En las últimas décadas –y muy especialmente en los últimos años– se registra un incremento de los Tratados de Libre Comercio entre diferentes naciones y regiones del orbe. Según detalló Marcelo Elizondo en el Congreso CREA 2022 hay más de 350 acuerdos de libre comercio celebrados en el mundo, de los cuales más de la mitad se instrumentaron en los últimos 20 años.
El dato es que el 60% del comercio global ocurre entre países que han celebrado alguno de tales acuerdos. “Pero en la Argentina sólo el 15% de las exportaciones se dirige a algún país en el que tenemos algún tipo de preferencia, lo que significa que tenemos obstáculos que otros países ya han logrado eliminar”, advirtió el especialista, quien es consultor de empresas y asociaciones empresariales en materia de negocios internacionales y director del capítulo argentino de International Chamber of Commerce.
Elizondo explicó que tales acuerdos internacionales se están redefiniendo en la actualidad, dado que en la pospandemia se está volviendo a una selección de socios en función de un criterio de “friendshoring”, es decir, por afinidad cultural o política entre países. En este contexto, la integración comercial determina que las cadenas de valor evolucionen hacia “redes de valor”, dado que los procesos involucrados comienzan a generar datos que luego proporcionan información valiosa para producir conocimiento, un insumo que, gracias a las nuevas tecnologías, puede aplicarse con gran velocidad y amplitud territorial.
“Las cadenas globales de valor se están viendo modificadas críticamente. Se trata de empresas que se vinculan de manera regular, invierten juntas, planifican; son aliados antes que clientes. Estas cadenas están cambiando porque se consolida la economía del conocimiento, en la cual los intangibles son el componente más valioso”. “Las cadenas globales de valor se están viendo modificadas críticamente. Se trata de empresas que se vinculan de manera regular, invierten juntas, planifican; son aliados antes que clientes. Estas cadenas están cambiando porque se consolida la economía del conocimiento, en la cual los intangibles son el componente más valioso”.
Las “redes de valor”, cuando se integran unas con otras, conforman verdaderos “ecosistemas” de negocios que suelen potenciarse mutuamente. Así, las empresas que fabrican productos pueden eventualmente generar tecnología y promover nuevos estándares o modalidades de gestión de recursos.
“Hoy en el mundo, antes que cadenas hay ecosistemas, es decir, redes de organizaciones que se vinculan entre sí. Y la sofisticación de los negocios es tal que la innovación requiere socios”, precisó el consultor.
“El mundo está evolucionando desde el paradigma del menor costo hacia el paradigma del mayor valor y, en ese sentido, mucho de lo que el agro argentino exporta es servicio incorporado en la previa, en el proceso y en la fase final de comercialización”. “El mundo está evolucionando desde el paradigma del menor costo hacia el paradigma del mayor valor y, en ese sentido, mucho de lo que el agro argentino exporta es servicio incorporado en la previa, en el proceso y en la fase final de comercialización”.
Por supuesto: para que tales fenómenos prosperen se necesita reunir una serie de requisitos, entre los cuales se incluyen una escala de valores adecuada, educación, infraestructura, orden social, apertura comercial, capacidad de gestión y políticas tributarias acordes a la capacidad presente en la economía, entre otros factores.
“Desde que empezó el presente siglo, el valor agregado agrícola en el mundo creció un 80%, mientras que en la Argentina aumentó en un 40% y esto tiene que ver con nuestra dificultad para incorporarnos en estos procesos”, aseguró.
“Somos una economía con enorme capacidad de abastecimiento de algo crítico para el mundo, pero tenemos que empezar a adaptarnos para un mundo que nos mira con lupa”. “Somos una economía con enorme capacidad de abastecimiento de algo crítico para el mundo, pero tenemos que empezar a adaptarnos para un mundo que nos mira con lupa”.