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La iniciativa apunta a reducir esa barrera tecnológica utilizando un canal que todos manejan, independientemente de su edad o formación: WhatsApp. A partir de ahí, diseñaron un sistema en el que cualquier miembro del equipo puede registrar lo que va sucediendo en el campo —con texto o con audio— y la inteligencia artificial se encarga de interpretar el mensaje, generar un resumen y almacenarlo en una base de datos. El resultado es un sistema intuitivo, que funciona sin necesidad de conexión a internet y que agiliza el registro y el acceso a la información.
Esta herramienta permite dos tipos de usuarios. El primero es el usuario general, que puede cargar datos por WhatsApp y editar o borrar únicamente los propios. El segundo es el administrador, que además tiene acceso a una plataforma web para visualizar toda la información cargada por el equipo y operar sobre cualquier registro. Esta plataforma ofrece filtros por tipo de dato y por usuario, e incluye gráficos que ilustran la evolución de variables clave, como la carga en cabezas, las lluvias y las mortandades.
Pero el sistema va más allá del registro. También permite hacer consultas. Por ejemplo, un usuario puede preguntar por audio “¿cuántos animales tengo en el lote 5?” o “¿cuánto llovió en mayo?” y el sistema, gracias a la inteligencia artificial, buscará en la base de datos y devolverá una respuesta precisa.
Cada dato puede asociarse a fotos, lo que enriquece la trazabilidad y la calidad del registro. Si un operario encuentra un animal muerto, puede mandar una imagen con el mensaje: “novillo muerto en el lote 4 por empaste, caravana 425”. Ese dato queda documentado en la plataforma con la foto, la causa y el número de caravana.
Además, el sistema permite descargar la información en un Excel para realizar análisis más profundos, como un cierre de corrales. Los datos se organizan automáticamente en hojas separadas según su categoría: tratamientos veterinarios, movimientos de hacienda, lluvias, mortalidad, alimentación, entre otros. Esto permite analizar con facilidad fechas de ingreso y salida, insumos aplicados y rendimiento por lote.
Cada sábado, los usuarios con perfil de administrador reciben por WhatsApp un parte semanal en PDF con un croquis del campo, la última imagen satelital de índice verde, la ubicación de la hacienda y un resumen día por día de las actividades registradas por el equipo. Este informe ofrece una visión clara y rápida del estado del establecimiento.
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El desarrollo de este sistema fue iniciado hace poco más de un año y medio, y en menos de un año desde su lanzamiento comercial, la plataforma ya cuenta con más de 800 campos registrados y unas 650.000 cabezas de ganado incorporadas. “Al principio era todo una hipótesis, y a 11 meses de lanzamiento la recepción nos viene sorprendiendo para bien”, afirmó Saavedra.
La empresa está conformada por un equipo interdisciplinario: además de Saavedra, participan especialistas del mundo tecnológico con experiencia en empresas como LinkedIn y Mercado Libre, y cuatro programadores que trabajan en el desarrollo de nuevas funcionalidades.
Una de las próximas actualizaciones incluirá la gestión de datos agrícolas, con foco tanto en cultivos de grano como en agricultura forrajera. Esto permitirá registrar información sobre siembra, pulverización, fertilización, riego, monitoreo, cosecha y otras labores. También se podrá generar órdenes de trabajo desde WhatsApp. “Voy recorriendo y digo ‘tengo que aplicar 2 litros de glifosato’. El sistema me hace automáticamente la orden de trabajo en PDF, se la reenvío al aplicador y al final de la campaña descargo el Excel con todas las horas de trabajo”, describió Saavedra.
Para el ejecutivo de FieldData Agro, uno de los principales aportes del sistema es la rapidez en el acceso a la información: “La inmediatez en el dato tiene un valor importante para poder tomar decisiones a tiempo y agilizar la comunicación entre el campo y la oficina”.
Para Saavedra, esta herramienta representa mucho más que una solución técnica: “Es una transformación digital del negocio, una manera de democratizar la recopilación de datos en el campo y de acercar al mundo digital a personas que no están habituadas a las tecnologías, de una manera simple e intuitiva”.
En este proceso, considera a la inteligencia artificial como un aliado estratégico: “No lo veo como una competencia en mi rol de asesor, sino como una aliada que me agiliza los tiempos y me permite dedicarme a cosas de mayor productividad. Me va a permitir hacer análisis más robustos y sacar conclusiones más rápido”.
Sensores, satélites e inteligencia artificial
Collares con sensores que monitorean salud y comportamiento del rodeo. Imágenes satelitales que permiten estimar biomasa, carga animal o detectar sobrepastoreo. Inteligencia artificial para convertir datos en decisiones. Así es el ecosistema digital que Bastó —una startup tecnológica argentina nacida en 2019— está desarrollando para transformar la gestión de la ganadería pastoril.
