23 de enero de 2025 en Buenos Aires

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Trivento colabora con el CONICET en el estudio de las propiedades medicinales del orujo

Trivento y el CONICET llevarán a cabo un proyecto que abarca todas las dimensiones de la sostenibilidad al estudiar las propiedades antitumorales del orujo y el alperujo

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Por CREA Región Valles Cordilleranos | VAC

Bodega Trivento anunció la firma de un convenio de colaboración con el CONICET que tiene como propósito estudiar las propiedades antitumorales de los subproductos derivados del proceso de producción de vino y de aceite de oliva.

El proyecto busca revalorizar residuos de la industria cuyana: el orujo (mezcla de escobajo, piel, pulpa y semillas de uva) y el alperujo (mezcla de agua de vegetación, pulpa y restos de carozo de aceituna).

Se trata de una investigación basada en un modelo de producción y consumo “circular”, que no solo revaloriza residuos industriales, sino que además utiliza un método ecológico que incluye el uso de solventes eutécticos profundos naturales, (NADES, por sus siglas en inglés). Se trata de una alternativa que involucra únicamente componentes de origen natural en lugar de solventes químicos.

“Celebramos la concreción de este acuerdo con el organismo de investigación más importante de la Argentina. Estamos orgullosos de trabajar junto al equipo del CONICET con un objetivo tan noble como el de dar valor a un subproducto de la viticultura, un sector clave para la economía del país”, comentó Marcos Jofré, CEO de Trivento, empresa integrante del CREA Huarpe (región Valles Cordilleranos).

Por su parte Walter Manucha, investigador del CONICET, director del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET-UNCUYO) y vicedirector del CONICET Mendoza, expresó que “los acuerdos público-privados en áreas de inversión, capacitación y transferencia al sector socio-productivo son clave para el desarrollo de la ciencia y la tecnología”.

“Estoy convencido de que el CONICET, a través de sus laboratorios, cuenta con gran potencial de alcanzar avances significativos en cuanto a salud. Este es un aspecto relevante, digno de ser destacado y del que la población debe estar al tanto”, añadió.

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La producción de aceite de oliva y vino son dos de las principales actividades económicas agroalimentarias en Mendoza. Generan gran cantidad de residuos sólidos y líquidos que representan un problema ambiental importante por lo que la gestión de estos residuos se ha convertido en un gran desafío para estas industrias.

Tanto el orujo como el alperujo son fuentes de compuestos fenólicos bioactivos que podrían utilizarse para la prevención de tumores de riñón, colon, mama y próstata; cuatro tipos de cáncer altamente frecuentes en Argentina.

“Existe una tendencia a buscar compuestos naturales para tratar de controlar, retrasar o evitar la aparición de enfermedades. Para esto hay una gran cantidad de especies de plantas con compuestos químicos que tienen efectos sobre la salud, algunos de estos son las isoflavonas o los flavonoides, y dentro de ellos tenemos los polifenoles. Algunos de esos polifenoles están presentes en la uva y en la aceituna”, explica Constanza López Fontana, investigadora del CONICET en el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET-UNCUYO) y una de las responsables del proyecto.

Esta colaboración pone de manifiesto la importancia de la cooperación entre las instituciones científico-tecnológicas y el sector privado para promover la innovación y el bienestar social.

En este sentido Mercedes Álvarez, subgerente de Sustentabilidad de la Bodega, expresó que “cuando llegó el CONICET con este proyecto a través de una mesa de diálogo que armamos hace un par de años, nos parecía que estaba muy alineado con nuestros propios objetivos. Este proyecto tiene un triple impacto, que es el impacto ambiental, social y económico”.

Y brindó detalles del mismo: “El estudio cuenta con una parte social muy importante, que es beneficiar a las personas en términos de salud, una parte ambiental que tiene que ver con la revalorización de un residuo de la industria en la búsqueda de una economía circular, y a su vez con un método de extracción que es también amigable con el ambiente, y la parte económica que es una forma de poner en valor el vino y esta industria que es tan importante para la provincia”.

Las actividades de investigación estipuladas en el convenio son llevadas a cabo por un equipo compuesto por especialistas del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET-UNCUYO) y del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO).

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