En 2017 la región CREA Sudeste inició una experiencia de capacitación inédita para desarrollar el capital humano presente en la región. Se trata de la “Escuela de Encargados”, que consiste en ocho jornadas mensuales (abril a noviembre) en las cuales por la mañana se brindan capacitaciones técnicas (sanidad, seguridad laboral, atención de partos, etcétera), mientras que por la tarde se ofrecen charlas orientadas a incrementar las capacidades emocionales, intelectuales y de relacionamiento de las personas.
Entre los aspectos “no convencionales” del curso se destaca el trabajo sobre cuestiones tales como gestión de las emociones y lectura; modales, hábitos y comportamiento; comunicación productiva, trabajo en equipo, liderazgo y aprovechamiento del tiempo.
Este año, en la sexta edición, participan de la “Escuela de Encargados” empresas de diferentes localidades de la región Sudeste, de las cuales no todas integran la red CREA. La actividad es financiada con aportes de las empresas que participan de la capacitación.
En lo que respecta a las cuestiones técnicas, se solicita a los oradores que no sólo impartan instrucciones, sino que también expliquen el fundamento de cada una de las cuestiones técnicas mencionadas en el curso. El foco no está puesto en el cómo –pues todos conocen bien su trabajo–, sino en el porqué de los procesos.
“El curso permite a los encargados contar con las herramientas necesarias para mostrar sus logros con datos objetivos, dado que mostrar con orgullo lo que hacemos nos dignifica como personas”, explica Tomás Doeyo, profesor de la “Escuela de Encargados”.
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Metodología CREA en acción
Al finalizar el curso, algunos participantes constituyeron grupos CREA de encargados, en el marco de los cuales comparten experiencias y conocimiento. “Si bien la pandemia representó un verdadero desafío para el grupo, logramos superarlo; en el CREA los encargados pueden ser protagonistas”, comenta Tomás, quien también es coordinador del primer CREA de Encargados creado en 2018.
Como sucede en cualquier grupo CREA, los encargados se comunican con frecuencia –por lo general, a través de plataformas de mensajería– para resolver dudas, solicitar referencias u opiniones. Pero el intercambio va más allá de meras cuestiones técnicas: también funciona como fuente de información de cuestiones relevantes que suceden en la zona o bien como empuje motivacional cuando alguno está bajoneado por algún factor que excede su capacidad de decisión.
La red también resulta fundamental para reafirmar el orgullo del trabajo bien hecho, porque –tal como sucede en cualquier otra actividad– la opinión de los pares es la más valorada de todas.
“El hecho de contar con un ámbito de confianza donde se puede evaluar la propia tarea y presentar problemas para buscar soluciones contribuye a que los encargados adquieran una mirada crítica sobre los diferentes procesos en los que intervienen, además de disponer de herramientas para fundamentar y validar sus opiniones”, remarca Tomás.