24 de marzo de 2025 en Buenos Aires

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE

Innovación en Patagonia: del pasto natural a cultivos bajo riego

Una empresa neuquina apostó a sistematizar campos en la estepa patagónica, sumar riego y diversificar recursos forrajeros para crecer en un ambiente desafiante

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Por CREA Región Patagonia | PAT

En la Patagonia, donde los suelos de estepa han sido históricamente utilizados para la cría ganadera y cubiertos por pastos naturales adaptados a condiciones extremas, comienzan a desarrollarse proyectos que buscan transformar los sistemas productivos y diversificar los recursos forrajeros.

Estas iniciativas incorporan tecnologías como el riego y la sistematización de suelos para introducir cultivos que potencian los recursos forrajeros y la producción ganadera, con resultados prometedores.

Nicolás Haneck administra la estancia Tipiliuke, de Las Mañanitas S.A., empresa miembro del CREA Lanín, en la región Patagonia. Sus campos se ubican en el sur de Neuquén, entre Junín de los Andes y San Martín de los Andes, en la zona de ecotono, una transición entre la cordillera y la estepa.

“La empresa trabaja con ganadería de ciclo completo y, recientemente, avanzamos con una incipiente área bajo riego sistematizado, donde comenzamos a incursionar en agricultura”, explicó Haneck. “En esta zona no somos agricultores, somos ganaderos. Entonces, tenemos mucho por aprender”, comentó.

Además, desarrollan turismo rural. El campo cuenta con una hostería que recibe principalmente a turistas que visitan la Patagonia entre noviembre y abril para la pesca de truchas. “Tenemos varios kilómetros sobre el río Chimehuín, un paraíso para los pescadores. Esta actividad está tercerizada y opera a través de un concesionario”, agregó.

IMG_20241210_080501845_HDR.jpg

Producción ganadera

El rodeo de la estancia Tipiliuke está compuesto mayormente por la raza Hereford, con una menor proporción de Angus. Haneck explicó: "Realizamos un servicio estacionado de 60 días. En diciembre entoramos las vaquillonas que alcanzan los 300 kg a los 15 meses. Las que no llegan a ese peso en ese momento, las entoramos en mayo, cuando cumplen 20 meses y alcanzan los 300 kg". Además, practican un pastoreo rotativo bastante intensivo durante la primavera y el verano, mientras que en otoño e invierno adoptan un pastoreo más extensivo, todo sobre campo natural.

Haneck detalló que, además de este manejo, cuentan con una superficie significativa de riego en mallines, lo que potencia la productividad del campo. “Tenemos alrededor de 600 vacas madres y engordamos todos los terneros que producimos, además de algunos que compramos”, señaló.

Una parte de los terneros es recriada en el campo, mientras que otra se envía al empresario Francisco Pili, miembro del CREA Alto Valle, quien se encarga de la terminación de la hacienda. “Formamos una sociedad y nos complementamos. Francisco produce bastante forraje y nosotros producimos terneros. Le enviamos los terneros en la época en que le cuesta conseguirlos, y él nos abastece de comida. Tenemos una excelente relación que se consolidó a través de CREA”, comentó.

Los animales consumen pasto natural, potenciado por el uso de riego, y luego reciben suplementación durante la terminación. “La terminación de los novillos la realizamos con suplementación porque, en estos campos, no se alcanza a obtener un peso óptimo para el mercado. Es necesario suplementar para lograr la calidad requerida”, explicó el productor. En cuanto al peso, la terminación de los novillos alcanza entre 360 y 380 kg por animal.

En relación a la comercialización al sur de la barrera fitosanitaria del Río Colorado, que determina la zona libre de aftosa sin vacunación, Haneck explicó: “Para nosotros, la comercialización no presenta mayores dificultades, ya que la Patagonia produce menos de lo que consume, por lo que todo lo que se produce aquí se vende”. Sin embargo, señaló que la venta puede verse afectada en algunos momentos del año por la estacionalidad de la producción, dado que “la mayoría de los productores sale a vender al mismo tiempo”. A pesar de este desafío, el manejo escalonado de ventas de novillos permite que todo lo producido se comercialice. “Si tuviéramos más, podríamos vender más”, afirmó.

Las ventas se realizan principalmente de manera local, debido a que el volumen de hacienda es pequeño y no es suficiente para exportar o enviar a Buenos Aires. “Es casi todo consumo local”, agregó Haneck.

En relación al precio, mencionó que la hacienda en esta zona suele tener un plus, aunque variable. “Los valores un poco mejores de la carne en nuestra zona también se deben a que los costos de producción son todos más elevados que en la Pampa húmeda”, afirmó.

IMG-20221209-WA0018.jpg

Inversiones en riego y diversificación agrícola

Históricamente, en esta zona y en este tipo de campos, el riego se ha realizado utilizando agua de deshielo, implementando curvas de nivel en los mallines. Haneck explicó: “Es una actividad que nosotros continuamos y siempre intentamos ampliar sobre zonas que aún han quedado sin regar”. Sin embargo, el enfoque se amplió en el último tiempo. “Hace tres años, fuimos un poco más allá y establecimos un sector de chacras donde nivelamos 24 hectáreas en parcelas”, agregó.

Este año, la estancia incorporó unas 13 hectáreas más de sistematización, con la colaboración de una firma amiga del CREA Alto Valle, dirigida por Gonzalo Esquerra, un productor que además posee una empresa de servicios dedicada a la nivelación de tierras. “Con él hicimos un arreglo y sumamos 13 hectáreas más. La zona de la chacra la hicimos en dos etapas. Primero sistematizamos 24 hectáreas en 45 pequeñas parcelas, y ahora estamos terminando la segunda etapa con 13 hectáreas y 11 parcelas más”, detalló Haneck.

