Las principales variables macroeconómicas comenzaron 2025 mayormente manteniendo el sendero positivo que venían mostrando desde que se logró contener la corrida cambiaria de mediados de julio.
7 de febrero de 2025 en Buenos Aires
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SUSCRIBITELos bajos precios internacionales de la soja junto con la apreciación del tipo de cambio hizo que los valores internos de la oleaginosa cayeran a niveles presentes en 2017 y 2015.
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SUSCRIBITELas principales variables macroeconómicas comenzaron 2025 mayormente manteniendo el sendero positivo que venían mostrando desde que se logró contener la corrida cambiaria de mediados de julio.
“En efecto, la inflación de diciembre (2,7% mensual) fue similar a la de noviembre pese a que se trata de un mes donde estacionalmente la variación de los precios suele ser mayor. A su vez, el resultado fiscal del último mes del año permitió al gobierno nacional cerrar 2024 con un superávit financiero de 0,3% del PBI frente a un déficit financiero de 5,9% del PBI en 2023”, señala el último Informe Macroeconómico de CREA.
La actividad económica y los salarios recuperan valores previos a la devaluación de diciembre de 2024. En octubre pasado, el Estimador Mensual de Actividad (EMAE) se ubicó próximo a los niveles de noviembre de 2023 y el poder adquisitivo de los asalariados formales también se recuperó, aunque los trabajadores informales y públicos continúan rezagados.
“El saldo negativo del programa, y el riesgo a futuro, fue la fuerte apreciación del tipo de cambio registrada principalmente en los primeros meses donde el dólar corría al 2% mensual y la inflación superaba cómodamente los dos dígitos”, apunta el informe.
El tipo de cambio real hoy se encuentra en niveles similares a los presentes durante la década del ’90, cuando –vale recordar– la presión tributaria nacional era siete puntos del PBI inferior a la vigente en promedio durante la última década.
“La combinación entre el éxito en materia fiscal y la apreciación del tipo de cambio lleva a poner el foco en la agenda de reformas microeconómicas necesarias para sostener o aumentar la competitividad, donde resaltan las reformas que se implementan a través del Congreso de la Nación y del Ministerio de Desregulación, pero también resulta clave la baja de impuestos. En ese sentido, el elefante en el salón son los derechos de exportación”, remarca el informe de CREA.
Si bien los derechos de exportación tienen efectos sumamente perjudiciales en cualquier coyuntura, momentos de precios o tipo de cambio altos logran disimular los problemas promovidos por ese tributo distorsivo.
Los precios en dólares de la soja y el maíz cayeron 20% y 8% desde diciembre de 2023 y son los más bajos desde la pandemia medidos en moneda constante. Esa coyuntura, combinada con una importante apreciación del tipo de cambio, hizo que los precios internos de la soja, medidos en pesos constantes, cayeran al nivel más bajo desde 2017 y 2015, ambos momentos muy complejos para el sector agrícola argentino.
Si bien el valor de la soja a precios constantes aún no alcanzó los mínimos registrados en las últimas décadas, todo indica que ese fenómeno tendería a consolidarse con la reducción del 50% de la tasa de devaluación programada del tipo de cambio oficial a partir de febrero próximo, que pasará del actual 2% al 1% mensual.
“Probablemente, esa decisión implicará una apreciación adicional del tipo de cambio hasta que la variación de los precios internos (inflación) converja nuevamente al ritmo de devaluación del crawling peg”, apunta el informe.
“En suma, los bajos precios internacionales, la progresiva apreciación del tipo de cambio, que probablemente continuará en 2025, y la amenaza del clima que ya comienza a ajustar las previsiones de rendimientos agrícolas a la baja, vuelve urgente enfocarse en las mejoras de la microeconomía de las actividades agroindustriales, con la eliminación de los derechos de exportación como primera prioridad”, resume.
El área de Economía de CREA estima que entre 2002 y 2024 los derechos de exportación extrajeron más de 170.000 millones de dólares a las empresas agrícolas argentinas.
“Los derechos de exportación impactan en el corto plazo sobre la rentabilidad económica y en el mediano y largo plazo sobre la capacidad de inversión, innovación y eficiencia en la utilización de recursos y capital”, asegura CREA.
Para mayor información sobre el último Informe Macroeconómico de CREA, ver aquí.