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SUSCRIBITEUn colectivo, 35 pasajeros y mil anécdotas en el viaje del CREA Carnerillo al Congreso CREA 2025, como parte de la numerosa delegación de la Región Centro.
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SUSCRIBITELa idea de viajar juntos al Congreso CREA 2025 comenzó como un chiste en una reunión del CREA Carnerillo, de la Región Centro. “¿Y si vamos en colectivo?”, lanzó José María Lovera, miembro del grupo. Al principio hubo dudas, pero “cuando me dicen que no, para mí es sí. Empecé a mandar mensajitos y fuimos sumando gente”, recordó.
En pocas semanas ya se habían anotado 23 personas. Sin embargo, los planes se complicaron a último momento. “La combi que queríamos era de 40, pero a una semana del Congreso nos avisan que no estaba disponible. Ahí dijimos: bueno, vamos por uno de 50. Y así apareció la oportunidad de invitar a pasantes, aspirantes y asesores. Terminamos siendo 35 en un micro doble piso”, contó.
La caravana salió el 17 de septiembre desde Río Cuarto y fue recogiendo pasajeros en distintas localidades. “En Carnerillo subieron seis integrantes más, en Dalmacio Vélez otros tantos, y en Villa María se sumaron otros diez. Yo iba anotando los DNI, y me sorprendió la diversidad, porque había desde adultos de 70 años hasta chicos de 16 que estaban viendo qué carrera seguir. Entonces dije: los de DNI menores de 30 millones van abajo, los más de 30 millones se van arriba”.
El trayecto incluyó una canasta comunitaria. “Hicimos un almuerzo compartido con salame, bondiola, queso, maní con chocolate, gaseosas y cerveza. La idea era no parar en el viaje. Uno cortaba el salame, otro servía el agua, los chicos ayudaban… ya empezábamos a conocernos de otra manera”.
Lo que parecía un viaje directo terminó en una escala impensada. “Uno dice: ‘ya que pasamos por Pilar, ¿por qué no visitamos el showroom de caballos de un miembro CREA?’ Al principio respondimos que no había tiempo, pero entre mensajito va y mensajito viene, a las siete de la tarde estábamos en las Lagunas del Polo, en Pilar, en el emprendimiento de Juan Cruz Magrini, de la empresa Los Pingos del Taita, que además tiene un centro de trasplante de embriones equinos. Hicimos un tour por las caballerizas, comimos un asado y la pasamos genial. Fue espectacular”.
La llegada a Buenos Aires tampoco fue sencilla. “Entrar con un micro enorme en pleno centro porteño fue toda una odisea. Los choferes hicieron 50 maniobras, ida, vuelta, marcha atrás… y mientras tanto todos opinaban. Pero lo lindo fue que nunca hubo una discusión. Fue un viaje donde todo se resolvió con humor. Al final me decían que yo era el coordinador de un viaje de egresados”.
La travesía del Carnerillo fue parte de una delegación numerosa, integrada por 150 personas de la Región Centro que participaron en Tecnópolis: miembros CREA, asesores, coordinadores de mesas técnicas (agrícola, ganadera, lechera, empresaria y de integración a la comunidad), equipo de coordinación, invitados institucionales y practicantes profesionales de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
“Lo valioso del Congreso es que no solo nos permite compartir como grupos y como región, sino también viajar en familia. Hubo familias enteras que vivieron juntas esta experiencia”, señaló Verónica Capiello, responsable de Comunicación de la zona.
La Región Centro tuvo una presencia muy activa en la agenda. Andrea Lardone CREA Alejandro Chaján, integró el panel “Sostenibilidad ambiental: herramientas y experiencias junto a CREA”, en el Espacios de Conexiones. Facundo Lagos y Ana Costa, del CREA Carnerillo, junto a Pía Bonamico, del CREA Ranqueles, participaron en el panel Empresas que inspiran. Por su parte, Fernando García, coordinador regional, moderó en el escenario 360º Aliados, mientras que Carlos Peñafort, su antecesor, condujo entrevistas en el auditorio central.
Los más jóvenes vivieron el encuentro con asombro. “Mis hijos vinieron con dos amigos y cuando vieron esa multitud dijeron: ¡wow! Ellos escuchan hablar de CREA en casa, pero vivirlo ahí es otra cosa. El valor de la red se siente distinto en vivo”, contó Lovera. Las charlas de Pablo Aimar, Rebeca Hwang y referentes históricos del Movimiento fueron sus favoritas y completaron una agenda diversa que abordó inteligencia artificial, sostenibilidad, liderazgo y el futuro de las empresas.
El Congreso dejó impresiones profundas en todos los niveles. “Fue una experiencia espectacular, donde interactuamos con personas increíbles”, sostuvo Iván Lee, presidente de grupo CREA Alejandro Chaján.
Para algunos, fue la primera vez. Martina Aizpeolea, coordinadora de la Mesa de Intercambio Ganadera, resumió su vivencia: “Lo empecé a vivir de una manera muy linda desde que lo organizamos para viajar. Con el CREA Carnerillo compartimos el colectivo y nos hicieron sentir parte”.
“Lo que más me quedó grabado de las disertaciones fue la importancia de las personas y el trabajo en equipo. La charla del médico Daniel López Rosetti sobre cuidarnos como personas fue excelente, y la de Pablo Aimar coronó todo, con el mensaje de confiar en tu equipo. Además, me llevé una idea muy fuerte: la inteligencia artificial lo va a hacer todo, menos la parte humana. Por eso el desafío es fortalecer lo emocional y darle valor a las relaciones humanas”, agregó.
Otros participantes aportaron la mirada de la experiencia acumulada. Oscar Satorre, asesor del CREA Huinca Renancó con 45 años en el Movimiento, recordó su primer Congreso en 1980 y comparó: “En ese momento todo el Movimiento CREA entraba en los salones del Hotel Provincial. Éramos pocos. En 2025 ocupamos Tecnópolis entera: 8.000 personas. Un congreso fantástico”.
“Lo que más rescato es que durante el evento se trasmitió una mirada hacia el Movimiento, hacia las redes, hacia los valores humanos. No fue un congreso de política o economía, fue para mostrar los valores de CREA”, consideró. En la misma línea, Lee consideró: “Los congresos siempre son disruptivos y este no fue la excepción, porque no se abarcan cuestiones técnicas, ni productivas ni meramente empresariales. Son cuestiones más blandas que impactan en las personas y que después también generan grandes impactos en las empresas”.
También hubo reflexiones sobre el diseño de las exposiciones. Eduardo Cravero, miembro del CREA Alejandro Chaján, destacó: “Me pareció genial que las experiencias CREA se contaran desde las gradas, a nivel del público. Sentir que el que habla es un par, de carne y hueso, que es posible. Y también homenajear a quienes, sin micrófono, hacen cosas maravillosas”.
El Congreso fue también una oportunidad para estrechar lazos de otra manera. “El after nos permitió conocernos desde otro lugar. Bailamos, nos divertimos y lo vivimos de manera sana y compartida”, resaltó Aizpeolea.
Al final, todos coincidieron en que la experiencia combinó lo profesional con lo humano. “Fue un viaje muy divertido, para afianzar vínculos y fortalecer al grupo. Quedamos todos chochos. Para el próximo Congreso CREA, nos organizamos de nuevo y seguro no será un colectivo, van a ser dos”, concluyó Lovera.