El mercado de vaquillonas de tambo enfrenta una oferta que no se está correspondiendo con la demanda. El tema fue analizado por la Comisión de Lechería de CREA.
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La consolidación de la tecnología de semen sexado en tambos tecnificados de alta escala viene promoviendo en los últimos años un crecimiento de la oferta de vaquillonas que no siempre encuentra demanda, lo que repercute en los precios de esa categoría.
Ese fenómeno, combinado con restricciones hídricas periódicas en diferentes cuencas lecheras, generó un desajuste entre los valores de las vaquillonas respecto del precio de la leche (la moneda de las empresas tamberas).
Sin embargo, al observar la dinámica de los valores de las vaquillonas en dólares el tipo de cambio oficial, los precios se encuentran en máximos históricos, aunque tales registros deben analizarse con precaución debido a los descalabros cambiarios recientes.
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Valores promedio por ejercicio de vaquillonas en dólares al tipo de cambio oficial de cada momento. Coop. Guillermo Lehmann
El tema, tratado en la última reunión mensual de la Comisión de Lechería de CREA, tiene un enorme actualidad porque en pocos meses más comenzará a ingresar al mercado un volumen importante de vaquillonas lecheras.
“A partir del mes de febrero, con las pariciones, muchos grandes tambos sacan a venta lotes de 300 a 400 vaquillonas que no son fáciles de vender y deben ajustarse de precio”, comenta Alan Zbrun, coordinador comercial de Hacienda en Cooperativa Guillermo Lehmann, quien fue una de las fuentes consultadas en la materia por los integrantes de la Comisión de Lechería de CREA.
Eso implica que lotes de vaquillonas con genética de punta que un lustro atrás superaban fácilmente valores equivalentes a 6000 litros de leche, actualmente se comercializan en torno a los 5000 a 5500 litros.
Además del factor climático, se presenta un cambio estructural en el mercado lechero, con tambos de alta escala que ganan eficiencia y, como contrapartida, unidades más pequeñas que pierden competitividad y capacidad de compra.
Los registros del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) muestran que la reducción del número de tambos se concentra en el segmento de empresas con producciones de 2000 a 4000 litros/día, las cuales, si bien no ingresan en la categoría de “pequeño”, no logran sumar escala por diferentes motivos, tales como sucesión familiar, acceso al financiamiento o desinterés por incorporar nuevas tecnologías y metodologías de trabajo.
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Frente a ese panorama, ¿existe la posibilidad de exportar vaquillonas lecheras en pie para agregar un factor adicional de demanda? “Hemos realizado ventas puntuales con destino a Paraguay, pero se trata de operaciones complejas que tienen un período de duración extenso por las regulaciones sanitarias implementadas por Senasa”, explica Alan.
“La demanda de vaquillonas sigue estando presente por la existencia de tambos que están encarando un proceso de evolución tecnológica, pero ese fenómeno en algún momento se madurará y, si se mantienen las actuales condiciones, habrá una evidente sobreoferta de la categoría”, advierte Alan.
El especialista de la Cooperativa Guillermo Lehmann estima que lo más apropiado antes de llegar a esa situación sería promover negocios de carne, como es el caso del “Beef on Dairy” presente en EE.UU.
“Si el programa de ordenamiento macroeconómico del actual gobierno resulta exitoso, el negocio cárnico tiene un potencial muy grande y las empresas tamberas pueden tener una participación más relevante en el mismo”, afirma.
En esa línea, algunos empresarios tamberos comenzaron a cruzar Holando con Angus con el propósito de mejorar el rendimiento de carne. El novillo cruza con un peso de 480 kilogramos posee actualmente un mayor valor que una vaquillona para servicio.