La misión y visión de la red CREA incluye la sostenibilidad como eje central de trabajo de las empresas agropecuarias desde los inicios de la institución.
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En ese marco el Área de Ambiente de la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA viene emprendiendo diferentes iniciativas, una de las cuales es InBioAgro, que está orientada a promover la conservación de la biodiversidad en establecimientos productivos.
En el presente mes de noviembre se están llevando a cabo monitoreos de biodiversidad en las macro-regiones de chaqueña y pampeana en un total de 28 establecimientos que integran la red CREA.
Los monitoreos se extienden durante dos días en cada uno de los establecimientos y abordan la observación de aves, mamíferos, vegetación, polinizadores y macro y meso fauna del suelo en la macro-región chaqueña, mientras que en la pampeana comprende aves, vegetación, anfibios, polinizadores y macro y meso fauna del suelo.
Los monitoreos se realizan con asistencia de biólogos expertos pertenecientes al CONICET en la macro-región chaqueña y a INTA y/o FAUBA en la pampeana.
El principal objetivo de la iniciativa –que comenzó en 2021– es incorporar la conservación de la biodiversidad como parte de la agenda de trabajo de las empresas agropecuarias, entendiendo que la preservación de la flora y fauna en de los campos es fundamental no sólo por su valor en sí mismo, sino también para la propia sostenibilidad de las actividades productivas en el largo plazo.
Un trabajo reciente realizado por investigadores de IRNAD-CONICET en base a registros de DAT CREA detectó una correlación importante entre el rendimiento de girasol y la densidad de borde (perímetro del ecotono en relación con la superficie del lote), posiblemente asociada a servicios ecosistémicos provistos al cultivo por insectos polinizadores.
Otra investigación, en la que se emplearon variables ambientales y de gestión agronómica de 2846 lotes de soja y de 1539 de maíz provenientes de la plataforma DAT CREA, evidenció que el diseño del paisaje podría ser una herramienta de gestión complementaria para lograr un control sostenible de malezas problemáticas.
Entre las hipótesis que explicarían tales resultados se incluye la posibilidad de que los lotes más pequeños, que son vecinos de grandes hábitats naturales y seminaturales, pueden actuar como “barreras” para la propagación de individuos con rasgos propensos a generar tolerancia a herbicidas. Es decir: si se enfrentan a paisajes más diversos, las malezas deben encarar desafíos de adaptación más complejos y, por lo tanto, los mecanismos de selección estarían orientados a diferentes objetivos alternativos.
Las instituciones alidadas a la iniciativa de InBioAgro son INTA, Instituto de Ecología Regional (IER-CONICET-UNT), FAUBA, Land Innovation Fund (LIF), BASF y Embajada de los Países Bajos en la Argentina.
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