En 2017, Bruno Sovieri, economista con un master en finanzas, comenzó a gestionar una empresa familiar –localizada en el sudeste bonaerense– en la cual se llevaba adelante un planteo de cría extensivo con bajo nivel de incorporación de tecnología.
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SUSCRIBITEEn 2017, Bruno Sovieri, economista con un master en finanzas, comenzó a gestionar una empresa familiar –localizada en el sudeste bonaerense– en la cual se llevaba adelante un planteo de cría extensivo con bajo nivel de incorporación de tecnología.
Al evaluar el estado de situación de la empresa, comprendió que los recursos disponibles estaban completamente desaprovechados, dado que las 9000 hectáreas propias, además de cría, tenían condiciones para implementar un sistema ganadero de ciclo completo.
Bruno y su equipo de trabajo lograron reconvertir la empresa para incorporar nuevos negocios: recría y terminación de hacienda, y venta de vaquillonas preñadas y de terneros con capitalización en el establecimiento en el marco de acuerdos contractuales.
Para potenciar el proceso de crecimiento arrendó dos campos ganaderos en la zona y tomó créditos con condiciones muy convenientes, los cuales terminaron teniendo tasas de interés reales negativas (que en algunos casos mantienen a la fecha una tasa del 20% anual en pesos argentinos).
Pero el ímpetu transformador de Bruno colisionó con la cultura imperante en la empresa, la cual venía de décadas de trabajar a un ritmo muy tranquilo y sin recopilación de registros que permitiesen tener un tablero de control adecuado para monitorear cada uno de los procesos.
Por tal motivo, en 2020 tomó la decisión de sumarse al CREA Castelli-Belgrano (región Sudeste), donde tomó contacto con otros pares que ya habían recorrido –algunos hace tiempo– el camino que él estaba comenzando a transitar.
“Las empresas del grupo, que tienen un perfil marcadamente ganadero, nos muestran el horizonte al que podemos llegar y además nos facilitan las herramientas para cumplir con ese propósito”, explica Bruno.
Sobre la base de recomendaciones realizadas en el ámbito del CREA, inició un plan de inversiones para readecuar la infraestructura del establecimiento familiar en lo que respecta a aguadas, alambrados y viviendas, además de implementar mejoras productivas orientadas a maximizar la productividad de los recursos.
Adicionalmente, contrató los servicios de una consultora (Aqnitio) para evaluar el estado de la situación organizacional e implementar mejoras diseñadas a eficientizar el funcionamiento de los procesos que se llevan a cabo en la empresa.
En ese marco, próximamente se incorporará un gerente de producción, que tendrá a su cargo esa área crucial, de manera tal que Bruno pueda destinar el 100% de su tiempo a su rol de gerente general con especial énfasis en la gestión financiera de la empresa.
“Mucho de lo logrado hasta el momento con ayuda del CREA y del asesor, Sebastián Villena, comenzará a consolidarse cuando el proceso de reorganización se haya concretado”, apunta Bruno.
Cuando ya se venía venir un verano complicado en términos climáticos, el empresario comenzó a destetar terneros a partir del mes de noviembre para pasarlos a corrales de inicio, de manera tal de liberar campo y ajustar la carga animal con la oferta proyectada de recursos forrajeros. De este modo, logró afrontar el desastre climático del ciclo 2022/23 con mayor holgura.
“Por primera vez en el presente ejercicio logramos un 88% de preñez gracias al destete precoz y a los corrales de inicio, junto con un seguimiento estricto de la condición corporal del rodeo de vacas. Nos colma de orgullo haberlo logrado en una campaña tan difícil”, expone. El promedio del grupo CREA en la actualidad se encuentra en el 92%.
Con el planchazo de precios de la hacienda registrado en la segunda mitad del año pasado (ver gráfico 1), los números del negocio se tornaron negativos, por lo que Bruno tomó la decisión de dejar los dos campos arrendados y vender parte del rodeo de cría.
Gráfico 1. Evolución del Índice General del Mercado Agroganadero de Cañuelas (IGMAG)
Abril 2022/abril 2023.
“El apalancamiento determinó que el resultado sea el doble de malo”, comenta el empresario. “A partir de esa experiencia, decidí abandonar la estrategia de impulsar el crecimiento de la empresa a través del endeudamiento, porque el riesgo es muy elevado”, agrega.
“El proceso de transformación es continuo porque la vida es un proceso: no hay que pensar en términos de stock, sino de flujo; parte del camino es un proceso de aprendizaje que sólo es efectivo si logramos capitalizarlo para mejorar”, resume.