El cambio cultural necesario para lograr una transformación digital en las organizaciones no se hace con computadoras, sino con personas que empiezan a trabajar en red. Así lo indicó en el Congreso CREA 2022, Mariano Wechsler, cofundador de Digital House, para luego explicar que organizar a las empresas en nodos –en lugar de jerarquías– permite experimentar de manera permanente y asumir el error de eventuales equivocaciones sin poner en riesgo a la organización.
El especialista advirtió que para poder probar cosas nuevas es necesario equivocarse y actuar en pequeña escala, como es el caso –por ejemplo– de los ensayos de cultivares realizados en el sector agrícola. “Damos dos pasos y vemos qué pasó, y luego damos dos pasos más, y así vamos aprendiendo de los errores”, apuntó, para luego comentar que “las empresas que tenían esa metodología de trabajo antes de la pandemia de Covid-19 se acomodaron mucho mejor al nuevo contexto”.
“Cuando una organización empieza a parecerse cada vez más a una red, tiene la ventaja de que, si un nodo se cae, sigue funcionando, dado que las células que lo integran tienen permiso para tomar decisiones y errar”, explicó.
Además, Wechsler destacó que las empresas que operan como redes atraen a personas interesantes que tienen un propósito vital. “En el ámbito digital ningún programador quiere trabajar en empresas donde van solamente para que no los echen. Quieren trabajar en empresas donde puedan hacer cosas increíbles como parte de una célula dentro de una red”, resaltó.
El creador de Digital House explicó que cuando las personas tienen poder de decisión y permiso para aprender a través del error, comienzan a innovar en un marco que, si está bien organizado, no compromete la supervivencia de la organización y genera el beneficio potencial de crear nuevos bienes y servicios en función de los requerimientos dinámicos del mercado.
“En estas organizaciones, los líderes dan el propósito y proveen los recursos a los nodos para que éstos puedan desarrollar sus actividades, además de garantizar el libre flujo de datos entre ellos; esas organizaciones son las que crearon muchas de las tecnologías que usamos todos los días”, señaló.
Mariano señaló que el peor enemigo de la innovación son las organizaciones que establecen roles jerárquicos, determinan que la rentabilidad es el principal propósito, consolidan el control y restringen el flujo de datos. “Cuando se les da poder a las personas para que puedan equivocarse, van a empezar a experimentar. Es normal que las cosas salgan mal al comienzo, aunque después de un tiempo empiezan a funcionar y comienzan así a innovar”, remarcó.
“Es fácil alinear a las personas de una organización cuando el propósito es interesante, especialmente cuando se trata de las nuevas generaciones. ¿Ustedes están preocupados por tentar a las nuevas generaciones para que vengan a trabajar a las empresas?”, concluyó.