo que se planifica y otra es lo que efectivamente ocurre. Si en esa medición semanal detectamos que el pasto se nos está escapando, hacemos reservas, pero siempre dejamos una suplementación mínima”, subrayó.
“La realidad es que nuestro sistema no responde a una cuestión coyuntural de relaciones de precios, sino que parte de una visión integral de largo plazo”, aseguró Maccari.
“El modelo está diseñado para transformar forraje muy barato en sólidos de alto valor”, especificó, para lo cual el sistema de socio tambero resulta fundamental. “La clave es mantenerlo lo más simple posible para poder hacerlo escalable; así es como pudimos crecer muchos gracias a ese modelo”, resumió.
TamboDem integra, como caso destacado, el manual de procesos elaborado por el proyecto Tambo en Foco de CREA.