17 de marzo de 2025 en Buenos Aires

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Agricultura inteligente: conocé a la startup argentina que apuesta al desarrollo de tecnología de precisión

Agricultura inteligente: Seed Matriz desarrolla cápsulas para semillas que mejoran la siembra, detectan estrés en plantas y optimizan el rendimiento de los cultivos de girasol, sorgo, maní, maíz y alfalfa. La empresa cuenta con el apoyo de miembros CREA como cofundadores, inversores y clientes.

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Por CREA Región Centro

Con sede en Río Cuarto, Córdoba, y oficinas en St. Louis, Missouri, Estados Unidos, la startup Seed Matriz fue fundada en 2018 con el objetivo de generar conocimiento y tecnologías innovadoras para el sector agrícola con foco en agricultura inteligente.

Tras desarrollar productos que optimizan la siembra y el crecimiento de cultivos, este año la compañía proyecta multiplicar por diez sus operaciones en Argentina y continuar la expansión en mercados internacionales como Estados Unidos, Brasil y Paraguay.

“Nuestro eslogan es "Agricultura planta por planta". Cada desarrollo que hacemos está enfocado en valorar la semilla de manera individual, tratando a cada planta como un individuo. Si bien las plagas afectan a grupos de plantas, nuestra meta es alcanzar el máximo nivel de precisión posible. Es una visión de futuro, pero ya estamos actuando en esa dirección. Todos nuestros productos están diseñados bajo esa premisa”, explicó Federico Cola, cofundador y CEO de Seed Matriz, quien también es productor de la empresa familiar Arraigada y participa desde hace 30 años en el CREA Carnerillo, así como en los grupos CREA Valle de Conlara y Buena Esperanza.

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La idea de crear la startup surgió a partir de los viajes que realizaron los productores del grupo CREA Carnerillo a diversos ecosistemas de innovación, como Estados Unidos, Israel y Francia. En estos destinos, conocieron modelos de innovación que, a diferencia de las empresas tradicionales, requieren una escala global y un crecimiento exponencial.

“Me interesó avanzar en un modelo de gestión innovador, creando una empresa de tecnología para generar conocimientos. Tras una visita que realizamos a Silicon Valley, decidí poner en práctica una idea que tenía hace tiempo sobre el tratamiento y encapsulado de semillas. El objetivo inicial era mejorar la calidad de la siembra mediante el desarrollo de una cápsula que incorpora bioestimulantes, elementos de protección y nutrición temprana”, detalló.

Para impulsar el emprendimiento, Cola aprovechó su experiencia en otras empresas de tecnología y procesos de generación de valor, como socio y director ejecutivo de Bio 4, una compañía dedicada a la producción de bioetanol, y como fundador de Pampa Start, un venture capital (capital de riesgo) que impulsa el desarrollo de startups Agtech, que generan tecnologías aplicadas al agro.

A la idea original de encapsular semillas se sumaron rápidamente otros cofundadores, quienes aportaron el capital inicial y conocimientos. Entre ellos se encuentran sus hermanos, con quienes conforma la empresa familiar, así como Ceres Demeter, especializada en productos biológicos, el ingeniero electrónico Jorge Suino, y productores agropecuarios, miembros del CREA Carnerillo.

Las empresas de conocimiento requieren un modelo de financiamiento no tradicional, ya que demandan grandes inversiones en investigación y desarrollo (I+D) que superan sus ingresos iniciales. Por ello, dependen del apoyo de inversores. El 80% de los accionistas de Seed Matriz son miembros de CREA, principalmente del grupo Carnerillo, aunque con el tiempo se fueron sumado productores de otras regiones, especialmente del centro del país.

“En 2018 iniciamos los desarrollos con el capital aportado por los cofundadores. Al año siguiente, concretamos la primera ronda de inversión, por 350.000 dólares. En 2023, finalizamos la segunda ronda, que alcanzó el millón de dólares, con la incorporación de la Aceleradora del Litoral como líder de ronda. El año pasado iniciamos la tercera, por 3 millones de dólares. Actualmente, seguimos incorporando inversores ángeles y estamos en conversaciones para sumar un fondo internacional como lead investor”, detalló.

Gestión de datos y productos innovadores

Actualmente, la firma cuenta con tres productos en distintas etapas de desarrollo, cada uno diseñado para optimizar procesos agrícolas y ofrecer soluciones tecnológicas.

El primer producto es la cápsula 2.0, que busca mejorar la calidad de la siembra al uniformar el tamaño y la forma de las semillas. Además, incorpora bioestimulantes y otros micronutrientes y terápicos para el control temprano de plagas, como la chicharrita, que significa un beneficio adicional para los agricultores.

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El segundo desarrollo, denominado cápsula 3.0, lleva la tecnología un paso más allá. A la cápsula base se le añadieron minerales que permiten detectarla bajo tierra en tiempo real a surco cerrado. Esto es posible gracias a un sensor y una semilla censable, cuya cápsula facilita su identificación subterránea.