Esta expansión ha permitido transformar una zona árida en una superficie bajo riego, lo que amplía las posibilidades productivas. “El primer año probamos con una siembra de avena y vicia, con buenos resultados. En la segunda siembra, también fue de avena con vicia y obtuvimos un excelente resultado. Tuvimos una muy buena producción de forraje”, comentó. Este año, la estancia comenzó a experimentar con triticale y vicia, y están analizando seguir avanzando con nuevas alternativas, como la remolacha forrajera.

Haneck explicó que el objetivo de estas inversiones no solo es mejorar la producción de forraje en primavera, cuando se cuenta con humedad y temperaturas favorables, sino también extender esa ventana productiva durante el verano, otoño e invierno. “El crecimiento del forraje natural es muy corto y explosivo, pero en verano, otoño e invierno no tenemos mucha producción de pasto natural, ya que no contamos con la combinación de temperatura y humedad”, detalló. El riego les permite seguir produciendo más allá de esa ventana natural.

“La idea es producir forraje y almacenarlo para nuestra época más dura, que es el invierno, cuando siempre falta forraje”, explicó. Además, agregó que los campos son deficientes en proteína durante el otoño e invierno, lo que obliga a suplementar la recría. “Cada vez que podemos, suplementamos toda la recría para no perder kilos durante el invierno. Siempre tratamos de suplementar de alguna manera los terneros y buscamos distintas opciones, según la conveniencia del momento en relación a los precios y la disponibilidad”.

La producción propia de forraje está vinculada a la necesidad de reducir la dependencia de insumos externos. “La idea de producir nuestro propio forraje está relacionada con la necesidad de dejar de comprar insumos afuera y tratar de producir nuestra propia comida”, concluyó.

IMG_20250213_155853670_MFNR.jpg

Innovación en maquinaria y sistemas de nivelación

Antiguamente, casi todos los campos de esta zona contaban con pequeñas parcelas dedicadas a la producción de alfalfa para el invierno, destinada al mantenimiento de caballos y otros animales. Sin embargo, en la región no había mucha experiencia con el uso de maquinarias especializadas, y mucho menos con parcelas sistematizadas como las que se están implementando actualmente. “En eso estamos innovando”, destacó Haneck.

Antes, el riego y la cosecha se realizaban en terrenos relativamente planos, pero la falta de maquinaria especializada dificultaba la nivelación del suelo. “En la zona no existía este tipo de equipos, capaces de mover grandes volúmenes de tierra y crear terrazas para mejorar la superficie de trabajo. Por eso, fue clave la alianza con Esquerra, quien pudo traer la maquinaria necesaria para hacer la sistematización. Aún hoy, en la región no es posible acceder a estos equipos, por lo que la colaboración fue fundamental para concretar las obras”, explicó.

Las parcelas sistematizadas varían en tamaño, yendo desde media hectárea hasta tres cuartos de hectárea, con terrazas para nivelar el terreno en superficies con pendientes. “El objetivo es evitar grandes movimientos de suelo, por eso decidimos trabajar con lotes pequeños, de ahí el tamaño de las parcelas”, añadió. Esta metodología permite optimizar el uso de los recursos hídricos y mejorar la productividad.

En cuanto a los planes de crecimiento, Haneck expresó: “Por ahora, el plan es terminar esta etapa, estabilizar la producción y seguir aprendiendo”. Reconoció que el proceso está siendo de prueba y error, ya que no hay otros productores en la zona con experiencia en este tipo de prácticas. “Después de estabilizarnos, seguramente podremos seguir creciendo y ampliando la superficie bajo riego dedicada a la agricultura”, adelantó.

IMG-20230322-WA0116.jpg

Participación en el Grupo CREA

"Participamos en el Grupo CREA hace 7 u 8 años", comentó Haneck, quien recordó con humor que, junto con el CREA Alto Valle, siempre discuten sobre cuál de los dos grupos fue el primero en constituirse en la Patagonia. "Nos disputamos apenas unos minutos en el momento en que nos dimos de alta en el Movimiento", explicó.

El grupo al que pertenece, CREA Lanín, está compuesto por ocho miembros, cuyos campos se distribuyen en un radio de 200 km. Estos productores se dedican a diversas actividades, como forestación, producción silvopastoril, engorde a corral, tambo, elaboración de quesos y hasta una asociación civil vinculada con el cuidado del medio ambiente.

¿Qué valora más del grupo? "Lo que más valoro es la confianza con la que se pueden plantear los temas, y las reuniones mensuales nos permiten salir un poco de la rutina diaria. Uno siempre está atrapado en cumplir con compromisos y tareas, pero el encuentro con otros empresarios de la red nos coloca en otro lugar", señaló. Para él, estos encuentros ofrecen un espacio para dialogar con pares y abordar problemas comunes en un ambiente de mucha confianza.

Además, destacó el aspecto colaborativo del grupo. "A veces compartimos negocios, siempre sobre relaciones de confianza. Por ejemplo, Diego García, de la estancia Sihuen, del CREA Lanín, nos facilitó la enrolladora, el rastrillo y la cortadora para realizar la primera y segunda cosecha. Estos acuerdos entre colegas y gente de CREA, que también nos permitieron enviar novillos a otro lugar, son muy valiosos”, afirmó.

“La gente que participa en el CREA suele compartir valores y principios similares, lo que facilita la generación de vínculos sólidos. Quizás no sea lo más importante hacer negocios, pero sí es valioso que, cuando tenés una duda, podés consultar a un grupo y recibir respuestas de manera abierta y dispuesta a colaborar", concluyó.

Dejá tu comentario

Contenidos relacionados