Un ensayo de largo plazo, en el que participaron investigadores de CREA, demostró la importancia de realizar rotaciones agrícolas combinadas con fertilizaciones adecuadas.
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SUSCRIBITEUn estudio en el que participó CREA muestra la importancia clave de las rotaciones agrícolas.
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SUSCRIBITEUn ensayo de largo plazo, en el que participaron investigadores de CREA, demostró la importancia de realizar rotaciones agrícolas combinadas con fertilizaciones adecuadas.
Los investigadores de CREA, la Facultad de Agronomía de la UBA y el Instituto de Investigación sobre Producción Agropecuaria, Ambiente y Salud (IIPAAS), llevaron a cabo entre 2014/25 y 2019/20 cuatro experimentos en lotes de empresas integrantes de la región CREA Norte de Buenos Aires.
Los experimentos consistieron en tres rotaciones de cultivos diferentes y dos estrategias de fertilización en lotes ubicados en las localidades de Pergamino (1), San Pedro (2) y Bragado (1).
Las rotaciones de cultivos involucradas fueron monocultivo de soja, una rotación típica regional de trigo-soja de segunda/maíz/soja y, por último, una más intensificada que consistía en trigo-soja de segunda/arveja-maíz/soja.
En lo que respecta a nutrición, se aplicó una dosis habitual en la zona de 190 y 155 kg/ha de nitrógeno disponible total para maíz y trigo, respectivamente, y de 12 kg/ha fósforo para ambos cultivos, mientras que la soja recibió una oferta equivalente a 30 kg/ha de fósforo. Y ese tratamiento se comparó con otro más intensivo que consistió en una oferta adicional de 30 kg/ha de nitrógeno para los cereales y de 12 kg/ha de fósforo y 20 kg/ha de azufre para todos los cultivos (con excepción de la soja de segunda).
Durante la sexta y última temporada, se sembró soja de primera con manejo idéntico en todos los tratamientos para determinar la influencia del historial de manejo previo en el rendimiento del cultivo y la calidad del grano obtenido.
Después de cinco años, se determinó que el carbono orgánico del suelo era consistentemente menor en los sitios donde se realizó monocultivo de soja respecto de aquellos que tuvieron rotaciones agrícolas con gramíneas.
Los resultados mostraron que la rotación de cultivos influyó en gran medida en el rendimiento del cultivo soja con aumentos que oscilaron entre 120 a 690 kg ha-1 respecto de los lotes con monocultivo.
Las dosis más intensivas de fertilización no generaron respuestas significativas (cero a 180 kg/ha-1) en el cultivo de soja respecto de los planteos con fertilizaciones habituales para la zona. Sin embargo, los sistemas con mayores dosis de nitrógeno, fósforo y aplicaciones de azufre sí generaron porotos de soja con un tenor proteico superior (+300 kg/ha) al de los lotes con dosis convencionales.
El trabajo demuestra que las buenas prácticas agronómicas representan –más allá de las circunstancias presentes en cada campaña– un factor sustancial para promover la salud del suelo y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas extensivos en la región pampeana.
El trabajo (Soybean seed yield and protein response to crop rotation and fertilization strategies in previous seasons) fue publicado en la revista científica European Journal of Agronomy.
Los autores del estudio son José F. Andrade, Enrique Mc Grech (Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires), Emilio Satorre (Fauba y CREA), Matías Ermacora (CREA), Javier De Grazia y Hernán Rodríguez (Instituto de Investigación sobre Producción Agropecuaria, Ambiente y Salud de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora).