La posibilidad de trabajar en entornos macroeconómicos estables permite generar oportunidades comerciales y financieras orientadas a consolidar la sostenibilidad de las empresas pecuarias.
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SUSCRIBITEDiario de viaje de referentes ganaderos CREA a Uruguay. Visita a establecimientos productivos y al Frigorífico San Jacinto (Canelones).
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SUSCRIBITELa posibilidad de trabajar en entornos macroeconómicos estables permite generar oportunidades comerciales y financieras orientadas a consolidar la sostenibilidad de las empresas pecuarias.
Así lo evidenciaron integrantes de la Comisión de Ganadería de CREA durante un viaje realizado a Uruguay donde visitaron empresas agropecuarias y frigoríficos.
Fueron recibidos en establecimientos integrantes de los grupos CREA Cololó y Las Flores, donde verificaron que las industrias elaboradoras de pasta celulósica crearon una fuente de ingreso adicional para muchas empresas ganaderas orientales.
“En un establecimiento observamos más de 1000 hectáreas arrendadas a pasteras para producción forestal en el marco de un contrato de 20 años por el cual perciben 230 u$s/ha por año”, comenta Mariano D’ Amore, coordinador Comisión de ganadería CREA Sudoeste.
“Sin embargo, en algunas situaciones los contratos de arrendamiento, una vez cumplidos, no se renuevan porque es mucho más rentable –si se tiene el capital disponible– realizar una inversión propia en forestación”, añade.
También visitaron el Frigorífico San Jacinto (Canelones), que faena unas 900 cabezas por día y adquiere entre cuatro a seis jaulas por semana en el marco del programa “CarneCREA” desarrollado por FUCREA, la entidad que agrupa a los grupos CREA uruguayos.
El programa CarneCREA, vigente desde 2005, tiene acuerdos vigentes con varias empresas frigoríficas y está dirigido exclusivamente para empresas CREA. La Comisión de Integración, formada por empresarios de distintos grupos CREA y que reporta al Consejo Directivo de FUCREA, es la encargada de negociar los acuerdos con cada uno de los frigoríficos. Ambas partes establecen un marco de premios y castigos en función de diferentes parámetros de calidad de hacienda requeridos por los encargados de compra de las industrias.
Los industriales plantean cuáles son los animales que requieren y la Comisión de Integración considera el pedido a partir de las posibilidades y necesidades de los productores. Cada frigorífico que participa del programa se compromete a recibir un determinado volumen de hacienda de productores CREA y éstos, a su vez, por intermedio del equipo de CarneCREA, se comprometen a remitir ganado gordo en los plazos programados.
Todos los convenios se desarrollan en base a tablas de categorías definidas de acuerdo con atributos específicos de la media res que se evalúan en el proceso de faena. La combinación de distintos factores requeridos por la demanda genera diferentes niveles de bonificaciones o descuentos en el precio. Las tablas de comercialización para novillo, vaca gorda y vaquillona, que se adaptan a las necesidades de cada frigorífico, comprenden los criterios de peso de la carcasa, grado de engrasamiento, conformación y dentición. También se considera la proporción de hígados sanos.
Se toma como “precio base” el publicado semanalmente por el Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (INAC) para cada categoría en cuarta balanza (media res con dressing), a retirar del campo y con un plazo de pago de 45 días. El sistema busca ser tan sencillo como objetivo, de manera tal que no queden conceptos librados al criterio particular de ninguna de ambas partes. El sistema premia los ganados de buena calidad y castiga los de menor calidad; cada res es evaluada de manera individual y de esta forma el ganado bueno no subsidia al regular.
“La estabilidad presente en Uruguay permite que un ganadero pueda hacer un contrato de provisión de hacienda de corral a 90, 120 ó 200 días, con el cual puede luego ir a un banco a descontar el cheque con una tasa anual en dólares del orden del 3,5%”, señala Javier Lescano del CREA Renovales y presidente de la Mesa Ganadera de la región CREA Chaco Santiagueño.
“En cuanto a la compra de balanceado, existen empresas que financian a los productores con plazos de 120 días, lo que indica que si el empresario ganadero es factible de crédito puede hacer negocios sin capital circulante”, agrega.
El viaje resultó útil para interiorizarse sobre el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG) implementado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, cuya base es un sistema de trazabilidad bovina que en 2024 cumplió cincuenta años (conocido como DICOSE), el cual requiere una declaración jurada anual por medio de la cual es factible verificar la evolución del stock y permite hacer un seguimiento a través de un sistema de trazabilidad grupal obligatorio
En 2004 se creó el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), que es el sistema informático que digitalizó la base de datos analógica creada en 1974, lo que permitió georreferenciar todos los establecimientos ganaderos uruguayos.
El SNIG se instrumentó junto con un plan piloto de trazabilidad individual, con el cual se generó la base para la identificación obligatoria individual en bovinos que se implementó en 2006.
El costo de la caravana electrónica es asumido por el Estado nacional, que adquiere entre 2,5 a 3,0 millones de dispositivos por año para distribuirlas en forma gratuita a los productores por medio del Correo nacional. Las caravanas –que se envían en función del número de vacas con posibilidad de tener cría– son adquiridas en una licitación pública internacional. Si un productor pierde caravanas, debe reponerlas porque se trata de un bien público.
El costo que sí recae sobre el sector privado es la trazabilidad interna de las plantas frigoríficas a través de los dispositivos conocidos como “cajas negras”. El SNIG está vinculado con el sistema interno de cada planta de faena, de manera tal que cada productor puede ingresar a una plataforma con su clave personal para consultar el recorrido tanto de sus animales vivos como el rendimiento de las carcasas.
“El sistema de trazabilidad individual permite generar bonificaciones por las características presentes en cada ejemplar y la información al respecto puede ser verificada por cada productor desde su teléfono celular”, remarca Mariano D’ Amore.
Otra cuestión central es que el sistema permite hacer una identificación individual de cada ejemplar para poder segregarlos en función de las exigencias de los diferentes mercados. Por ejemplo: permite controlar los días de engorde a corral que tuvo cada individuo para verificar si se encuentran aptos para cuota-481 con destino a la Unión Europea.
Actualmente se encuentran trabajando en la digitalización total del sistema. El desafío más grande en ese sentido es la guía ganadera, que sigue siendo en papel, pero la meta es que pueda instrumentarse a través de un registro electrónico.
Por último, los referentes CREA se reunieron con un directivo del Instituto Nacional de Carnes (INAC), un organismo mixto (público/privado) que se sustenta con recursos provenientes de las exportaciones (con una alícuota del 0,6% de todas las exportaciones cárnicas) y que brinda, con actualización semanal, información muy detallada sobre faena, precios y comercialización de carnes y subproductos.
“En Uruguay la planificación de mediano y largo plazo es hace tiempo una realidad y nosotros deberíamos trabajar con esa meta en la Argentina”, resumió Javier Lescano.