15 de octubre de 2025 en Buenos Aires

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Economía argentina: logros y desafíos del gobierno de Javier Milei

Economía argentina: logros y desafíos del gobierno de Javier Milei, según Federico Domínguez, socio de Pampa Capital y autor de “La Rebelión de los Pandemials”.

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Por CREA Área de Economía

Economía argentina: de la prosperidad a la decadencia

Argentina experimentó en los primeros 80 años de su historia un modelo de país abierto al capital, al comercio y a la tecnología. Sin embargo, la historia posterior estuvo marcada por una creciente intervención estatal, lo que desembocó en la decadencia económica de la nación.

“El período comprendido entre 1852 y 1943 fue clave para el desarrollo de la Argentina como una de las economías más prósperas del mundo”, señaló el economista Federico Domínguez, socio de Pampa Capital y autor de “La Rebelión de los Pandemials” y “Argentina hiper-acelerada”, durante una charla ofrecida en el evento virtual Economía Online del área de Economía de CREA.

“Ese modelo liberal, centrado en un Estado reducido y sólidos derechos de propiedad, permitió que el país fuera una de las naciones más ricas, caracterizadas por su fuerte crecimiento económico y una clara integración al comercio internacional”, añadió.

El auge de la agricultura, especialmente la producción y exportación de granos y carne, consolidó a Argentina como una potencia global. Este período fue también el de la llegada al poder de figuras clave como Julio Argentino Roca, cuyo gobierno potenció el modelo agroexportador, el cual, a pesar de sus limitaciones, promovió un crecimiento económico sostenido y un desarrollo social destacado en el contexto latinoamericano.

A partir de 1943, la Argentina empezó a transitar un ciclo de decadencia económica marcado por un viraje hacia políticas de mayor intervención estatal. En lugar de empoderar al sector privado para atender las crecientes demandas sociales, el modelo pasó a depender cada vez más del Estado. Este cambio se reflejó en un aumento de la presión fiscal, el control de precios, y la implementación de políticas proteccionistas que, aunque inicialmente buscaban proteger el empleo y los sectores más vulnerables, terminaron ahogando la competitividad y desincentivando la inversión.

“Argentina pasó de ser un país de alto desarrollo a uno con grandes desequilibrios fiscales y monetarios, lo que la llevó a entrar en una espiral de inflación y pobreza. A medida que la intervención estatal aumentaba, la economía se deterioraba, lo que provocó el crecimiento de la pobreza hasta alcanzar niveles alarmantes, con un 50% de la población en situación de vulnerabilidad a finales de 2023”, explicó el economista.

La situación económica al inicio del gobierno actual

Al asumir el actual gobierno de Javier Milei, el país enfrentaba una situación crítica: un Banco Central (BCRA) con reservas negativas del orden de 11.000 millones de dólares, una deuda con importadores de más de 50.000 millones de dólares, y un panorama inflacionario alarmante debido al control de precios y a una base monetaria desbordada. En este contexto, el gobierno implementó un plan económico estructurado en varias etapas orientado a restaurar el orden fiscal y monetario.

La primera etapa del plan fue la búsqueda del superávit fiscal a través de la reducción del gasto público. Esta medida resultó fundamental, ya que no se trataba solo de aumentar los impuestos, sino de liberar recursos que pudieran ser invertidos en el sector privado, impulsando así el crecimiento económico. La segunda etapa fue la congelación de la base monetaria amplia, que detuvo la emisión descontrolada de dinero y permitió una desaceleración de la inflación.

La tercera fase –remarcó Domínguez– se dio con la salida del cepo cambiario en abril de este año, lo que habilitó el ingreso de fondos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial y BID.

La cuarta etapa, que sigue en desarrollo, está orientada a la reducción del riesgo soberano (necesario para que el Estado argentino pueda regresar al mercado privado de crédito) y la monetización de la economía, apoyada por tasas de interés positivas y políticas monetarias contractivas.

