11 de junio de 2025 en Buenos Aires

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE

Ganadería: Una evaluación clave para elegir el mejor toro

La Prueba Pastoril Bonaerense apuesta a generar información confiable para elegir reproductores con mayor precisión y mejorar los rodeos vacunos.

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Por CREA Región Sudeste | SDE

Mientras avanza la edición 2025 de la Prueba Pastoril Bonaerense en Olavarría, provincia de Buenos Aires, ya se conocieron los resultados de la primera experiencia organizada por la Asociación Argentina de Angus y la región CREA Sudoeste. El programa apunta a mejorar la genética de los rodeos argentinos mediante evaluaciones objetivas, realizadas bajo la supervisión de las entidades.

En la primera edición, el 76% de los toros superó las pruebas, lo que permitió seleccionar animales con datos confiables para su comercialización, en base a cualidades reproductivas (circunferencia escrotal y calidad seminal), productivas (ganancia de peso) y de calidad de carne (como área de ojo de bife y grasa intramuscular), con el aporte de herramientas genómicas y DEPs (Diferencias Esperadas de Progenie).

Se vendieron 47 ejemplares en un remate realizado en Bahía Blanca, con buenos valores y con la participación de compradores toda la provincia de Buenos Aires. “Los toros contaban con el máximo nivel de información disponible al momento de salir a la venta, tras haber sido evaluados exhaustivamente durante la prueba, incluyendo DEPs”, informó Marcelo Fernández, presidente de la Comisión de Ganadería de la región Sudoeste de CREA.

WhatsApp Image 2025-05-19 at 10.59.31 (3).jpeg

Los DEPs son predicciones estadísticas que indican cuánto mejor o peor será la descendencia de un animal respecto a la media poblacional, en características de interés productivo y económico. En esta prueba, esos valores estuvieron enriquecidos por análisis genómicos, lo que permitió evaluar con mayor precisión el potencial reproductivo de cada toro.

A diferencia de otras experiencias, Fernández remarcó que la organización conjunta entre Angus y CREA garantizó la trazabilidad de los datos y la transparencia del proceso.

Actualmente se está llevando a cabo el proceso de evaluación de la nueva edición de la prueba, en la que fueron admitidos 59 toros. “Realizamos la primera jura, que es a ciegas porque el jurado no conoce a qué cabaña pertenece el animal, y donde se toman en cuenta los aspectos fenotípicos. Además comenzamos a realizar controles mensuales de peso, virus y parásitos”, indicó.

Información precisa para la toma de decisiones

“Una Prueba Pastoril de toros es una prueba de producción que se desarrolla como una recría a campo: un grupo diverso de animales de una misma edad, provenientes de distintas regiones y cabañas, se somete a un mismo entorno durante 300 días. Este proyecto surge de un objetivo compartido: transformar la cultura de compra de reproductores y elevar la calidad genética de los rodeos”, dijo Fernández.

Desde la organización, aseguran que la experiencia, en torno a la Prueba Pastoril Bonaerense, está arrojando muy buenos resultados. La primera edición comenzó en noviembre de 2023 con 65 toritos de 25 cabañas participantes, entre ellos 50 puros controlados y 15 de pedigree. De ese total, se vendieron 47 ejemplares en un remate realizado en Bahía Blanca, lo que representó el 72% del total ingresado. Todos los animales comercializados encontraron compradores, principalmente de la región sudoeste bonaerense, aunque también hubo participación de otras zonas de la provincia. A diferencia de otros remates, en esta oportunidad el catálogo ofreció una mayor cantidad de datos valiosos para que el productor decida la compra en función de las necesidades específicas de sus rodeos.

Los toros ingresaron con dos dientes y permanecieron en evaluación durante unos 300 días. En ese período se midieron múltiples aspectos: aumento de peso, circunferencia escrotal y calidad seminal, además de la realización de ecografías de carcasa y pruebas sanitarias, incluyendo la detección de diarrea viral bovina, entre otras.

Uno de los elementos diferenciales fue la incorporación de la evaluación de animales persistentemente infectados por diarrea viral bovina. “Desde CREA consideramos fundamental esta exigencia, porque introducir un toro persistentemente infectado es como meter un caballo de Troya en el rodeo”, apuntó Fernández.

