En la XXI edición del premio La Nación-Banco Galicia a la Excelencia Agropecuaria se distinguió en la categoría “Mejor Gestión Sustentable” a la empresa Enreco S.A. con una mención especial por su trabajo meritorio en la materia.
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SUSCRIBITEEn la XXI edición del premio La Nación-Banco Galicia a la Excelencia Agropecuaria se distinguió en la categoría “Mejor Gestión Sustentable” a la empresa Enreco S.A. con una mención especial por su trabajo meritorio en la materia.
Enreco, empresa integrante del CREA Biogás (un grupo CREA sin fronteras), gestiona una central térmica de generación de energía eléctrica renovable a partir de biogás producido en base a purines y forraje. La planta cuenta con una potencia instalada de 2,4 Mw.
“Somos una empresa principalmente agrícola y producimos energía a partir de purín de nuestros cerdos y maíz picado. No solo producimos energía, sino que también fertilizante orgánico para la mejora de nuestras tierras, logrando con esto una economía circular”, explicó Gabriela Debenedetti, socia fundadora de la compañía, al recibir la distinción.
Ubicada en el sureste de la provincia de Córdoba, Gabriela junto a Cecilia Debenedetti, Juan José Craviotto y Alejandro Zocco gestionan un establecimiento agrícola (“Estancia El Triunvirato”) que en 2017 decidió diversificarse a través de la incorporación de una granja porcina.
El proyecto original contemplaba el tratamiento de los purines en tres lagunas, siguiendo el esquema tradicional: anaeróbica, facultativa y aeróbica. Sin embargo, decidieron buscar alternativas que permitiesen mejorar la sostenibilidad del emprendimiento y lograr una fuente adicional de ingresos.
Al enterarse de la apertura de la licitación del Programa RenovAr 2,0 para el abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, tomaron la iniciativa de presentarse y se les adjudicó una licencia para generar energía a partir de biogás, para lo cual firmaron un contrato con la estatal CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico) por veinte años.
Con un crédito que les fue otorgado como parte del programa, construyeron la planta de generación de electricidad, que hoy consta de cuatro biodigestores. En el mes de noviembre de 2020 empezaron a generar energía, con la que alimentan a las localidades de Guatimozín y Cavanagh.
Pero no todas fueron flores en el camino. El uso de antibióticos en el balanceado de las distintas categorías de animales generó un problema imprevisto en el biodigestor, dado que los fármacos inhibían las bacterias encargadas de generar metano. Eso hizo que debieran reformular el suministro de antibióticos, algo que, si bien corrigió el problema energético, representó un desafío en términos productivos.
Así en la granja (“La Txiki”) comenzaron a administrar antibióticos en el agua para reducir la presencia de los mismos en purines, además de brindar refuerzos por vía parenteral en casos que lo ameriten.
Los residuos de los digestores llamados digestatos se utilizan como fertilizantes orgánicos (líquido y sólido), que vuelven a la tierra para nutrir a los cultivos agrícolas, parte de los cuales se emplean para la granja porcina y los digestores, constituyendo así una serie de procesos en los cuales las tres actividades están interconectadas y nada se desperdicia, pues el desecho de un proceso es el insumo de otro.
En el horizonte no descartan crear una nueva unidad de negocios dedicada a elaborar y comercializar carne porcina orgánica, dado que cuentan con la experiencia y la tecnología necesaria para lograr ese producto diferenciado.