Indicadores de sostenibilidad en el norte de Buenos Aires
Rotaciones con más cantidad y diversidad de especies permiten incrementar la productividad de los sistemas de cultivo, aportando mayores volúmenes de rastrojos aéreos y biomasa subterránea, que podría repercutir como una mejora de las condiciones edáficas para los cultivos siguientes.
El avance que sufrió la región pampeana del sistema de producción basado en un cultivo simple de verano (soja) bajo una secuencia de monocultivo produjo pérdidas importantes en los contenidos de materia orgánica (MO) y deterioro en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
Rotaciones con más cantidad y diversidad de especies permiten incrementar la productividad de los sistemas de cultivo, aportando mayores volúmenes de rastrojos aéreos y biomasa subterránea, que podría repercutir como una mejora de las condiciones edáficas para los cultivos siguientes.
Para evaluar esta hipótesis, durante seis años (2014/15 a 2019/20) se llevó adelante una red experimental (cuatro sitios) evaluando tres rotaciones de cultivos durante dos ciclos de rotación: i) monocultura soja, ii) trigo/soja-maíz-soja (tercios) y iii) trigo/soja-arveja/maíz-soja (intensificada).
En el segundo ciclo (2017/18-2019/20), además, se evaluaron cada una de las rotaciones bajo dos manejos (el del productor y otro de alta producción). En la campaña 2019/20 se evaluó el efecto de la historia de manejo diferencial cultivándose soja en todos los tratamientos y sitios.
Previo a la siembra de la soja en esta última campaña, se detectaron diferencias marcadas en las condiciones edáficas entre las diferentes rotaciones. El stock de carbono disminuyó en la monocultura y aumentó o se mantuvo solo en la rotación intensificada debido a la gran diferencia encontrada en los niveles de aportes de rastrojos entre tratamientos.
Respecto a parámetros físicos vinculados como densidad aparente, porosidad total y resistencia al crecimiento de raíces, las texturas finas amortiguaron el efecto rotación mientras que en suelos arenosos se observaron marcados deterioros bajo monocultura. Estos cambios mencionados determinaron diferencias en la productividad de las sojas cultivadas en 2019-20.
El costo de la monocultura alcanzó como promedio los 330 kg/ha siendo más importante en los ambientes menos productivos (600kg/ha); mientras que el plus por intensificar tuvo un aumento de 220kg/ha consistente entre los distintos ambientes explorados. El efecto sobre rinde del manejo de alta producción (mayor nivel de fertilización en años previos) alcanzó los 150-200kg/ha. Estas diferencias de productividad se explican mediante cambios en la captura y la eficiencia de uso de la radiación fotosintéticamente activa. En tres de los cuatro sitios, la rotación intensificada aumentó la captura y en todos los sitios aumentó la EUR. El manejo de la fertilización no modificó la captura pero sí la EUR (consistente entre sitios).
En el informe, además, se presentan resultados de los seis años en su conjunto en términos de productividad comparada, balance nutricional, margen económico e interacciones con componentes bióticos del sistema de producción.
Sistemas de producción y sostenibilidad de la agricultura en el Norte de Buenos Aires.pdf