WhatsApp Image 2025-05-19 at 10.59.31 (8).jpeg

El protocolo nutricional mantuvo constante el ambiente a través de pasturas consociadas con gramíneas y leguminosas, como pasto ovillo, cebadilla, festuca y alfalfa. “Creemos que es fundamental cuidar la sanidad del aparato digestivo de los toros, porque nuestros sistemas pastoriles requieren un rumen que pueda metabolizar eficientemente el forraje verde”, explicó. Solo al final del período de evaluación, tras la tercera jura fenotípica, se suplementó durante 30 días con cascarilla de soja al 1% del peso vivo, a modo de ajuste por la escasez de pasto.

Alberto Alem, integrante del grupo CREA Olavarría y propietario de la cabaña La Soñada, donde se realizó la prueba pastoril, destacó el hecho de que todos los toros se alimentaron en una mismo ambiente, que guarda una relación directa con las prácticas locales de los productores, asociadas a un sistema de recría. “Esta es una garantía. Todos los animales comieron lo mismo, solamente pasto, y el resultado está a la vista, porque desarrollan su fenotipo de la misma forma. El breve período de suplementación no modificó la performance de los animales. Lo que se vendió fue genética”, afirmó.

Fernández subrayó que “todos los datos de evaluación recabados durante las pruebas, como la ganancia de peso, la circunferencia escrotal, las características ecográficas de carcasa, figuran en la catálogo que se distribuyó a los productores”.

“Los toros recibieron un puntaje de acuerdo a la evaluación fenotípica y a los datos de producción. Luego, cuando fueron a remate, correlacionamos el precio de venta con el lugar que ocupaban en el ranking, y la correlación fue mediana. No fue fuerte, como venía sucediendo en otros remates. O sea que los productores no tomaron decisiones solo en relación a los aspectos fenotípicos del animal, sino que también utilizaron los datos de DEPs (Diferencias Esperadas de Progenie) a la hora de elegir los toros”, destacó.

“El objetivo es que el productor compre los toros según los requerimientos de su rodeo, en función de si necesita lograr cortes comerciales o modificar el tamaño de sus animales, por ejemplo”, agregó. Sobre este aspecto, Alem señaló que, en general, “los compradores fueron a comprar un animal de tamaño adulto moderado, que produzca muchos kilos hasta el destete, que tenga una alta tasa de crecimiento, que se termine rápido y no demande mucho tiempo hasta llegar al peso final. Casi todos los cabañeros trabajamos con estas características”, indicó.

Fernández, quien también es productor ganadero, miembro del CREA Nuestra Señora de las Pampas, se asombró por el desempeño de dos toros que compró en el remate: “Fueron de una mansedumbre llamativa y terminaron el servicio de una manera muy eficiente”.

“Destaco estas características, porque en mi trabajo como veterinario y productor, he visto muchos descartes por golpes o peleas, fruto del temperamento de los toros. También he visto una gran cantidad de descartes por problemas ruminales, que muchas veces comenzaron en las cabañas por la sobrealimentación y que se manifiestan en el toro después del servicio, y hacen que se deban rechazar. Cuando compré estos toros, tenía la garantía de que nunca habían comido granos. Además, los datos de DEPs me ayudaron a elegirlos en función de las necesidades puntuales de mi rodeo”, explicó.

WhatsApp Image 2025-05-19 at 14.00.53 (1).jpeg

Nueva Prueba Pastoril en marcha

La edición 2025 de la Prueba Pastoril Bonaerense admitió 59 toros pertenecientes a 26 cabañas. Este año ya se realizó la primera jura, en la que los animales fueron evaluados exclusivamente por su fenotipo.

“El jurado no sabe de qué cabaña proviene cada toro y selecciona en función del grupo al que corresponde cada uno. De esa jura surgen cuatro grupos, que luego se distribuyen en diferentes corrales”, explicó Alem. Y agregó: “En esta instancia el jurado puede hacer algunos descartes, pero normalmente las bajas definitivas se deciden después de la tercera jura, cuando ya se cuenta con todos los datos”.

Desde la primera evaluación, los animales comenzaron a ser pesados mensualmente para calcular su ganancia diaria de peso. Además, se implementaron controles sanitarios, con foco en virus y parásitos.

