La gestión de la integración de la empresa, sus relaciones e impacto en la comunidad y en sus equipos de trabajo es tan importante como cualquier otra dimensión comprendida en el concepto de sostenibilidad.
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CREA fue una organización pionera en entender la importancia de que las empresas agropecuarias sean percibidas como parte integrante del entorno en el cual se desenvuelven. De hecho, hace 18 años, el Congreso CREA 2004, con el lema “Somos parte de una Argentina posible”, marcó un hito en ese sentido al impulsar el trabajo en educación, liderazgo y desarrollo de comunidad, el cual luego promovió la creación de los proyectos EduCREA, Líderes y Nodos, que hoy siguen vigentes y creciendo en escala, con las adaptaciones propias requeridas por la coyuntura.
A su vez, el Congreso CREA 2007 se organizó bajo el lema “El campo más allá del campo”; el 2010 “Todos juntos construyendo nación”, y el 2013 “Tu ADN entra en acción”. Cada uno de es- tos encuentros profundizó la experiencia de la integración CREA.
Establecer vínculos con los diferentes actores presentes en una comunidad, además de fortalecer intercambios y generar potenciales sinergias, permite detectar con anticipación eventuales tensiones que puedan llegar a surgir, de manera tal de contar con las herramientas necesarias para resolver, a través del diálogo y del consenso, cuestiones que en algunas circunstancias pueden derivar en conflictos crónicos.
La metodología CREA no sólo creció “internamente”, por ejemplo, en el ámbito educativo (Grupos CREA Escuelas), sino también inspirando a otras organizaciones, como es el caso de la Red de Innovación Local (RIL), que la adaptó y desarrolló específicamente para el trabajo con intendentes y funcionarios municipales.
Hoy vivimos la integración siendo parte del desarrollo sostenible de nuestras comunidades para buscar soluciones colectivas a los desafíos que tenemos en común. En cada invitación a integrarnos, cada actor de la red CREA realiza su aporte de diferentes maneras en función de las necesidades presentes en su región.
Con el tiempo, algunas regiones CREA han logrado –por decirlo de alguna manera– sacarles el jugo a las diferentes iniciativas emprendidas, pues, si bien inicialmente fueron encaradas por los integrantes de la empresa agropecuaria, posteriormente dieron cabida a otros miembros de la familia empresaria. Y también se incluyó al equipo de las empresas y sus familias para transformarlos en protagonistas y destinatarios de la integración, con iniciativas tales como la “Escuela de Encargados”.
Las familias empresarias suelen ser amplias y diversas y no todos sus integrantes tienen vocación o interés por desenvolverse en la empresa familiar. Sin embargo, todos los integrantes de la familia empresaria –trabajen o no en la misma– pueden involucrarse en cuestiones relativas a la integración de la empresa con su comunidad.
Se trata de una oportunidad extraordinaria para que, aquellos que no trabajan en la empresa, trabajen para la empresa en cuestiones más acordes con su disponibilidad de tiempo e inquietudes.
En aquellos casos en los que se abrieron las puertas a los integrantes de la familia empresaria, ocurrió que, además de promoverse acciones orientadas a generar una integración con la comunidad, se fortalecieron los lazos intrafamiliares, pues, para aquellos que sólo son o serán accionistas de una empresa, suele suceder que, luego de sumarse a una iniciativa social o institucional, aquella deja de ser un mero informe integrado por números y reseñas de actividades, o bien una charla de sobremesa familiar, para transformarse en una realidad de la cual ellos son una parte activa.
La gestión de la integración de la empresa, sus relaciones e impacto en la comunidad y en sus equipos de trabajo es tan importante como cualquier otra dimensión comprendida en el concepto de sostenibilidad. Y no son pocas las empresas que, tras desatenderla, no pudieron luego enfrentar problemas que, en algunos casos, se tornaron tan graves que incluso hicieron inviable la actividad productiva.
Además de sumar a la empresa familiares que tienen otras profesiones, intereses y habilidades, las acciones relativas a lograr una integración a la comunidad, incluyendo el sentido de comunidad dentro de la propia empresa, son también una oportunidad para incentivar el interés de los más jóvenes, quienes pueden involucrarse en distintos emprendimientos e incluso llegar a liderarlos si tienen la voluntad y la energía necesaria.
Para lograr la continuidad de la empresa familiar ya no basta con brindar datos del negocio a aquellos familiares que no están directamente involucrados, sino que también se vuelve necesario compartir información sobre la estrategia de integración, de manera tal de construir una empresa trascendente con impacto positivo en su entorno para que la sientan propia y también parte de algo más grande.
En sus ya más de 60 años de vida CREA, el camino recorrido nos muestra una red integrada por personas que trabajan para personas y que comparten para mejorar con el propósito de construir el futuro en comunidad.
Esta mirada profunda sobre la integración nos conecta: somos las personas que formamos la familia empresaria, el equipo de la empresa y la comunidad. De esa manera, la integración se relaciona con la escucha y el proyecto común a través de acciones concretas. Cada empresa y región lo vive a su manera, porque identifica situaciones y contextos únicos que motivan y reúnen a sus integrantes y a las familias empresarias con su entorno. Encontrar ese lugar común es el punto de partida para la construcción.
Eugenia Wolcoff. Líder de Integración a la Comunidad de CREA