“Esta herramienta proporciona datos precisos sobre la profundidad a la que se está implantada la semilla y la distancia exacta entre una y otra. Hoy no existen otros desarrollos que ofrezcan esta información con tal nivel de exactitud. La tecnología nos permitirá tener un control constante y realizar siembras con profundidad variable. Ya no será necesario calibrar manualmente cada cuerpo de siembra, como se hace tradicionalmente. Con esto estamos logrando una mayor precisión y eficiencia”, destacó.

El tercer producto es el más sofisticado de la línea y está enfocado en la detección temprana de estrés en las plantas. A través de compuestos que potencian las señales de alarma de los cultivos, este desarrollo permite identificar síntomas de estrés, como cambios en la colorimetría, que son imperceptibles para el ojo humano. Estos cambios pueden ser captados por cámaras hiperespectrales o multiespectrales montadas en drones, aviones o satélites.

“Cuando una planta es atacada por un insecto o sufre algún tipo de estrés, emite señales similares a la fiebre en los humanos. Estas alteraciones pueden ser detectadas por nuestra tecnología, lo que nos permite tomar decisiones tempranas de manejo y mitigar posibles daños, así como también reducir costos de aplicación de producción e impacto ambiental”, explicó el CEO de firma.

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Una de las ventajas competitivas de la empresa radica en el conocimiento de los desafíos que enfrentan los productores agrícolas, por la experiencia que poseen sus fundadores y directivos en ese rubro. “Conocemos muy bien los problemas que hay que resolver en el campo, y eso nos permite diseñar mejores soluciones. Además, contamos con el apoyo de una red de productores CREA, en cuyos establecimientos probamos y testeamos nuestras tecnologías”, agregó Cola.

Investigación y desarrollo

Desde sus inicios, Seed Matriz se enfocó en construir un equipo profesional dedicado a la investigación y el desarrollo, con el objetivo de llevar productos innovadores al campo y mejorar continuamente su desempeño, procesos y costos.

Hoy, la empresa cuenta con un grupo de 16 profesionales a tiempo completo, entre los que se encuentran investigadores de diversas especialidades, como ingenieros agrónomos, electrónicos, químicos, industriales y en sistemas, además de biólogos. Este equipo multidisciplinario se complementa con investigaciones externas, información sobre patentes y bibliografía científica generada por universidades y el CONICET. Además, la startup colabora con socios estratégicos que aportan soluciones a problemas específicos y conformó un directorio integrado por expertos en aspectos técnicos y de negocios, muchos de los cuales pertenecen a la región Centro de la red CREA.

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“Como empresa de investigación, desarrollo y tecnología, nuestros mayores activos son las patentes. Por eso, trabajamos intensamente en una estrategia de propiedad intelectual que nos permite proteger fórmulas, desarrollos, frases y logos”, explicó Cola.

En este sentido, la compañía ya patentó la cápsula 2.0 en Argentina y Estados Unidos, protegiendo su fórmula, el proceso y el modo de uso. Actualmente, está en proceso de patentamiento un desarrollo para el control de la chicharrita, una plaga que afecta significativamente a los cultivos. Asimismo, con el apoyo de la Universidad Estatal de Iowa, avanza en la protección intelectual de su segundo producto, la cápsula 3.0, que permite monitorear la profundidad y calidad de siembra en tiempo real.

Expansión y visión global

Actualmente, los productos de la empresa están siendo utilizados en 2.500 hectáreas en Argentina, en campos de clientes que adoptaron la tecnología. La empresa comenzó a comercializar sus desarrollos en el país hace tres años, inicialmente con el sistema de encapsulado para cultivos como girasol, sorgo, maní, maíz y alfalfa. En el futuro, planean extender su alcance a otros cultivos, como la soja.

“Cada especie tiene sus beneficios al encapsularla, ya sea por la mejora en la calidad de la semilla, la posibilidad de agregar bioestimulantes, protectores para el control de plagas como la chicharrita, o insecticidas específicos. Nuestra tecnología se adapta a las necesidades de cada cultivo”, explicó Cola.

Ahora los planes involucran una expansión internacional. En Brasil, la empresa está realizando ensayos en maíz con la incorporación de bioestimulantes e insecticidas contra Dalbulus. En Estados Unidos, por su parte, lleva tres campañas de siembra y se encuentra en su cuarto ciclo productivo. Para 2025, la compañía planea lanzar un prototipo comercial en el mercado estadounidense.

“Nuestro objetivo es ser una empresa de crecimiento exponencial. La previsión es alcanzar las 25.000 hectáreas en la campaña 2025-2026. Este negocio requiere pensar en una escala global, por lo que estamos en conversaciones y desarrollos conjuntos con empresas de Estados Unidos, Brasil, Paraguay y varios países de Europa”, destacó Cola.

Aunque actualmente operan una planta local, donde encapsulan las semillas para comercializar sus productos y demostrar la tecnología a los agricultores, el modelo definitivo del negocio apunta a licenciar esta tecnología directamente a los semilleros. “Ya tenemos acuerdos con importantes semilleros globales, aunque por temas de confidencialidad no podemos revelar sus nombres”, concluyó.

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