En este contexto, impulsó un proyecto de ganadería regenerativa con manejo holístico y se incorporó a un programa de captura de carbono. “Trabajamos con Carbos, una empresa vinculada a Boomitra, una startup de Estados Unidos que desarrolló una tecnología para medir la captura de carbono mediante radares e imágenes satelitales”, explicó.
También se vinculó con el proyecto la ONG Bosques de Agua, que impulsa la restauración del bosque nativo en la región. “Clausuramos 450 hectáreas para reforestar y el año pasado plantamos los primeros 40.000 tabaquillos”, indicó. Esta iniciativa busca generar bonos de carbono a futuro, con impacto ambiental positivo en una región clave para la provisión de agua y biodiversidad.
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El equipo de trabajo y todo el personal de la empresa son fundamentales para avanzar en los proyectos
Cambio de rumbo
Cuando su padre falleció, Carlos estaba por recibirse de ingeniero industrial. Tenía otros planes profesionales, pero decidió asumir la responsabilidad de la empresa familiar y encarar un nuevo camino.
“Siempre tuve una vocación emprendedora, aunque pensaba seguir otro rumbo después de recibirme. La muerte de mi viejo me obligó a cambiar de planes. Me tocó hacerme cargo, pero lo hice con entusiasmo: por continuar lo que él había iniciado y por el desafío de construir una empresa”, contó. En ese momento, sus hermanas aún no se habían recibido: una estudiaba Derecho y la otra, Odontología.
Con el tiempo, la responsabilidad inicial se transformó en un proyecto personal. “Al principio, mi idea era ordenar la empresa, dejarla funcionando, para que mi familia tuviera un ingreso adicional y cierta tranquilidad. Pero a medida que aparecían nuevos desafíos, me fui involucrando más”, explicó.
Uno de esos puntos de inflexión fue la ganadería regenerativa. “Cuando ya estaba cerrando una etapa, con el campo estabilizado, surgió lo del manejo holístico, los bonos de carbono y la posibilidad de armar algo más innovador. Y eso me cautivó”, recordó.
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La empresa impulsa un planteo de ganadería regenerativa
Además, reconoció que no está solo en las iniciativas que desarrolla con la empresa: “El personal que trabaja en el campo es de primera. Sería muy difícil hacer todos estos proyectos si no fuese por ellos”.
Forestación en altura
En Estancia Atalaya, la conservación del ecosistema está integrada a la estrategia productiva. Buena parte del establecimiento se encuentra cubierto por bosque nativo, por lo que la empresa cumple con los requisitos establecidos por la Ley forestal de la provincia de Córdoba sin necesidad de realizar compensaciones adicionales.
La iniciativa de plantar tabaquillos surgió por decisión propia. “Fue una inquietud de la empresa, para cuidar el ecosistema de la zona y, a la vez, tener la posibilidad de vender bonos de carbono a futuro”, explicó Defilippi.
La primera plantación se realizó en febrero de 2024. Estaba previsto repetir la experiencia este año, pero el proceso se postergó. “Bosques de Agua está desarrollando una forma de siembra más eficiente. Seleccionaron semillas con mayor probabilidad de germinar y diseñaron un compuesto donde se incorpora la semilla y permite hacer siembra directa de manera manual”, detalló.
La primera experiencia de plantación mostró buenos resultados. “Solo se riega en el momento de implantar las plantas. Después no se vuelve a intervenir. Este año trabajamos en mejorar el sistema de clausura del área. A veces se piensa que reforestar es solo ir y plantar árboles, pero hay mucho más: controlar, mantener y proteger el sitio es parte central del proceso”, remarcó.
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En 2024 plantaron los primeros 40.000 tabaquillos para impulsar la restauración del bosque nativo en la región.
Ganadería regenerativa
En Estancia Atalaya realizan ganadería de cría con un rodeo de 400 madres. Desde hace tres años, aplican manejo holístico, una estrategia que permite regenerar las pasturas naturales mediante una planificación del pastoreo. “El manejo holístico es una forma de ganadería regenerativa en la que definís cuántos animales entran a un lote y cuándo, en función de los tiempos de recuperación del pastizal que querés favorecer”, detalló.
Antes de implementar este sistema, los animales se distribuían en varios lotes. Hoy se agrupan, en la medida de lo posible, en un solo rodeo, lo que permite un pastoreo más concentrado y con mayor impacto. “Fuera de los meses de servicio necesitamos apartar los toros, pero el objetivo es reunir el resto de la hacienda en un solo grupo. Ese impacto concentrado sobre el lote mejora el aprovechamiento del forraje”, señaló. El rodeo incluye vacas, caballos y ovejas, lo que genera un pastoreo más diverso por las diferencias en las especies consumidas por cada animal.
La clave del sistema está en el pastoreo y en el descanso que se da al pastizal. “Aumentamos el volumen de pasto porque lo dejamos recuperarse, florecer y semillar. Recién cuando se completa ese ciclo, volvemos a entrar”, afirmó Defilippi. Este manejo permitió redescubrir especies nativas de alto valor forrajero que antes no se registraban. “Aparecieron leguminosas y oleaginosas muy interesantes. Encontramos un trébol blanco nativo con buena calidad, que prácticamente no habíamos visto. En nuestro caso, el impacto fue rápido y muy positivo.”