Mientras avanza esta nueva prueba, el equipo organizador anticipó que prevé reforzará la vinculación con los grupos CREA. “Estamos planificando una recorrida para explicar qué estamos haciendo y por qué. Nuestro objetivo no es vender toros, sino que el miembro CREA pueda tener más herramientas a la hora de tomar decisiones y mejorar su genética”, comentó Fernández. Por otro lado, reconoció que hay aspectos sociales que todavía deben fortalecerse. “La idea es mejorar el ida y vuelta entre las cabañas y los productores. Es un buen momento para juntarse, charlar y compartir opiniones”, señaló.

El valoer de la genética

Fernández destacó la importancia de utilizar la información genética al momento de seleccionar un reproductor. Señaló que, en muchos remates tradicionales, las decisiones de compra todavía se toman en base a características fenotípicas observadas en el día del evento. "Una encuesta realizada en este ámbito mostró que los compradores se guiaron por el peso del animal en el remate, la circunferencia escrotal, el peso al nacimiento y el ranking dentro del catálogo", explicó.

Sin embargo, advirtió que esas características visibles también están influidas por el ambiente. “Ese toro que nació con 30 kilos, no sabemos si sus crías van a nacer con el mismo peso, porque quizás su madre comió mal durante la gestación. El ambiente condiciona muchos de esos valores", aclaró. Y agregó: “Cuando se selecciona a un toro por su aspecto, esa decisión solo tiene en cuenta el fenotipo, que es una combinación del ambiente y del genotipo. Pero el valor genético no se puede apreciar a simple vista, y el ambiente que afectó a ese toro no será el mismo que influirá sobre sus hijos”.

WhatsApp Image 2025-05-19 at 10.59.31 (9).jpeg

Frente a esta dificultad, la Prueba Pastoril Bonaerense apuntó a dar un paso más en el análisis de los datos, incorporando información genética por medio de los DEPs. “Buscamos que el productor pueda comprar un toro conociendo los valores que se van a transmitir a su descendencia”, afirmó Fernández.

Según explicó, los DEPs de estos toros se pueden contrastar con una base nacional de datos que cuenta con 690.000 animales Angus a los que se les midieron 15 características de interés económico. Esa base de datos permite generar valores comparables y confiables. "Cada uno de esos toros fue evaluado con esa información de fondo, y todo eso está disponible en el catálogo", remarcó.

Desde CREA insistieron en la necesidad de que los productores usen esos datos al momento de elegir. "Si el comprador se guía sólo por lo que ve, se está perdiendo la oportunidad de compararse contra miles de datos generados por otros tantos miles de animales", sostuvo Fernández. Y afirmó: “Nosotros no representamos a la oferta, que en este caso es Angus. Representamos a la demanda. Desde CREA valoramos que exista información objetiva y disponible para el productor a la hora de decidir la compra de un animal. Si los productores utilizaran todas las herramientas disponibles para elegir aquel toro que tenga la genética apropiada para su esquema productivo, la ganadería podría progresar rápidamente”.

WhatsApp Image 2025-05-19 at 14.09.49.jpeg

La disponibilidad de mayor información también podría generar mejoras en la oferta de animales. “El cabañero se ve presionado por la demanda a ofrecer animales cada vez más eficientes y consistentes”, consideró. En este sentido, uno de los beneficios de la prueba pastoril es que permite visibilizar el trabajo de cabañas pequeñas que aún no tienen un nombre consolidado en el mercado. “Participar en la prueba les permite mostrar sus toros, acceder a un proceso de selección riguroso y vender a un valor relativamente bueno”, indicó Alem. También destacó el impacto de estas acciones sobre la comercialización: “La venta es la parte más difícil para las cabañas chicas. Esta instancia les aporta respaldo técnico y exposición”.

Por último, Fernandez valoró "el excelente trabajo en equipo que se está llevando a cabo entre Angus y CREA SUO. De éstos últimos, rescato al staff de la región, a los miembros de la Comisión de Ganadería y a muchos miembros CREA que han colaborado activa y generosamente para que estas Pruebas sean exitosas".

Dejá tu comentario

Contenidos relacionados