En los últimos años se incorporaron en los grupos CREA Bragado y Alberdi (región Norte de Buenos Aires) diferentes prácticas conservacionistas orientadas a brindar respuestas agronómicas a problemas productivos.
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SUSCRIBITELa integración de verdeos de servicio como cultivos de servicio permiten consolidar la sostenibilidad agropecuaria y diversificar los ingresos de las empresas.
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SUSCRIBITEEn los últimos años se incorporaron en los grupos CREA Bragado y Alberdi (región Norte de Buenos Aires) diferentes prácticas conservacionistas orientadas a brindar respuestas agronómicas a problemas productivos.
Una de tales prácticas consiste en la siembra de verdeos invernales intercalados entre los cultivos de maíz temprano y soja de primera con el doble propósito de ser empleados como recurso forrajero y “cultivo de servicio” en lo que respecta a control de malezas y aporte de carbono, entre otros beneficios.
La siembra de los “verdeos de servicio” –podríamos denominarlos así– suele realizarse en una gran proporción sobre cultivos de maíz temprano al voleo en pre cosecha o bien ni bien terminada la recolección (a más tardar hasta comienzos de abril).
“Una parte se volea para poder disponer rápidamente del verdeo, mientras que otra se siembra para diferir la disponibilidad del recurso, que en general es raigrás, avena, centeno o triticale”, comenta Gerardo Chiara, asesor de los grupos CREA Bragado y Alberdi.
Al tratarse de empresas eminentemente agrícolas, vienen evaluando diferentes estrategias de fertilización y de curado de semillas, además de comenzar a estudiar las distimtas variedades disponibles en el mercado que mejor se adaptan a la zona y los objetivos productivos. “Es todo un aprendizaje”, señala.
En caso de que el invierno no sea tan beningno, se procede a picar parte del cultivo de maíz anterior para poder así contar con un reserva forrajera que permita evitar contratiempos.
“Lo más práctico es la confección de silo de maíz de planta entera, que es más fácil de operar en caso de que empiece a faltar pasto y permite actuar como reaseguro, así también como regulador del consumo en sistemas de pastoreo rotativos cuando resulta indispensable dejar descansar un poco más a un verdeo”, explica Gerardo.
El proceso de aprendizaje también comprende evaluar las señales que muestran eventuales problemas sanitarios para así anticiparse a inconvenientes que luego puedam impactar de manera negativa en el modelo de negocio.
Con diferentes estrategias, que pueden incluir un mayor o menor aporte de grano, silo de maíz o rollo, en la última campaña la inclusión de verdeos de servicios en las empresas de los CREA Bragado y Alberdi permitió generar hasta 730 kg/ha de carne con importantes volúmenes de materia seca para darle de comer al suelo.
“Si bien se requiere un capital importante y un equipo de personas que deben estar motivadas y capacitadas para atender un rodeo de recría, en condiciones climáticas equivalentes el planteo verdeo de servicio/soja genera un margen bruto superior al de un trigo/soja de segunda”, resalta.
La soja posterior al verdeo además es un cultivo prácticamente de primera siembra porque, dependiendo de las condiciones presentes en la campaña, se implanta entre fines de octubre y comienzos del mes de noviembre.
“La integración de la ganadería con la agricultura, además de mejorar la salud del suelo y favorecer la sostenibilidad de los sistemas productivos, permite a las empresas contar con una nueva moneda agropecuaria para diversificar ingresos”, comenta.
Esa realidad resultó particularmente significativa en el último año, en el cual, gracias a la apreciación cambiaria, los negocios pecuarios experimentaron una valorización impresionante medida en dólares.
“Durante mucho tiempo se pensaba que meter a la ganadería en los sistemas agrícolas representaba una interferencia que podía resultar contraproducente, pero hoy sabemos que eso no es así y que de hecho contribuye a crear empresas más sólidas. La intensificación, en definitiva, consiste es realizar un aprovechamiento integral de recursos que antes podían estar ociosos”, resalta Gerardo.
Si bien no existe una receta única para incorporar los verdeos de servicio en las rotaciones, dado que cada campaña es diferente en términos climáticos y comerciales, la experiencia muestra que la intensificación hace más resilientes a las empresas ante fenómenos severos.
“En octubre del año pasado veníamos muy justos con el agua y en algún momento llegamos a lamentar haber incorporado verdeos, pero luego llovieron entre 150 y 180 milímetros en apenas dos días y los sistemas con verdeos lograron regular el impacto de ese volumen descomunal de agua. Y dijimos: menos mal que había verdeos”, resume el asesor CREA.