8 de julio de 2025 en Buenos Aires

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La Soñada: genética para un rodeo pastoril de alta eficiencia

En Olavarría, la cabaña apunta a lograr animales precoces, rústicos y productivos, en un sistema diversificado con agricultura y ganadería.

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Por CREA Región Sudoeste | SUO

A lo largo de más de tres décadas, la cabaña La Soñada desarrolló un programa de mejoramiento que integra selección fenotípica, trasplante de embriones y análisis genómicos para lograr animales adaptados a los requerimientos productivos locales. Esta actividad forma parte de un planteo diversificado, que se integra con recría ganadera, producción de forrajes y agricultura.

Calidad genética

La empresa es miembro del CREA Olavarría, en la Región Sudoeste. Comenzamos nuestra actividad hace 35 años, con la compra de vacas donantes de la cabaña Tres Marías, para generar embriones de calidad y fundar un rodeo con base genética sólida”, señaló Alberto “Tini” Alem, propietario de La Soñada.

Hace una década, dio otro paso clave al incorporar embriones de Schaff Angus Valley, una de las cabañas más importante de Estados Unidos. A partir de allí, comenzó a desarrollar el rodeo de pedigrí, al que se sumó el puro controlado con nuevas compras en distintas cabañas argentinas.

La estrategia de reposición estuvo centrada desde el comienzo en la selección por precocidad: todas las madres del rodeo, tanto puro de pedigrí como puro controlado, son hijas de vaquillonas que parieron a los 15 meses. Esta práctica permite acelerar el recambio generacional y reforzar caracteres como la facilidad de parto.

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En el establecimiento apuntan a lograr toros cur vender, que nacen livianos y crecen rápido.

En el establecimiento apuntan a lograr toros cur vender, que nacen livianos y crecen rápido.

Otro rasgo de valor es el ritmo de crecimiento durante los primeros meses de vida. En ese sentido, apuntan a lo que en el establecimiento denominan toros cur vender: animales que nacen livianos y crecen rápido. También priorizan vacas de tamaño adulto moderado, que demanden menos recursos para su mantenimiento. “No queremos animales demasiado grandes, porque en el campo eso se traduce en vacas que comen más. Buscamos vacas de bajo mantenimiento”, explicó.

El programa genético también se apoya en el trasplante de embriones. Cada año seleccionan las cinco o seis mejores vacas del rodeo, de acuerdo a su desempeño y características deseadas. A partir de ellas se obtienen embriones mediante fertilización in vitro, que luego son implantados en vacas receptoras de raza Angus con características estándar. De este modo, pueden obtener entre 10 y 15 terneros por año a partir de una sola vaca de alta calidad, frente a la única cría anual que permite la reproducción convencional. “Es una manera de multiplicar las mejores vacas. Si una vaca es buena, queremos que deje muchos hijos. Con los trasplantes podemos hacer crecer más rápido el rodeo, pero manteniendo la calidad genética”, señaló.

Para mejorar la selección, la empresa incorporó desde hace algunos años estudios genómicos realizados por un laboratorio de Estados Unidos. Más recientemente, comenzaron a utilizar los servicios de la Asociación Argentina de Angus, que cuenta con un banco de toros nacionales. Esto les permite comparar sus animales con los estándares genéticos locales y tomar decisiones más informadas.

“El año pasado ya hicimos los genómicos acá en Argentina. Es una herramienta muy útil, porque además de los datos productivos, accedemos a información genética que ayuda a mejorar la seleccionar”, indicó Alem.

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Cada año salen a la venta cerca de 120 toros de la cabaña, entre puros controlados y pedigrí.

Cada año salen a la venta cerca de 120 toros de la cabaña, entre puros controlados y pedigrí.

Criterios productivos

La estrategia comercial de La Soñada se diseñó para acompañar el programa de mejoramiento. Cada año salen a la venta cerca de 120 toros, entre puros controlados y pedigrí. “Descartamos los que no nos gustan por fenotipo o por caracteres genéticos, luego de hacer un estudio genómico”, recordó. Los machos que no cumplen el estándar pasan directamente a faena, mientras que algunas hembras pueden terminar en manos de cabañas que recién inician su propio rodeo.

La comercialización ocurre, en su mayor parte, puertas adentro. Durante tres campañas participaron de remates en la localidad Tapalqué pero, cuando la firma consignataria dejó de operar, retomaron las comercialización particular con buenos resultados. “La venta normalmente se hace en la cabaña, a clientes particulares”, señaló. Aun así, mantienen abierta la posibilidad de volver a los remates.

También aprovechan las exposiciones, como la Rural de Palermo, donde además de posicionar su marca, concretan negocios. El desafío es doble: criar ejemplares que respondan al sistema pastoril y, al mismo tiempo, exhibirlos con éxito en pistas dominadas por criterios fenotípicos. “No queremos un toro pistero que solo sirva para la foto. Buscamos un animal que sirva para todos los planteos”, dijo.

“El objetivo principal siempre fue ofrecer animales aptos para campo”, agregó. Para alcanzar esa meta, hace dos años sumaron al equipo de trabajo a un asesor genético para perfeccionar la presencia en exposiciones, sin apartarse del norte productivo. “Él nos ayudaba a llegar con animales competitivos para las exposiciones, pero que siguieran siendo reproductivos”, explicó.

Otro canal en comercialización son las pruebas pastoriles bonaerenses, donde se evalúa el desempeño de cada toro en condiciones a campo. Esta iniciativa se transformó en una vidriera técnica porque permite comparar resultados objetivos frente a otras cabañas y genera demanda entre productores que buscan datos antes que estética.

