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La iniciativa surgió de un trabajo conjunto entre instituciones educativas y grupos CREA, orientado a acompañar a estudiantes con potencial académico que enfrentan dificultades económicas para continuar sus estudios.
Vocación cumplida
Francisco cursó toda su formación escolar en instituciones públicas de la localidad de Serrano. Durante el último año del secundario, comenzó a dudar sobre su futuro profesional. Aunque siempre había pensado en estudiar una carrera vinculada al campo, habiendo vivido en un pueblo cuya economía se basa principalmente en la actividad agropecuaria, necesitaba confirmar su verdadera vocación.
“A fines de 2023, cuando estaba por terminar la secundaria, empecé a tener dudas de qué quería estudiar verdaderamente y eso me puso mal. Yo siempre tuve decidido que quería ser veterinario, pero a la vez pensaba: ‘¿Quiero ser esto el resto de mi vida?’”, recordó.
En ese momento conoció a Lichi, quien le propuso participar del proceso de orientación vocacional impulsado por la región Centro de CREA. El resultado de esa prueba fue determinante para reafirmar su decisión. Además, fue uno de los seleccionados para recibir una beca que le permite afrontar parte de los costos asociados a la vida universitaria. “La beca es de gran importancia, es un gran aporte más que nada para pagar el alquiler y otras cosas básicas. Después siempre llevo comida de la casa de mis viejos”, explicó.
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Para Francisco, el acompañamiento de CREA significó la posibilidad de sostener su vocación y avanzar con sus estudios.
Sus padres viven en su pueblo natal. “Son dos laburantes. Mi vieja trabaja en una escuela y mi viejo en una estación de servicio”, contó. Como la distancia entre Río Cuarto y Serrano es de unos 250 kilómetros, Francisco suele regresar al menos una vez por mes. “Siempre alguien va y viene de Río Cuarto a Serrano, entonces el viaje se hace más llevadero”, agregó.
Actualmente cursa segundo año de la carrera y no adeuda materias del primer ciclo. “Estoy al día con las materias. Trato de no atrasarme para que no se me acumule nada”, explicó.
Paralelamente, buscó tener contacto directo con la producción agropecuaria, que considera fundamental para su formación profesional. “Visité el tambo del establecimiento Los Devas, de Damián Spagnuolo. Conocí las instalaciones en general y estuvimos haciendo algunas prácticas con las vacas, como el tacto”, relató. En 2023 también trabajó en otra explotación lechera realizando controles, tareas de fumigación y otras actividades. “Siempre iba de un lado para otro con algún veterinario, para vincularme y, junto al proceso de orientación vocacional, terminar de corroborar si era verdaderamente lo que quería”.
A futuro, su interés profesional se orienta hacia los sistemas de producción bovina. “Me gustaría trabajar con grandes animales en un tambo o en un campo de cría, siempre en relación a las vacas”, expresó.
Francisco será el primero en su familia en completar estudios universitarios. “Para mí es una responsabilidad muy importante. Mis viejos están muy orgullosos y me apoyan en todo”, aseguró.
Mesa de integración
En 2025, la Mesa de Integración a la Comunidad de la zona CREA Centro cumple dos décadas de trabajo articulado con instituciones educativas. Está conformada por docentes, directivos y miembros CREA, entre otros actores. Desde su creación, impulsó distintas iniciativas con foco en el fortalecimiento del vínculo entre los sistemas productivo y educativo, mediante la promoción de proyectos que favorecen la inclusión social y el desarrollo de jóvenes talentos en la región.
Uno de los principales espacios de trabajo fue el Grupo CREA Escuelas, integrado por 25 instituciones de la región que adoptaron la metodología CREA como herramienta de gestión pedagógica. “Hace cinco años, de ahí surgió la posibilidad de poder implementar un proyecto de orientación vocacional ocupacional para estudiantes de sexto año de escuelas secundarias con las que trabajamos”, explicó Bongiovanni, coordinadora de la Mesa. “Nosotros teníamos unos fondos y queríamos utilizarlos para algo que tuviera un impacto”, agregó.
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n 2025, la Mesa de Integración a la Comunidad de la zona CREA Centro cumple dos décadas de trabajo articulado con instituciones educativas.
