Algunos años atrás, el veterinario Manuel Martínez descubrió que sus clases sobre casos veterinarios resultaban poco atractivas para sus alumnos de la tecnicatura agropecuaria del Instituto Superior San Benito de Victoria (Entre Ríos).
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SUSCRIBITEAlgunos años atrás, el veterinario Manuel Martínez descubrió que sus clases sobre casos veterinarios resultaban poco atractivas para sus alumnos de la tecnicatura agropecuaria del Instituto Superior San Benito de Victoria (Entre Ríos).
Entonces decidió abrir una cuenta en Instagram –red social consultada diariamente por sus alumnos– para mostrar videos con situaciones concretas tratadas en clase. “Por medio de los videos logré captar el interés de los estudiantes del terciario. Luego, se fueron viralizando entre estudiantes universitarios, profesionales y trabajadores del sector”, explica Manuel.
La cuenta en cuestión (vet.manuelmartinez) ya superó los 25.000 seguidores, lo que constituye una cifra muy elevada para cuestiones relativas al ámbito agropecuario.
Para realizar videos atractivos en Instagram, Manuel recomienda armar una secuencia de corta duración que muestre de manera concreta el tema propuesto, sin aportar grandes cantidades de datos ni profundizar demasiado. “Los videos tienen que ser cómo una visita a la ferretería, donde el encargado del negocio te muestra la herramienta y te indica para qué sirve; luego, si alguien quiere profundizar, puede buscar textos sobre el tema”, señala.
“Si se trata de una cuestión más compleja, que suscita interés, entonces lo que hacemos es armar una transmisión en vivo que contemple intercambios en directo con el público”, añade.
El aspecto más complicado de su rol como Instagramer no es, sin embargo, la realización de los videos –que en su mayor parte se obtienen mientras está trabajando– ni la edición de los mismos, sino la necesidad de responder las preguntas y comentarios realizados por su público en la plataforma de la red social. Buena parte del éxito de la cuenta, precisamente, se explica por tales intercambios.
La cuenta en Instagram, más allá de tratarse de una herramienta que posibilita la concreción de nuevos contactos profesionales y comerciales, adquiere en la actual coyuntura un rol similar al que tenía la televisión algunas décadas atrás: el de legitimador de la labor realizada. La gran diferencia, por supuesto, es que mientras unos pocos podían acceder a la pantalla de televisión, la posibilidad de crear un público en redes sociales está abierta para todos aquellos que tengan ganas y la destreza comunicacional necesaria para mostrarse públicamente. Un componente central, para que el canal sea exitoso, es por supuesto la vocación. “Soy un apasionado de lo que hago y me encanta trabajar como veterinario”, afirma.
Además de los videos, el veterinario emplea muchos “memes” humorísticos para reflejar situaciones presentes en la actividad, los cuales son muy bien recibidos por el perfil del público presente en Instagram.
Manuel no deja de perfeccionarse: actualmente está cursando una maestría en biotecnologías reproductivas en la ciudad de Córdoba. Y asesora a muchas empresas lecheras del sur entrerriano, una de las cuales es un tambo de su familia localizado en zona de Victoria.
Tomó contacto con la metodología CREA al participar de varias reuniones del grupo Nogoyá, dado que le presta servicios veterinarios a uno de sus integrantes. Así fue que tres años atrás decidió, junto a su padre Oscar, integrar el tambo familiar a ese grupo.
“El CREA nos permite acceder al conocimiento y la experiencia desarrollada por otros empresarios del grupo y eso muy útil para que dos veterinarios, como mi padre y yo, dispongamos de diferentes perspectivas al momento de tomar decisiones importantes”, apunta Manuel.