La práctica de incorporar la urea en comparación con aplicarla en superficie aumentó la absorción de nitrógeno en 22 kg/ha, mejoró el estado nutricional del cultivo de trigo y, en el promedio de diferentes situaciones, promovió mejoras en los rendimientos y la calidad comercial del cereal. Así lo muestran las datos consolidados de tres campañas de experimentaciones realizadas por el equipo técnico de la región CREA Norte de Buenos Aires.
En 2024/25 se realizó en la región el tercer ensayo consecutivo diseñado para cuantificar el impacto de la tecnología de incorporación del insumo nitrogenado.
Los ensayos fueron realizados en tres sitios representativos de la región para el cultivo de trigo sobre soja de primera (el antecesor más habitual). Para plantear los tratamientos se utilizó la propia sembradora del establecimiento para generar los tratamientos de urea granulada y se empleó la misma cantidad de kilos bajo el modelo de fertilización nitrogenada del lote (suelo + fertilizante).
Los tratamientos realizados en las últimas tres campañas fueron los siguientes: urea incorporada, lo que implicó clavar los cuerpos sembradores incorporando la urea; urea voleada sin remoción, para lo cual se levantaron los cuerpos sembradores lo más posible, pero permitiendo que la rueda de mando vaya girando y dosificando la urea, con las mangueras sueltas desde abajo, para que así la urea caiga en superficie; urea voleada con remoción, que consistió en el primer tratamiento, pero soltando las mangueras desde abajo para que la urea caiga en superficie.
Además, en la campaña 2024/25 se agregó un cuarto tratamiento que incorporó el 70% pre-siembra y completó el 30% restante al voleo en macollaje, buscando de esa manera cuantificar el efecto de la partición de la dosis. Ese esquema permitió despejar, respecto del efecto total, el efecto parcial de la remoción sobre la calidad de implantación y de daño de helada. También se evaluó el impacto de la partición 70-30% de la urea.
Los distintos tratamientos mostraron diferencias importantes en rendimiento explicadas por cambios en el número de granos fijados (espigas y granos/espiga). La interacción entre sitio y tratamiento fue de magnitud.
En el sitio de Arroyo Dulce, en 2024/25 las diferencias alcanzaron los 440 kg/ha, mientras que en Alberdi fueron de 370kg/ha, aunque en Bragado no hubo diferencias. Los resultados de la última campaña, en promedio, marcan una diferencia de rinde menor a la observada en las dos campañas anteriores, lo que indica que la práctica de la incorporación de urea tiene interacción con las condiciones ambientales de cada campaña, aunque su respuesta es consistente.
Por otra parte, la proteína y el gluten también fueron afectados en el mismo sentido y con más diferencias respecto a campañas anteriores, reforzando la hipótesis de un mejor estado nutricional de los cultivos al incorporar la urea.
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Rendimiento (kg/ha), número de granos/metro cuadrado, peso de grano (gramos), número espigas/metro cuadrado, granos/espiga, eficiencia de uso de nitrógeno (kg grano/kgN ofertado) y calidad comercial de cada tratamiento como promedio de sitios. DMS al 5% e interacción sitio por tratamiento.
Al analizar los registros de las tres últimas campañas, se observó un leve efecto sobre rendimiento por parte del tratamiento con remoción del suelo, que alcanzó los 120 kg/ha, mientras que el efecto completo por la incorporación de urea presentó un salto de rinde promedio de 490 kg/ha. Ambos efectos son consistentes en los distintos niveles de productividad evaluados.
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Rendimiento de los tratamientos con urea incorporada y remoción en función del rendimiento de urea voleada
También se observaron respuestas en calidad comercial, dado que al incorporar la urea, en promedio de las tres campañas, mejoró el tenor proteico en un rango de 0,2 a 0,8 punto.
Informe Incorp de Urea 24.pdf