“Empezamos haciendo el proceso de orientación vocacional con un grupo de alumnos destacados, que sobresalían en términos aptitudinales y que esencialmente necesitaban una ayuda extra para poder hacer una carrera universitaria”, detalló.
Yemi fue uno de los seleccionados en esa primera instancia. Su perfil fue luego evaluado por los integrantes de la Mesa, quienes realizaron entrevistas personales a los candidatos. “Francisco quedó seleccionado con seis alumnos más. De esa selección pasó a la Mesa de Integración, donde se entrevistó a los chicos que eran candidatos. Y quedó seleccionado como el mejor candidato para la beca”, recordó Bongiovanni.
El acompañamiento continuó una vez que Francisco inició sus estudios en la Universidad Nacional de Río Cuarto y, cuando los fondos de la beca inicial comenzaron a agotarse, buscaron una alternativa para sostener el apoyo económico. “Consultamos al CREA Tambero Villa María si podíamos presentar el caso, y enseguida los miembros CREA dijeron: ‘Nosotros lo tomamos y lo acompañamos durante todos los años de la carrera’”, relató. La propuesta fue impulsada y respaldada por el asesor del grupo, Ariel Montilla, quien promovió la idea como parte de una estrategia de responsabilidad social.
“El proceso también implica un acompañamiento personalizado a nivel emocional y pedagógico durante la selección y hasta el día de hoy”, dijo Lichi, y aseguró que “esto hubiera sido imposible sin el apoyo del vocal regional, Pablo Chico, y del coordinador general, Fernando García, quienes se encargaron de instalar el tema en la Mesa de presidentes. Sin ese acompañamiento no hubiéramos logrado el alcance que queríamos, tanto con el programa de orientación vocacional como con el proyecto de becas”.
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“Empezamos haciendo el proceso de orientación vocacional con un grupo de alumnos destacados, que sobresalían en términos aptitudinales y que esencialmente necesitaban una ayuda extra para poder hacer una carrera universitaria”, detalló Bongiovanni.
Un grupo motivado
El grupo CREA Tambero Villa María está integrado por ocho productores lecheros distribuidos en distintas localidades del centro y sur de Córdoba como Pozo del Molle, hacia el norte de la provincia; Serrano, Villa María y Río Cuarto, hacia el sur.
Roberto Piccato, presidente del grupo, recordó que la decisión de otorgar apoyo económico a Francisco surgió a partir de una articulación con la Mesa de Integración a la Comunidad de la zona Centro. “Ellos están atentos a estas personas que tienen capacidades destacadas y que están limitadas por la situación económica. De ahí salió la iniciativa”, explicó.
“Cuando se terminaron los fondos de la mesa, nos llegó el comentario de un chico que le iba bien en la carrera, llevaba todas las materias al día, pero que estaba atravesando un momento difícil porque iba a perder la beca. Entonces decidimos que, con un pequeño esfuerzo de cada productor, podíamos ayudarlo a seguir con la beca para que siga estudiando”, detalló.
Según Piccato, las acciones vinculadas a la comunidad permiten no solo dar respuesta a necesidades puntuales, sino también generar vínculos con futuros profesionales. “Además de detectar estas necesidades con la Mesa de Integración, también se detecta algún joven que puede ser un potencial trabajador de nuestras explotaciones”, señaló.
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Las acciones vinculadas a la comunidad permiten no solo dar respuesta a necesidades económicas puntuales, sino también generar vínculos con futuros profesionales.
La propuesta fue bien recibida dentro del grupo y se puso en marcha rápidamente. “Lo charlamos entre todos, y nos entusiasmamos enseguida. Porque nos pareció que con un mínimo esfuerzo de cada uno, podríamos tener un gesto con la comunidad y ayudar a una persona que lo necesitaba”, sostuvo. También lo entendieron como una oportunidad para tender puentes entre el sector agropecuario y la sociedad urbana. “Era una posibilidad de acercar el campo a la ciudad, que muchas veces tiene una impresión negativa del campo”, afirmó.
El compromiso asumido es acompañar a Francisco hasta que finalice sus estudios universitarios. “Es un desafío que nos motiva. Pensamos que esa persona también se va a identificar con nuestro Movimiento CREA y, cuando se reciba, capaz que va a elegir a una de nuestras empresas para insertarse laboralmente”, sostuvo. “A nosotros nos gustaría, porque estudia una carrera relacionada con nuestra actividad”, concluyó.