Un año atrás los Lembeye se hicieron cargo de la gestión del establecimiento ganadero “El Veintitrés” localizado en Algarrobo (partido bonaerense de Villarino) con el propósito de recuperar el legado familiar. Ante las crecientes dificultades climáticas experimentadas en los últimos años, se optó por implementar un planteo de recría sustentado en un sistema de pastoreo regenerativo, un enfoque que promueve la salud del suelo y la biodiversidad.
El campo de 402 hectáreas se subdividió en más de 1500 parcelas –de 30 x 90 metros cada una– para poder implementar un manejo holístico de los pastizales naturales. Se realizaron perforaciones y se instalaron bombas solares y reservorios estratégicamente ubicados en la parte alta del terreno, permitiendo así el abastecimiento de agua por gravedad, algo crucial dada la ausencia de electricidad en la zona.
La red de distribución de agua se extendió a lo largo del establecimiento con la implementación de unos 40 hidrantes que permiten alimentar puntos de bebida que cubren la totalidad de las parcelas.
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Red de distribución de agua de bebida.
La siguiente inversión consistió en la incorporación de boyeros eléctricos que, por medio de una vela ganadera automatizada, permite el paso de la hacienda de una parcela a la siguiente.
“Cuando los terneros ingresan al campo, se les hace una adaptación en corral con rollos y se los pone en contacto con el boyero para que aprendan cómo funciona el sistema”, comenta Carlos Lembeye, integrante del CREA Surero (en formación) de la región Semiárida.
El cambio de parcela se realiza en función de la disponibilidad de pasto presente en cada campaña y momento del año. “Es muy importante que la bebida esté dentro de la parcela para que así los bosteos se produzcan en ese perímetro e incorporen nutrientes naturales al suelo”, señala el empresario.
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Sistema de pastoreo regenerativo.
La primera tanda de 257 animales ingresó en julio del año pasado con un peso promedio de 170 kilogramos y egresó hacia fines de abril de este año con 291 kilos, lo que implica una ganancia diaria promedio por cabeza de 430 gramos.
“Siendo muy generosos en función de las difíciles condiciones climáticas presentes en el último ejercicio, un sistema tradicional de cría en un campo como el nuestro habría generado unos 125 terneros con un peso promedio de 150 kilos, lo que representa poco más de 45 kg/ha. En cambio, con el sistema de recría con pastoreo intensivo logramos 75 kg/ha en apenas 280 días”, explica.
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Evolución mensual del régimen de lluvias (mm) de las últimas campañas. “El Veintitrés” (Algarrobo).
Un aspecto central del modelo es que puede gestionarse con una sola persona, cuya tarea principal es accionar la vela ganadera para que la hacienda cambie de parcela, además de monitorear el estado de salud general de los animales.
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Vela ganadera
“Gracias a la vela ganadera, el cambio de parcela se puede hacer en unos quince minutos, lo que agiliza mucho las tareas operativas. La hacienda se torna muy dócil con este sistema y se maneja con gran facilidad”, remarca Carlos. Los cambios se hacen solamente durante el período diurno de la jornada.
Al no intervenir más en el suelo, el planteo regenerativo con manejo holístico permite que aparezcan especies autóctonas de alto valor nutritivo. En ciertos sectores, si las condiciones lo permiten, se siembran verdeos de manera puntual para reforzar la oferta de pasto.
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Momento previo al cambio de parcela.
“Con este esquema el animal camina menos y gana peso de manera mas eficiente. Además, pasan de selectivos a voraces porque comen pastos que de otra manera no elegirían y así se hace un aprovechamiento integral de los recursos disponibles”, apunta.
Como cada parcela se pisa una o dos veces al año –según la relación entre la cantidad de animales y el volumen de pasto–, la pastura tiene tiempo suficiente para recuperarse de manera natural. No emplean antiparasitarios para promover la presencia de biodiversidad en el suelo.
“El sistema productivo favorece la eficiencia y sostenibilidad de los recursos naturales por el mejor aprovechamiento de pasturas, además de brindar un entorno confortable y libre de estrés para los animales”, resume Carlos.