“Nos especializamos en el desarrollo del IoT, que tiene que ver con el internet de las cosas. Utilizamos software, hardware y conectividad para captar información precisa de lo que pasa en el campo en tiempo real”, explicó en esta charla Martín Tosco, CEO y cofundador de la empresa, durante su presentación en la Mesa Ganadera de la región CREA Sur de Santa Fe.
Bastó combina sensores, inteligencia artificial, plataformas de análisis e imágenes satelitales para ofrecer soluciones que permiten tomar decisiones más rápidas, eficientes y con impacto ambiental positivo. El sistema apunta a optimizar el uso de los recursos naturales, mejorar el bienestar animal, aumentar la productividad y avanzar hacia manejos regenerativos sin necesidad de infraestructura física costosa.
El proyecto nació con dos líneas de trabajo paralelas: por un lado, un sistema de monitoreo animal que hoy ya está en etapa de preventa, con más de 2200 dispositivos colocados; por otro, el desarrollo de un cercado virtual inteligente, que actualmente se encuentra en etapa de validación en campo.
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El sistema combina sensores, inteligencia artificial, plataformas de análisis e imágenes satelitales para tomar mejores decisiones
El sistema de monitoreo se basa en sensores que permiten geoposicionar animales, medir temperatura corporal, registrar actividad y detectar anomalías en el comportamiento. Esta información se transmite a través de una red Lora —una tecnología de radiofrecuencia de bajo consumo— que cubre entre 12 y 24 kilómetros de diámetro, según la topografía.
Una pequeña proporción del rodeo —alrededor del 5%— lleva colocado un bozal con sensores, conocido como Big Gateway, que además de capturar sus propios datos, actúa como nodo de comunicación para el resto de los dispositivos. Este sensor funciona como “centinela”: si no transmite durante 24 horas, el sistema lo interpreta como una posible señal de alerta y genera una notificación automática.
Además de la red Lora, los dispositivos se conectan también por Bluetooth en distancias más cortas (hasta 800 metros de cobertura), con una autonomía de batería de hasta dos años y medio. Bastó desarrolló también caravanas inteligentes que complementan el sistema, aportando trazabilidad individual y datos adicionales.
Toda la información recabada se procesa en la nube y se visualiza a través de una plataforma accesible desde cualquier dispositivo conectado, ya sea computadora o teléfono móvil, sin importar la ubicación geográfica del usuario. “El avance del internet satelital resolvió un problema que al principio era crítico para nosotros: la falta de conectividad en zonas rurales”, señaló Tosco.
A partir de los datos obtenidos, el sistema permite monitorear en tiempo real el estado sanitario del rodeo, identificar animales en celo o en riesgo, mapear la distribución del pastoreo, hacer trazabilidad de movimientos y planificar el manejo de potreros. También es posible estimar carga animal, días de ocupación y descanso, calcular remanentes y analizar índices de bienestar animal.
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Un 5% del rodeo lleva colocado un bosal con sensores, que además de capturar sus propios datos, actúa como nodo de comunicación para el resto de los dispositivos.
Una de las funcionalidades más innovadoras del sistema es la estimación del balance y la captura de carbono en los potreros, en función de la acumulación de biomasa y el uso de índices verdes derivados de imágenes satelitales. Esta herramienta, según explicaron desde la empresa, permite evaluar la calidad del manejo regenerativo y allanar el camino hacia la certificación de bonos de carbono.
“La idea es aplicar inteligencia artificial y big data a procesos de mejora continua, para tomar mejores decisiones de manejo, en tiempo real, con el respaldo de datos concretos”, sintetizó Tosco.
Toda esta información se integra en una plataforma que, además de gestionar datos ganaderos, puede interoperar con otras herramientas digitales y generar trazabilidad, facilitando el acceso a mercados que exigen altos estándares de calidad y transparencia.
El siguiente paso para Bastó es completar el desarrollo del Virtual Fence, un sistema de cercado virtual que permite definir perímetros digitales para la hacienda, sin necesidad de alambrados. El dispositivo, colocado en los animales, emite señales sonoras y táctiles suaves para guiarlos dentro de un potrero, sin afectar su bienestar.
“Queremos terminar de validar esta tecnología en campo. Para eso estamos convocando productores que quieran sumarse como usuarios, co-desarrolladores e inversores. Nuestro objetivo es llegar a un producto mínimo viable que sea robusto, confiable y escalable”, afirmó el emprendedor.
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La información se integra en una plataforma que, además de gestionar datos ganaderos, puede interoperar con otras herramientas digitales y generar trazabilidad,