Campaña agrícola: tomar decisiones en un escenario incierto
El contexto en el que trabajamos es incierto, variable y volátil debido a factores climáticos, comerciales y políticos. Aspectos clave para tener en cuenta al planificar la campaña agrícola.
Alcanzaste el límite de 40 notas leídas
Para continuar, suscribite a Crea.
Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
Cuando trabajamos en un escenario como el actual es recomendable formalizar los posibles escenarios en los cuales se tomarán las decisiones. Cada vez que un empresario toma una decisión clave, lo hace siempre en función de un escenario probable, aunque a veces no sea consciente de ello. El hecho de formalizar escenarios permite ex post justificar las decisiones tomadas durante la campaña agrícola.
Si no validamos qué vamos a hacer y cómo de acuerdo a la situación proyectada que consideramos más probable, será difícil justificar las decisiones instrumentadas, más allá de cuál haya sido su resultado final.
Un negocio depende de la interacción de la coyuntura con la rutina. Podemos ser los mejores implementando rutinas de trabajo, pero si nos no acompañan el clima y los precios, el resultado del negocio va a ser desfavorable. Y viceversa.
Arrancamos la campaña agrícola 2021/22 con reservas hídricas escasas en muchas regiones y con un evento La Niña en ciernes. Estamos con alquileres más caros en qq/ha de soja, mientras que los rendimientos de indiferencia son mayores.
La primera parada de la campaña consiste en el diseño productivo. La segunda es la estrategia financiera en un contexto de inflación con una compleja situación cambiaria. Tenemos que definir cómo será el financiamiento, en pesos o en dólares, y si va a ser bancario, comercial o financiero.
Si tomáramos, por ejemplo, una tasa de interés del 40% anual en pesos, y de acá a un año el tipo de cambio oficial no acompañara a la inflación, es decir, a la depreciación del peso, podríamos terminar pagando tasas de interés muy elevadas. Pero si, finalmente, la devaluación fuera muy profunda, esa tasa del 40% podría terminar siendo negativa. Este riesgo está presente en un contexto incierto.
En ese sentido, el arbitraje de tasas permite capturar oportunidades financieras; este mecanismo consiste es tomar créditos en pesos en el sistema bancario o bien a través del descuento de cheques avalados por Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) para luego dejar abierta esa posición (asumiendo un riesgo) esperando que el tipo de cambio oficial (a partir del cual se liquidarán los granos) evolucione por encima de la tasa de interés asumida. Otra posibilidad es calzar la tasa asumida con contratos a futuros de dólar en el Matba Rofex, de manera tal que si la tasa implícita contenida en los contratos futuros de dólar resultara menor que la tasa asumida en los créditos en pesos, entonces la tasa de interés real asumida sería negativa, lo que representaría un ingreso para la empresa (la tasa de interés implícita es la diferencia entre el tipo de cambio actual versus el valor del contrato de dólar futuro para una fecha determinada).
Cada uno asumirá ese riesgo en función del escenario que considere más probable. Ante un contexto incierto existen siempre oportunidades y amenazas.
Otro aspecto clave es la planificación fiscal. Estamos inmersos en un negocio estacional, lo que implica que genera ingresos en un momento del año con una carga de costos concentrada en otro momento. En el actual contexto puede suceder que dos empresas con actividades similares tengan una carga tributaria muy diferente en función de la planificación fiscal instrumentada. Una puede acumular crédito fiscal y otra no. Es necesario hacer un adecuado diagnóstico de créditos fiscales y evaluar alternativas para reducirlos en caso de tenerlos.
Otro aspecto de vital importancia es la estrategia comercial, especialmente en escenarios en los cuales los precios de los granos son muy volátiles. Definir un precio objetivo para cada uno de los cultivos, además de un determinado porcentaje de cobertura, resulta aconsejable. Si bien los valores locales de los granos son elevados en términos históricos, las relaciones insumo/producto son más desfavorables que las de un año atrás. Afortunadamente, muchas compras de agroinsumos se adelantaron con el propósito de cerrar brechas.
La siguiente parada es particularmente significativa en la presente campaña: se trata de la logística. El acceso a las terminales portuarias se está complicando a partir de las dificultades generadas por la bajante histórica del río Paraná y los recurrentes problemas sindicales. Entonces es necesario planificar bien los forwards comprometidos, conocer bien qué establecen los contratos, que flexibilidad tienen, qué pasa si no nos pueden recibir la mercadería en la fecha estipulada, cuánto vamos a embolsar y qué le sucede al negocio si aparece un sobrecosto logístico, entre otras cuestiones.
Por supuesto, todo esto es indispensable, pero no hay que dejar de considerar el análisis de las inversiones tecnológicas necesarias para ser lo más competitivos posible en lo que respecta a costos de producción, considerando escalas mínimas, nuevas metodologías, reorganización de procedimientos, posibles asociaciones y un largo etcétera de alternativas.
Si bien la intuición del empresario es importante, todas las decisiones robustas son factibles de ser auditables. Al momento de revisar el proceso de toma de decisiones es importarte planificar escenarios de modo tal que, si el resultado no fuera el previsto, se deberá evaluar si el error estuvo en el análisis del contexto, en la decisión que se tomó a partir del contexto proyectado o en ambos.
Por la naturaleza de nuestra formación, tendemos a trabajar fundamentalmente en los rendimientos agrícolas, aunque en la actual coyuntura esa es solo una variable más del negocio. Existen, además, otros factores que pueden tener una incidencia equivalente o incluso superior a la productiva. Un ejemplo: este año, el cultivo de maíz volverá a avanzar sobre la superficie de soja en la Argentina; sin embargo, es bueno tener en cuenta que el cereal es un gran acumulador de créditos fiscales, exige una mayor inversión, un uso más intensivo de insumos y un costo de flete superior, además de presentar un mercado desdoblado entre los precios ofrecidos en los puertos del Gran Rosario respecto de los presentes en el sur bonaerense.
Por la naturaleza de nuestra formación, tendemos a trabajar fundamentalmente en los rendimientos agrícolas, aunque en la actual coyuntura esa es solo una variable más del negocio.
Todo análisis del negocio debería hacerse con una mirada integral que incluya los diferentes aspectos involucrados. Estamos ingresando en un contexto cada vez más incierto, por lo tanto, el proceso de toma de decisiones no puede evitar complejizarse.
Alberto Galdeano
Líder del Área Empresa de CREA
El presente artículo es una síntesis de una presentación realizada en una jornada virtual organizada por la regional Los Surgentes/Inriville de Aapresid.