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Federico Domínguez

Federico Domínguez

Pobreza y salarios reales

Uno de los resultados más destacados de las medidas adoptadas fue la caída de los niveles de pobreza, que pasaron del 50% a un nivel cercano al 31-32%. “Ese descenso no sólo se debió a las políticas macroeconómicas, sino también a la recuperación de los salarios reales desde abril del año pasado. Además, la mejora en la balanza de pagos, impulsada por el sector agroindustrial, fue clave para la estabilización económica del país”, resaltó.

También afirmó que el campo sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la economía argentina. Durante los últimos 200 años, el país ha dependido de la producción del agro como fuente principal de ingresos y exportaciones. Sin embargo, el panorama está cambiando con la inclusión de otros sectores estratégicos, como los hidrocarburos y la minería.

“En 2022, Argentina enfrentó un déficit energético de 5000 millones de dólares, pero este año se prevé un superávit de hasta 9000 millones. Por otro lado, la minería, aunque aún incipiente, promete un crecimiento significativo para las próximas décadas”, afirmó.

Reformas fiscales y la importancia de la competitividad

El gobierno ha mantenido un enfoque claro en la reducción de impuestos como medida para mejorar la competitividad del país. Como parte de este proceso, se eliminó el impuesto PAIS, un tributo que encarecía los productos y servicios. Además, la agenda fiscal incluye la eliminación gradual de los derechos de exportación y otros impuestos distorsivos. Aunque estos cambios son importantes, la situación aún presenta desafíos, como la persistente carga fiscal en las provincias y la presión de ciertos sectores que proponen aumentos en los impuestos.

“Uno de los problemas estructurales en Argentina es el aumento del empleo público, particularmente en las provincias. Desde 2003, la cantidad de empleados públicos en el país se ha duplicado y la mayoría de este crecimiento ha ocurrido a nivel provincial. Reducir el gasto en este ámbito es una prioridad para el gobierno, que busca recortar ministerios sobredimensionados, reducir la burocracia y evitar el despilfarro de recursos”, comentó.

Además, dijo que se estima que muchas provincias podrían mejorar sus finanzas reduciendo el gasto público innecesario y mejorando la eficiencia en el uso de los recursos. Esta es una de las áreas en las que el gobierno podría encontrar un amplio margen de maniobra para lograr una mayor estabilidad económica a nivel nacional.

Factores globales y el contexto internacional

El panorama económico global también es un factor clave en el análisis de la economía argentina. Domínguez destaca que, aunque la Argentina está protegida en parte por su posición como productor de alimentos, hidrocarburos y minerales estratégicos, el contexto geopolítico internacional sigue siendo incierto. Los conflictos entre grandes potencias, como Estados Unidos y China, podrían afectar las dinámicas comerciales y de inversión a nivel mundial.

A nivel local, el envejecimiento poblacional y la caída en la tasa de fertilidad en los principales países del mundo también representan desafíos. “Si bien Argentina podría beneficiarse de ser un proveedor de alimentos y recursos estratégicos, la reducción de la población activa en otras regiones podría generar tensiones en los mercados laborales y de consumo”, advirtió.

Mirando hacia el futuro, Domínguez aseveró que es optimista respecto al rumbo económico de la Argentina, especialmente si el gobierno mantiene su enfoque en el superávit fiscal y en la implementación de reformas estructurales. Entre esas reformas, destaca la reforma laboral y la mejora en la competencia fiscal entre provincias. Si el gobierno sigue comprometido con la reducción del gasto público y la promoción de políticas liberales, el país podría experimentar una recuperación sostenida en los próximos años.

En cuanto a la política, el fenómeno de Javier Milei y el ascenso de las ideas liberales no parece ser un simple fenómeno de antipolítica, sino un cambio profundo en la conciencia de las clases medias y bajas, quienes tradicionalmente apoyaron al justicialismo.

“Argentina está atravesando un proceso de transformación económica que podría devolverle la estabilidad y el crecimiento. El enfoque en la reducción del gasto público, la mejora de la competitividad y la diversificación de su economía con el apoyo de sectores como la minería y los hidrocarburos ofrecen un panorama optimista. Sin embargo, el país sigue enfrentando desafíos internos, como el alto nivel de impuestos y el gasto público provincial, que deben ser abordados para garantizar un desarrollo sostenible en el largo plazo”, resumió.

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