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SUSCRIBITEDurante la década del ’90 el sector lechero irlandés atravesó una crisis y los integrantes de la cadena de valor comenzaron a analizar alternativas para poder mejorar la competitividad. Uno de los principales aspectos identificados en el proceso fue una baja fertilidad en el rodeo lechero, además de pocas lactancias por vaca.
Esa circunstancia se explicaba por un uso generalizado de genética proveniente de EE.UU., la cual, si bien resultaba óptima para los sistemas intensivos presentes en esa nación, no se ajustaba a los modelos de base pastoril irlandeses.
A partir de ese diagnóstico, los integrantes de la cadena se reunieron para alcanzar un acuerdo y conformar una entidad, Irish Cattle Breeding Federation (ICBF), que se encargaría de concentrar las evaluaciones genéticas de la mayor parte del rodeo lechero irlandés para poder generar un biotipo acorde a los sistemas productivos locales.
La sistematización de esa base de datos, junto con la posterior incorporación de las evaluaciones genómicas, permitieron que la lechería irlandesa se transforme en una de las más competitivas del mundo, algo que pudo expresarse sin restricciones luego de la eliminación de cuotas de producción de leche implementada por la Unión Europea a partir de 2015.
Para observar de primera mano cómo se gestiona esa gran fortaleza, los integrantes del CREA 9 de Julio viajaron recientemente hacia Irlanda para visitar a las entidades técnicas responsables de las mismas, así como a tambos que hacen un uso apropiado de esa información.
“Lo que ocurrió en Irlanda es un caso de éxito de colaboración público-privada, donde actores de la cadena lechera, con la ayuda del gobierno, crearon una herramienta que les permitió transformar una crisis en una oportunidad de crecimiento”, explica Marcos Peluffo, presidente del CREA 9 de Julio (región Oeste).
El ICBF está integrado por representantes de entidades de productores de leche y de carne, consignatarios, industrias y cooperativas lácteas, frigoríficos, una institución de investigación y desarrollo (Teagasc) y funcionarios nacionales del área de agricultura y ganadería de Irlanda. La entidad se financia tanto con fondos públicos como por una tasa que se aplica a las caravanas obligatorias, además de ingresos generados por prestar servicios a terceros.
La concentración de una gran base de datos con registros de la mayor parte del rodeo lechero permitió generar un indicador, denominado Economic Breeding Index (EBI), que sintetiza el valor genético de toros y vacas a partir de ocho criterios: producción de leche (con una ponderación del 32% en el indicador), fertilidad (25%), carcasa carnicera (10%), huella de carbono (10%), sanidad (8%), facilidad de parto (7%), manejo (4%) y mantenimiento (4%).
“El hecho de que la huella de carbono, que fue el último subíndice incorporado, tenga una ponderación del 10%, superior a sanidad o facilidad de parto, se explica porque los integrantes del sector vislumbran que las restricciones productivas presentes en otras naciones de la Unión Europea en algún momento llegarán a Irlanda”, comenta Matías White, asesor del CREA 9 de Julio.
La base de datos, que es de acceso público, permite visualizar con gran rapidez el EBI de cada toro, con sus respectivos subíndices, para así poder analizar si la genética de los diferentes ejemplares se adapta a las necesidades buscadas por el empresario lechero.
“Inicialmente, el foco estaba puesto en mejorar la fertilidad, mientras que posteriormente se focalizaron en otras variables; un dato interesante es que también consideran el largo de gestación en la selección: por cada día de vaca seca, se castiga el EBI del reproductor”, remarca Matías.
El indicador también privilegia la producción de sólidos por encima de los litros, así como la performance carnicera de los terneros, dado que se considera que las empresas tamberas deben ser proveedoras de carne para garantizar la sostenibilidad del sistema productivo en términos tanto económicos como ambientales.
“El desarrollo de la actividad de carne proveniente de rodeos lecheros es un avance clave, por lo que dedican una parte importante en investigación e inversión al respecto; entienden al negocio cárnico en los establecimientos lecheros como un componente importante del ingreso”, comenta el asesor CREA.
“Una década atrás alrededor del 60% de la carne provenía de rebaños de carne, mientras que en la actualidad esa proporción es inversa; aseguran que una de las ventajas de producir carne con ganado lechero es que reducen la huella de carbono del sistema”, añade.
Las ponderaciones contenidas en el EBI se actualizan cada dos años en función de las mejoras genéticas logradas y las que se busca incorporar con el propósito de privilegiar algunos atributos en desmedro de otros.
A partir de 2008 se comenzaron a realizar genotipados de todos las categorías integrantes de los rodeos lecheros con el propósito de comenzar a emplear test genómicos para acelerar, por medio de evaluaciones predictivas, el proceso de selección. Las evaluaciones genómicas son una herramienta muy útil para descartar toros con valores genómicos bajos, los cuales, en términos probabilísticos, tienen escasas chances de lograr indicadores aceptables en las pruebas de campo.
El ICBF cuenta con un servicio para tamberos y técnicos (Dairy HerdPlus) por medio del cual los datos del control lechero y de las evaluaciones genómicas se integran con otras bases de datos (como registros veterinarios y rendimientos en frigoríficos) para poder comparar diferentes indicadores de interés del propio tambo con los provenientes de la base de datos (gráfico 3). El costo anual del servicio ronda los 150 euros por año.
Mientras que en la década del ’90 la mayor parte del semen empleado provenía de EE.UU., actualmente el 90% del mismo se origina localmente en el marco del programa Gene Ireland.
Las exportaciones de lácteos de Irlanda en 2002 sumaron más de 6800 millones de euros, la mayor parte de las cuales se destinan a Reino Unido y la UE-27. Alrededor del 90% de la leche producida en el país tiene como destino el mercado externo.
Como la matriz agroindustrial del sector tiene un elevado valor agregado, los precios recibidos por los tamberos suelen ser elevados. Por ejemplo, la industria láctea Aurivo anunció un precio de compra para junio pasado de 40,9 centavos de euro por litro para leche con 3,4% de proteína y 4,2% de grasa, mientras que Kerry Group abonó 37,0 centavos por leche con una proporción del 3,3% y 3,6% de ambos componentes respectivamente.
“Los tambos en Irlanda hacen un aprovechamiento muy intensivo del pasto durante unos nueves meses al año, con raigrases que pueden durar una década, mientras que en el período invernal el ganado se encierra en galpones con muy buena infraestructura”, remarca Marcos.
“El hecho de haberse puesto todos de acuerdo, en un momento complicado, para generar una gran base de datos a partir de la cual lograron generar información que contribuyó a transformar su rodeo lechero para adaptarlo a las particulares condiciones de la isla, representa un logro enorme que ojalá podamos llegar a replicar en nuestro país”, concluye.