9 de febrero de 2025 en Buenos Aires

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Trigo 2024/25: un éxito que se transformó en un dolor de cabeza

La visión del negocio de Martín Biscaisaque, integrante del CREA San Manuel y presidente de Argentrigo.

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Por CREA Región Mar y Sierras | MYS

Cuando la oferta exportable de trigo es abundante, como la generada en el presente ciclo 2024/25, esa situación, lejos de tratarse de una buena noticia, constituye un problema porque Argentina debe regalar el cereal.

“Fue un buen año para el trigo argentino: se recuperó producción y pasamos de 15,1 millones de toneladas en 2023/24 a 18,6 millones en la última campaña. Sin embargo, no se puede decir lo mismo del negocio para el empresario agrícola argentino, porque no cierran las cuentas con los precios actuales”, comenta Martín Biscaisaque, integrante del CREA San Manuel (región Mar y Sierras) y presidente de Argentrigo.

“Si aumentamos la producción, tenemos que tener una estrategia comercial, porque de lo contrario terminamos con un trigo que tiene un precio apenas superior al de la cebada forrajera, lo que no tiene sentido, especialmente en una campaña en la cual la calidad panadera de las partidas cosechadas resultó elevada”, añade.

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Martín explica que, salvo en el caso de Brasil, en los mercados del norte de África estamos muy lejos y nuestros competidores allí –Rusia y Francia– están muy cerca. En los mercados asiáticos, como Indonesia y Vietnam, además de estar lejos para la Argentina, el país enfrenta la competencia del trigo segregado enviado por Australia, Canadá y EE.UU.

“Entonces, para poder colocar nuestra oferta exportable en esos destinos, tenemos que bajar los precios, porque de otra manera no seríamos competitivos; para poder llegar tenemos que rematar el trigo. Diferente sería el caso si estuviésemos posicionados como proveedores consistente de trigo de calidad, lo que no se pudo lograr debido a las constantes intervenciones gubernamentales registradas en las últimas décadas, que fueron muy perjudiciales”, apunta.

Por ejemplo: U.S. Wheat Associates (USW), entidad financiada tanto con aportes de los productores estadounidenses como por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), comercializa partidas segregadas de trigo con atributos diferenciadas de calidad en función de las distintas necesidades de los clientes.

Eso implica que EE.UU. no exportan trigo a granel, como es el caso de la Argentina, sino diferentes partidas obtenidas en regiones específicas con una denominación propia (Hard Red Winter, Soft White, etcétera), de manera tal que cada una, según la situación coyuntural del mercado, cuenta con un valor distinto.

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Atributos de calidad del trigo segregado estadounidense. Valores 2024 versus promedio histórico. U.S. Wheat Associates 

Atributos de calidad del trigo segregado estadounidense. Valores 2024 versus promedio histórico. U.S. Wheat Associates

“El trigo es un producto indispensable en la alimentación humana y ningún gobierno quiere estar descubierto al momento de definir el aprovisionamiento del cereal, por lo que busca proveedores confiables. Argentina, en ese sentido, está caracterizado como proveedor de ocasión, salvo en el caso de Brasil. Las 18 millones de toneladas de trigo son muy lindas como título, pero sin una estrategia comercial pasan a ser un dolor de cabeza para el productor”, remarca el presidente de Argentrigo.

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Precios FOB de exportación de trigo argentino versus dos variantes de trigo segregado estadounidense. International Grains Council

Precios FOB de exportación de trigo argentino versus dos variantes de trigo segregado estadounidense. International Grains Council

“En algún momento habrá que empezar a diseñar una estrategia comercial para intentar agrandar la torta del negocio, aunque no se trata de una tarea fácil porque, para llegar a eso, todos los sectores deben estar de acuerdo y poner el hombro”, agrega.

Martín indicó que el negocio agrícola depende cada vez más de ser eficiente a nivel de lote en un contexto creciente de costos en dólares, lo que representa un desafío. En ese sentido, dijo que, si bien el régimen de rebaja temporaria de derechos de exportación vigente para el primer semestre de 2025 representa una buena noticia, debería aclararse si el mismo seguirá en el segundo semestre para que los precios futuros del trigo 2025/26 puedan incorporar esa información clave al momento de planificar la próxima campaña. En el caso de los cereales, la alícuota pasó del 12% al 9,5%.

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Martín Biscaisaque

Martín Biscaisaque

“Es importante, para la nueva campaña (2025/26), que haya claridad en las políticas, porque no es lo mismo para la formación del precio del trigo nuevo que el régimen de rebaja de derechos de exportación finalice en junio próximo que el hecho de que pueda continuar en el segundo semestre del año”, comenta.

“En la campaña 2025/26 no tenemos –como sucedía antes– la incertidumbre con los precios de los insumos, pero con costos tan elevados el negocio necesita precios acordes, para lo cual sería necesario conocer con anticipación suficiente cómo será el esquema tributario al momento de definir los valores del cereal de la nueva campaña”, resumió.

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