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“No queremos un toro pistero que solo sirva para la foto. Buscamos un animal que sirva para todos los planteos”, dijo Alem

“No queremos un toro pistero que solo sirva para la foto. Buscamos un animal que sirva para todos los planteos”, dijo Alem

Un sistema integrado

La Soñada cuenta con un planteo diversificado que, además de la cabaña, incluye producción ganadera de recría, forrajes y granos. El plantel de vacas puras controladas se desarrolla en un campo ganadero de 500 hectáreas ubicado en la localidad Muñóz, con suelos no aptos para la agricultura.

La recría de machos y hembras, así como la venta de toros a los dos años de edad, también se realiza dentro de ese sistema. En paralelo, la actividad agrícola se despliega en los campos de Olavarría y Bolívar, donde se encuentra físicamente la cabaña. Con maquinaria propia, siembran unas 800 hectáreas entre maíz, soja de primera y segunda, y cebada. Parte de la producción se destina al autoconsumo, en particular para asegurar forraje a los animales durante el invierno.

En los bajos menos aptos para agricultura se ubica el rodeo de pedigrí y una fracción del rodeo puro controlado. Allí también se desarrollan la recría de vaquillonas y la producción de toros. “Le dedico a la ganadería unas 600 hectáreas en total. Hago rollos de alfalfa para los toros de la cabaña y las vacas, para poder pasar el invierno”, contó Alem. Esa estrategia responde al objetivo de criar toros adaptados a sistemas pastoril, sin dependencia de grano. “La idea es hacer un rústico”, explicó, y detalló que el plantel integra a unas 420 vacas, entre pedigrí y puras controladas, con una lógica que prioriza la calidad, en relación a la cantidad.

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La Soñada cuenta con un planteo diversificado que, además de la cabaña, incluye producción ganadera de recría, forrajes y granos.

La Soñada cuenta con un planteo diversificado que, además de la cabaña, incluye producción ganadera de recría, forrajes y granos.

Si bien la agricultura aporta estabilidad económica y permite sostener la escala, la cabaña concentra mayor dedicación. No por volumen de facturación, sino por la intensidad del manejo y la necesidad de seguimiento permanente. “La cabaña es una pata más de la empresa, pero es la más importante en cuanto a dedicación. No es la que más factura, pero sí la que lleva más tiempo. Es un proyecto muy personal”, afirmó. “Me gustan todas las actividades de campo, pero la cabaña es mi principal desafío. Es muy lindo cuando se nota el crecimiento genético y cómo los animales alcanzan una performance espectacular.”

Ahora, con el nuevo asesor, redobló la apuesta por ese crecimiento de la genética. El trabajo conjunto se basa en reuniones mensuales, donde se definen los objetivos y se hace una evaluación de los resultados. “Él tiene herramientas para mejorar lo que yo quiero lograr”, comentó Alem.

Agricultura en crisis y ganadería en alza

La diversificación productiva surgió como respuesta a los vaivenes de la economía y a la necesidad de amortiguar los golpes de un contexto inestable. “Hago agricultura con equipo propio, ganadería, cabaña y forraje. Hago de todo un poco”, explicó el productor. “Esto se valora sobre todo en estas épocas, cuando la agricultura está medio mal. La ganadería está bastante bien, entonces puedo seguir avanzando”, añadió.

En la actualidad existe un contraste marcado entre la rentabilidad de ambas actividades. Según detalló, la agricultura enfrenta una renta muy baja, producto de una combinación de precios internacionales deprimidos y altos costos internos.

Uno de los ejemplos más gráficos para ilustrar la crisis de la producción de granos es el precio de los fertilizantes. “El sulfato de amonio nos está costando 900 dólares por tonelada. Hace unos días vino una visita de Inglaterra a la cabaña para conocer la prueba pastoril y me contaba que allá lo pagaban 250 dólares la tonelada”, lamentó. En términos prácticos, con una dosis de 100 kg por hectárea, ese valor representa un costo de 90 dólares por hectárea solo en fertilizante.

A eso se suma el encarecimiento del crédito bancario. “Tenemos financiamiento con 50% de interés. Y la agricultura casi siempre precisa ese apalancamiento porque se usan muchos insumos”, explicó.

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En la actualidad , la agricultura enfrenta una renta muy baja. En contraste, el panorama ganadero argentino resulta mucho más alentador.

En la actualidad , la agricultura enfrenta una renta muy baja. En contraste, el panorama ganadero argentino resulta mucho más alentador.

Alem destacó otras diferencias con países como Estados Unidos, donde viajó recientemente en el marco de una gira organizada por la región Sudeste de CREA, para visitar establecimientos productivos. “Si a los productores les va mal en la cosecha, el gobierno les paga un subsidio. Además acceden a una tasa de interés de 5 o 6%. Las maquinarias también son mucho más baratas. Tienen todo mucho más acomodado que nosotros”, aseguró.

En contraste, el panorama ganadero argentino resulta mucho más alentador. Con un stock nacional e internacional reducido, el precio de la carne vacuna alcanzó niveles históricos. “La hacienda está valiendo 2,5 dólares el kilo, cuando siempre el valor fue 1 dólar. Históricamente una vaca valía 600 dólares, y ahora cuesta entre 1000 y 1200 dólares”, destacó.

Durante la visita a Estados Unidos, también observó una diferencia significativa en el precio de venta de la carne: “Ellos venden el kilo de carne al doble que nosotros. No es un detalle menor”, indicó. La explicación, según consideró, no radica en la calidad del producto —equiparable entre ambos países— sino en factores institucionales. “Yo creo que es por la confianza que tienen con los mercados. Si no, no tiene explicación que su carne pueda valer el doble que la nuestra”, concluyó.

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