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SUSCRIBITETrabajos recientes sobre intensificación y sostenibilidad en sistemas productivos lecheros de Uruguay.
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SUSCRIBITELos sistemas lecheros de base pastoril vienen registrando en los últimos años un proceso de intensificación que no siempre es acompañado por evidencia que valide las acciones instrumentadas.
Para analizar el conocimiento disponible en la materia, los integrantes de la Mesa Técnica Lechera de CREA esta semana –en el ámbito de la reunión mensual realizada en formato virtual– convocaron a investigadores uruguayos que tienen como foco de su trabajo la intensificación sostenible.
Un trabajo realizado por las facultades de Veterinaria y Agronomía de la Universidad de la República comparó durante dos años tres sistemas lecheros: cama caliente (100% estabulado en compost) y dos sistemas pastoriles con 2,5 vaca/ha con acceso a cama caliente o bien a cielo abierto. Un trabajo de dos años.
“Las vacas, cuando no estaban pastoreando, podían quedar a cielo abierto con sombra y plena disponibilidad de agua o bien ingresar al módulo de cama caliente”, explicó Pablo Chilibroste, docente e investigador de las facultades de Veterinaria y Agronomía de la Universidad de la República de Uruguay.
Los sistemas pastoriles no se diferenciaron en materia de productividad en dos campañas climáticamente normales que no experimentaron grandes complicaciones. El sistema estabulado, en tanto, duplicó la producción con respecto a los pastoriles, pero al final del día, luego de haber realizado una gran inversión de capital, generó una renta menor.
Resultados productivos y económicos de los tratamientos ACA-DTM (alto control ambiental y dieta total mezclada), ACA-DPM (alto control ambiental y dieta parcial mezclada) y BCA-DPM (bajo control ambiental y dieta parcial mezclada). Se muestra el modelo promedio típico en Uruguay. Fuente: Performance of Autumn and Spring Calving Holstein Dairy Cows with Different Levels of Environmental Exposure and Feeding Strategies (2023)
Chilibroste mostró otro trabajo instrumentado con 32 vacas en ordeñe durante 215 días sobre una pastura de festuca con dos manejos diferentes del pastoreo: a una altura de remanente de 5-7 centímetros (lo habitual) y otra con un remanente de 12-15 centímetros.
“Las vacas con un sistema laxo (12-15 cm) lograron unos dos kilos más de consumo de pasto y lo más interesante es que no hubo sustitución, es decir, ambos grupos consumieron cantidades equivalentes de la dieta mezclada, por lo que mejoró el consumo total y eso promovió una mayor producción de leche”, comentó.
Resultados productivos de dos tratamientos de gestión del pastoreo con oferta de dieta mezclada sin restricciones. Fuente. Effects of postgrazing sward height on individual and per-hectare milk production of supplemented high-producing dairy cows (2025)
No hubo diferencias significativas en sólidos en leche entre ambos grupos. Otro dato relevante es cómo evolucionó la condición corporal, dado que en el sistema más laxo comenzó con anterioridad la recuperación de las vacas.
La productividad del grupo con pastoreo laxo fue menor, pero con un consumo de concentrado 30% inferior al registrado en el grupo de control, que fue el modelo que registró el mayor margen económico en el período evaluado.
Resultados productivos y económicos de dos tratamientos de gestión del pastoreo con oferta de dieta mezclada sin restricciones. Fuente. Effects of postgrazing sward height on individual and per-hectare milk production of supplemented high-producing dairy cows (2025)
Por su parte, las investigadoras Catalina Rivor y Graciana Rodríguez Mendina presentaron un trabajo reciente sobre alimentación diferencial en los primeros 21 días posparto. El experimento se instrumentó durante un año en dos estaciones de parto y comprendió 66 vacas multíparas y primíparas.
El mismo consistió en dos tratamientos: T0 que simula el sistema convencional en Uruguay, donde a la vaca luego del parto se le ofrece una alimentación mixta integrada por un turno de pastoreo por la mañana y un turno de suplementación por la tarde. En la primera instancia se ofreció forraje por 26 a 27 kg.MS/vaca/día y en la suplementación la misma comprendió 13 kg.MS/vaca/día con una ración compuesta en un 57-60% por concentrado, 30-25% por silaje de maíz, 12-14% silaje de sorgo y 0,4-2% heno de moha (con un tenor proteico medio del orden de 14,4% y un FDN del 37,1% aproximadamente)
El otro tratamiento (T21) comprendía 21 días de encierro postparto estratégico y se le ofreció una dieta total mezclada ad infinitum. Entre el día 22 y el 60 las vacas comenzaban a ser gestionadas con el tratamiento T0. En el encierre se ofertó 29 kg.MS/día/vaca con una ración integrada en un 54% de concentrado, 40% de silaje de maíz y 6% de heno de moha. En términos nutricionales, contenía un tenor proteico del 17,5% con un FDN del 36,0% y un FDA del 7,7%.
En los primeros 21 días las vacas multíparas que estuvieron encerradas produjeron 6,1 litros/día más, lo que se explica tanto por el mayor consumo como por el menor consumo energético del animal. A partir del día 22, las vacas obtuvieron respuestas residuales de 1,5 litro/día más respecto de los animales que no fueron encerrados.
Producción de leche en vacas multíparas. Fuente: Contrasting feeding management in the first 21 days postpartum in Holstein dairy cows: direct and residual milk responses (2025)
“En lo que respecta a las primíparas, en cambio, no se observaron diferencias significativas en los primeros 21 días de tratamiento intensivo postparto”, señalaron las investigadoras.
En cuanto a la composición de la leche, en los primeros 21 días postparto las vacas que estuvieron encerradas generaron leche con una mayor producción de sólidos y a partir del día 22 las vacas que provenían del sistema intensivo mantuvieron un mayor porcentaje de proteína.
Composición de la leche según grupo de tratamientos. Fuente: Contrasting feeding management in the first 21 days postpartum in Holstein dairy cows: direct and residual milk responses (2025)