Las doce empresas integrantes del CREA Pico-Quemú (región Oeste Arenoso) realizaron en la campaña 2023/24 su cuarta gestión ambiental para constituirse como uno de los grupos referentes en la materia a nivel nacional.
Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITELas doce empresas integrantes del CREA Pico-Quemú (región Oeste Arenoso) realizaron en la campaña 2023/24 su cuarta gestión ambiental.
Para continuar, suscribite a Crea. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITELas doce empresas integrantes del CREA Pico-Quemú (región Oeste Arenoso) realizaron en la campaña 2023/24 su cuarta gestión ambiental para constituirse como uno de los grupos referentes en la materia a nivel nacional.
Las evaluaciones –realizadas sobre una superficie de unas 20.000 hectáreas– se hacen sobre campos con rotaciones agrícolas y agrícolas-ganaderas (en tres establecimientos las pasturas rotan con cultivos anuales). Los registros empleados para generar los índices ambientales provienen de la planilla DAT CREA, lo que implica que el trabajo no requiere una carga adicional de datos.
En lo que respecta al Índice de Uso del Suelo (IUS), el promedio del CREA Pico-Quemú fue de 165 días en 2023/24 con un máximo de 223 días en el caso de una empresa que realiza rotación con pasturas.
“En campos 100% agrícolas se han logrado elevados IUS –en un caso con un indicador de 181 días considerando los registros de las últimas tres campañas– gracias al doble cultivo combinado con cultivos de servicios”, explica Martín Ginart, responsable técnico del área ambiental de la región Oeste Arenoso.
En aquellos establecimientos que están localizados en zonas con menores regímenes pluviométricos o que cuentan con ambientes sin presencia de napa, es mucho más difícil lograr una intensificación del uso del suelo (especialmente en períodos de restricciones hídricas).
“Las empresas con ganadería integrada en general tienen un ventaja competitiva en lo que respecta a gestión ambiental debido al aporte de las pasturas perennes, aunque existen casos destacados también en empresas 100% agrícolas”, remarca Martín.
El siguiente estadio de la gestión ambiental consistió en evaluar el EIQ (Coeficiente de Impacto Ambiental por sus siglas en inglés) de cada uno de los cultivos realizados por todas las empresas del grupo. Se trata de un indicador creado por el Programa de Manejo Integrado de Plagas de la Universidad de Cornell (EE.UU).
En 2023/24 esto requirió una complejidad adicional porque Universidad de Cornell (EE.UU) actualizó los criterios para calcular el indicador, los cuales fueron incorporados a la gestión ambiental.
El cultivo de maíz tardío es el que presentó no solamente el mayor EIQ promedio, sino que además también mostró la mayor variabilidad entre situaciones. En segundo lugar se ubicó la soja de primera, mientras que bastante más atrás quedaron el girasol y el trigo.
“El cultivo de maíz tardío es el más desafiante. En términos generales, en la región Oeste Arenoso el diseño más favorable para reducir el EIQ es el doble cultivo de renta”, comenta el técnico CREA.
La gestión ambiental es muy útil para analizar los casos extremos y poder así estudiar cómo se llegó a un bajo EIQ y cómo a uno elevado, de manera tal de ingresar en un proceso de mejora continua en el diseño de planteos sostenibles.
En ese sentido, en la campaña 2023/24, debido a condiciones ambientales, se registró un aumento del EIQ en maíz tardío, aunque algunas empresas del grupo lograron seguir reduciendo ese indicador.
“La aparición de nuevas malezas de difícil control en el área de influencia del grupo CREA complejiza por demás tanto el diseño agronómico como la gestión ambiental del mismo”.
Cada empresa del grupo CREA también hace un seguimiento de diferentes indicadores relativos a Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), en el cual es factible establecer una metodología de puntajes para poder implementar procesos de mejora continua
Entre los criterios se incluye la calidad de las aplicaciones realizadas, dado que algunas empresas del grupo cuentan con pulverizadoras que tienen una estación meteorológica incorporada para determinar en tiempo real si las condiciones de la aplicación en curso son las adecuadas; eso se logra por medio de un programa –desarrollado por la empresa argentina Acronex– que, a partir de la temperatura, humedad relativa y velocidad del viento, calcula en tiempo real la deriva y evaporación de la aplicación.
“El seguimiento de las buenas prácticas es tan importante como el de los indicadores ambientales, porque un herbicida con alto valor de EIQ bien pulverizado tiene menos impacto que un producto con bajo EIQ pero mal aplicado”, apunta.
En las últimas dos campañas el grupo CREA –cuyo asesor es Ignacio Balantzian Berhongaray– además incorporó al análisis la medición de la huella de carbono de cada uno de los cultivos.
“La gestión ambiental requiere un abordaje desde varias dimensiones; los datos comprendidos en los indicadores deberían representar una capa de información más para enriquecer la toma de decisiones, siempre buscando un equilibrio”, señala Martín.
En 2024 el Área de Ambiente de CREA logró el acceso al programa AL INVEST VERDE, lo que permitió dar un impulso al desarrollo de nuevas herramientas para promover la Gestión Ambiental CREA (GAC). En ese marco, este año se lanzó una nueva plataforma digital de seguimiento de indicadores clave para que cada empresa de la red pueda realizar un proceso de mejora continua en la materia.