El cambio de reglas de juego registrado de manera abrupta con el cambio de gobierno hizo que en apenas cuestión de meses la lógica detrás de decisiones empresarias clave quedará en muchos casos desactualizada.
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SUSCRIBITEUna guía metodológica para analizar la conveniencia o no de precancelar un crédito con tasas de interés desarbitradas en la actual coyuntura.
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SUSCRIBITEEl cambio de reglas de juego registrado de manera abrupta con el cambio de gobierno hizo que en apenas cuestión de meses la lógica detrás de decisiones empresarias clave quedará en muchos casos desactualizada.
Uno de tales aspectos es el financiero, dado que la abrupta baja de tasas de interés de referencia –fenómeno que se prevé que se consolide en los próximo meses– hizo que algunos créditos tomados con la lógica del esquema macroeconómico anterior quedaran desarbitrados en la actual coyuntura económica.
En ese marco, Hernán Satorre, economista y asesor del CREA Herrera Vega-Pehuajó, explicó, durante un taller en formato virtual organizado por las regiones CREA Oeste y Sudeste, cuál es la metodología que debe emplearse para evaluar la conveniencia o no de precancelar créditos con tasas de interés no ajustadas a las actuales circunstancias macroeconómicas.
Las tres variables por considerar en dicha metodología son el costo del crédito, la temporalidad (créditos con un mayor número de años pendientes pueden acumular más intereses a lo largo del tiempo) y el flujo de pagos previstos.
Los pasos a seguir para realizar la evaluación son, en primera instancia, determinar el flujo de “pagos total” para luego segregar aquellos correspondientes de los intereses respecto de los propios de la amortización del capital. Luego se deben descontar los flujos de fondos, es decir, actualizar por inflación proyectada los flujos futuros a valor presente. El último paso consiste en calcular la proporción de intereses sobre el pago total por realizar en el período en cuestión.
“La tasa del flujo de fondos debe descontarse a la tasa equivalente a la del financiamiento por obtener para precancelar créditos existentes. En la actual coyuntura, eso es factible analizar con créditos en dólares con tasas anuales del orden del 2-3%”, explicó Hernán.
Para poder emparejar y hacer comparable la situaciones por evaluar, se emplea una fórmula de paridad de tasas que permite equiparar una tasa en dólar con otra equivalente en pesos.
“Aquellos créditos que tengan las proporciones más altas de interés son los que hay que precancelar en primera instancia. Mientras más elevada sea la proporción de los intereses sobre el total por cancelar, mayor será la elegibilidad de precancelación”, apuntó el economista.
“Las tasas de los créditos no necesariamente se correlacionan de manera directa con los casos más elegibles porque en el cálculo también incide la temporalidad de los préstamos y el sistema de amortización del mismo”, añadió.
Una vez detectados los créditos más elegibles, lo que se hace es analizar caso por caso para evaluar si el crédito ofrecido (en la actual coyuntura uno en dólares) es más conveniente que el vigente (uno en pesos tomado meses atrás con una tasa desarbitrada).
“Para estimar la inflación, lo correcto es hacerlo a partir de la expectativa de la variación de precios de los bienes y servicios empleados por la empresa y no por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec”, remarcó.
A través de un ejemplo práctico, el asesor CREA mostró que existen condiciones para poder lograr importantes ahorros al arbitrar créditos en dólares con préstamos en pesos que cuentan con tasas de interés que no resultan óptimas en el actual escenario. También se analizó la posibilidad de emplear reservas propias de moneda extranjera para precancelar créditos en pesos.
“Es importante aclarar que no existe una regla general al respecto: cada empresario debe hacer un análisis particular de su situación para evaluar qué conviene hacer”, advirtió Hernán.
Por último, mencionó que en la evaluación por realizar no debe dejar de tenerse en cuenta el impacto en la liquidez de una operación de precancelación de créditos, dado que la misma no debe comprometer la capacidad de la empresa para cubrir sus obligaciones diarias.
En la misma línea, el análisis debe ser complementado con oportunidades de inversión disponibles que permitan comparar el beneficio de precancelar un crédito versus el de utilizar los fondos tomados o propios en oportunidades de inversión que puedan generar un retorno esperado mayor.