En el presente informe macroeconómico un difícil punto de partida: en los primeros siete meses del año, el déficit fiscal no solo no se está reduciendo, sino que, además, se está ampliando respecto al 2021 un 75% (-1,1% del PBI acumulado hasta julio). Si el gobierno desea cumplir la meta del FMI (2,5% del PBI), es necesaria una reducción significativa en el último cuatrimestre, en el cual se concentran la mayor cantidad de gastos. En ese sentido, desde mayo parece verificarse una mayor austeridad, aunque muy vinculada a la postergación de pagos a proveedores y es todavía prematuro afirmar que existe un “giro” en la política fiscal del Gobierno.