La calidad de un vino varía según las prácticas culturales que se realicen en un viñedo, las cuales también impactan en la productividad por lograr.
25 de agosto de 2024 en Buenos Aires
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SUSCRIBITELa calidad de un vino varía según las prácticas culturales que se realicen en un viñedo, las cuales también impactan en la productividad por lograr.
Finca Decero, empresa integrante del CREA Aconcagua (región Valles Cordilleranos), realizó un experimento en un viñedo comercial de Agrelo, Luján de Cuyo (Mendoza), de la variedad Cabernet Sauvignon, a través del cual instrumentó en la temporada 2020/21 diferentes podas, desbrotes en el cordón y raleo de racimos para luego vinificar de manera separada las diferentes partidas y evaluarlas mediante una degustación a ciegas por un panel entrenado.
Se realizaron dos tipos de poda, siempre en cordón pitoneado, variando cada una en el número de yemas por pitón, a dos yemas (testigo y tratamiento 1) y a una yema (tratamiento 2).
Con respecto al desbrote en el cordón, en el testigo y en tratamiento 1 se dejaron dos brotes por pitón, mientras que en el tratamiento 2 se dejó un solo brote por pitón. En tanto, en el raleo se dejó un racimo por brote en el tratamiento 1 y no se raleó en el testigo y ni en el tratamiento 2.
El tratamiento 2 presentó menor número de sarmientos por planta, mientras que el testigo produjo menor peso de poda por planta. Como se prevería, el mayor peso de brote se encontró en el tratamiento 2, así como también el menor número de yemas dejadas en la poda.
Al momento de cosecha los tres tratamientos poseían similares niveles de Brix, al igual que pH, mientras que se registraron diferencias en la acidez total, el índice de polifenoles totales (IPT) y los antocianos, siendo el testigo el que menor cantidad tuvo de estos últimos tres factores.
El testigo logró un rendimiento de 6728 kg/ha, mientras que en el caso del tratamiento 1 y 2 el rinde logrado fue de 5009 y 4583 kg/ha respectivamente. Al analizar el índice de Ravaz, que determina la relación entre el crecimiento vegetativo y la producción de fruta, se observó que el indicador estuvo equilibrado en el testigo (4,9), mientras que los dos tratamientos tuvieron una baja producción respecto al vigor medido (ninguno superó el nivel de 2,3).
Para determinar la aptitud enológica de los tratamientos, se realizó cosecha separada y posterior microvinificación para culminar con una degustación a ciegas. No hubo diferencias significativas en lo que respecta a vista, olfato y gusto, aunque sí se detectó una mejora del factor equilibrio en el vino obtenido a partir del tratamiento 2.
Vale recordar que un vino equilibrado es aquel en el que todas las sensaciones organolépticas se encuentra en un mismo nivel, de manera tal que ni la acidez, astringencia o el dulzor prevalecen una por sobre otra.
El experimento fue coordinado por Matías Cano, gerente de viñedos en Finca Decero, elaboradora de los vinos de alta gama Decero Amano, Decero Signature y The Owl & The Dust Devil.