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Desde hace tres años, aplican manejo holístico, una estrategia que permite regenerar las pasturas naturales mediante una planificación del pastoreo
Uno de los desafíos fue multiplicar los potreros para lograr rotaciones más efectivas. “Arrancamos con cuatro y hoy estamos armando el número 11. En pampa de Achala eso no es menor. Desarrollar potreros allá arriba implica mucho más trabajo y recursos que en otros campos. Fue un logro importante”, reconoció.
A nivel técnico, la eficiencia del manejo mejora a medida que se agregan potreros. “Hay estudios que indican que el tiempo de recuperación del pasto aumenta de un modo exponencial hasta llegar a los 12 potreros. Por eso, ese es nuestro objetivo principal y creemos que este año lo vamos a lograr.”
El crecimiento en infraestructura fue posible gracias a una alianza con CICLA Desarrollo Sustentable, una empresa de soluciones ambientales que articular la iniciativa Aliados por el Agua de Coca-Cola. “Nosotros hacemos un manejo regenerativo dentro de una reserva natural nacional y una reserva hídrica provincial. Es un ecosistema clave, donde el suelo actúa como una esponja que retiene y drena agua hacia las cuencas cordobesas. Por eso Cicla nos incluyó en un programa vinculado a la responsabilidad ambiental de Coca-Cola, que todos los años nos dona materiales —postes y alambres— para que podamos seguir ampliando la rotación. Nosotros ponemos la mano de obra e invertimos en materiales adicionales, pero esa ayuda fue fundamental”.
La posibilidad de certificar y vender bonos de carbono representa una oportunidad, aunque Defilippi fue prudente: “En ese sentido soy muy conservador”, afirmó, y explicó que la principal motivación para implementar el manejo holístico sigue siendo la regeneración de las pasturas naturales. “Obviamente, si fuese posible vender bonos de carbono y con buenos precios, con el potencial que tenemos para capturar, es muy interesante porque nos movería la aguja. Pero lo considero algo a largo plazo”, dijo.
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La clave del sistema está en el pastoreo y en el descanso que se da al pastizal.
El regreso de las ovejas
La productividad ganadera en la Pampa de Achala posee limitantes por el clima, que afecta la condición corporal de las vacas. Esta condición dificulta alcanzar buenos índices reproductivos. En Estancia Atalaya lograron estabilizar un porcentaje de preñez entre el 70 y el 72%, con picos ocasionales del 80%, por debajo de otros campos CREA de Córdoba que superan el 95%.
Frente a este escenario, el ganado ovino aparece como una alternativa más eficiente. “La oveja es mucho más productiva que la vaca en la Pampa de Achala”, explicó. Con preñez superiores al 95%, una gestación de solo cuatro meses y la posibilidad de obtener tanto carne como lana, el ovino se perfila como un componente interesante en la diversificación del establecimiento.
El plan es recuperar el protagonismo que alguna vez tuvo esta especie en la región, cuando, según relatos de antiguos pobladores, la Pampa de Achala era “blanca” por la presencia masiva de ovejas. Hoy la apuesta apunta a la fibra textil de alta calidad, con ovejas Merino de genética patagónica, capaces de producir lana premium para el mercado especializado. A la par, buscan desarrollar la venta de carne ovina, apoyados en dos iniciativas locales: Cuatro Reinas, que comercializa carne envasada al vacío, y un proyecto de frigorífico exclusivo para ovinos.
Actualmente, el equipo trabaja en el diseño del nuevo sistema productivo. El proyecto contempla la construcción de corrales de esquila y manejo, y la capacitación del personal para adecuarse a las nuevas prácticas. Aunque ya hay algunos ovinos en el campo, su uso aún está limitado al consumo interno. La primera compra importante está proyectada para diciembre: unas 300 ovejas patagónicas de genética reconocida. El objetivo es alcanzar un rodeo de 2000 animales en forma progresiva.
La planificación incluye una fase de adaptación, tanto productiva como comercial. Las primeras ovejas llegarían en el verano, recibirían servicio en otoño, y al año siguiente se sumaría una nueva tanda. “Una vez que traigamos las ovejas, habrá muchos aspectos del manejo que serán distintos a los que venimos aplicando”, sostuvo. En función de los resultados, definirán la velocidad de crecimiento del proyecto.
Turismo de experiencias
Actualmente, la empresa proyecta un nuevo desarrollo turístico dentro del Parque Nacional Quebrada del Condorito. A diferencia de otras propuestas rurales, la iniciativa apunta a ofrecer experiencias inmersivas en la naturaleza, con un enfoque de diseño exclusivo y bajo impacto.
El plan combina confort, gastronomía y sostenibilidad. La idea es recibir grupos reducidos, con un perfil de alto poder adquisitivo, y brindarles una experiencia que integre paisaje, descanso y cocina de autor. Para ello, se prevé la producción local de alimentos orgánicos y la participación de un chef especializado en menús de estación.
“Queremos ofrecer un servicio turístico con alto contacto con la naturaleza, pero sin resignar calidad ni comodidad”, explicó Defilippi. El objetivo es abrir las puertas en diciembre. Para lograrlo, trabajan en la remodelación de la casa principal y la incorporación de habitaciones modulares, respetando criterios de diseño integrados al entorno.
El proyecto involucra a un equipo de arquitectos y asesores en turismo e innovación, y pone especial énfasis en la participación de los habitantes locales. “La idea es montar el proyecto con ellos, capacitándolos y generando oportunidades de empleo directo en la zona”, concluyó.
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