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SUSCRIBITELa novena edición de Así son los suelos de mi país volvió a demostrar que la educación, cuando se articula con ciencia, territorio y comunidad, es capaz de generar una transformación profunda.
Así son los suelos de mi país 2025
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SUSCRIBITEEste año, se inscribieron 95 escuelas de todo el país, y participaron docentes, estudiantes, familias, técnicos y productores CREA. Así son los suelos de mi país se consolida año tras año como iniciativa de vanguardia que une educación e integración a la comunidad, acerca a los jóvenes a la investigación del suelo y al conocimiento de su propio territorio.
Así son los suelos de mi país es un programa educativo de CREA que cuenta con el apoyo técnico de INTA, AACS y FAO. Con la convicción de que la educación tiene un poder transformador, la iniciativa busca sensibilizar a estudiantes de nivel inicial, primario y secundario sobre el cuidado del ambiente. Lo hace a través de la investigación científica y el trabajo colaborativo entre estudiantes, docentes, equipos directivos, empresarios CREA y técnicos especialistas, generando experiencias que integran conocimiento, territorio y conciencia ambiental.
Más allá de lo técnico, el proyecto funciona como un puente: conecta a la escuela con su comunidad y a los estudiantes con una mirada más profunda sobre su territorio.
Una de las particularidades del programa es la dimensión humana que genera. Los estudiantes no solo aprenden conceptos científicos: descubren que su trabajo tiene valor real, que puede ser compartido con otros y genera impacto comunitario.
“Siempre son valiosas este tipo de iniciativas. Estar a veces en el laboratorio, a veces en el campo, a veces en la computadora… son muchas actividades diferentes que enriquecen la experiencia y el aprendizaje”, comenta la docente Florencia Varela del Instituto Amadeo Jacques de Quemú Quemú, La Pampa.
“En la puesta en práctica del proyecto educativo institucional “El suelo como fuente de vida” se concientizó y se enseñó a valorar el cuidado del suelo a partir de la implementación de una huerta para la adquisición de verduras frescas donde se implementaron reglas sobre la concientización del cuidado del suelo, conociendo antes los diferentes tipos de suelo en la zona, como están formados, distinguiendo cuales son aptos y cuales no.
Los alumnos disfrutaron las actividades propuestas (...) y se propusieron en el próximo periodo lectivo dar charlas de concientización en las diferentes escuelas del departamento de Rosario de la Frontera”, explica la docente Susana Chávez de la escuela N° 4103 “Dr. Luis Güemes” del Paraje Arenal, Salta.
Para muchos jóvenes, esta experiencia representa la primera vez que exponen un proyecto frente a autoridades locales, productores o familias. Y esa instancia, a menudo, modifica su proyección personal: les permite verse a sí mismos como protagonistas del desarrollo local.
Priscila Romero, estudiante de 6to año del CFR Las Colinas, Santo Tomé, Corrientes, lo vivió así : “Para mi fue un proyecto de mucho aprendizaje. Aprendí a solucionar los diferentes inconvenientes que se van presentando; aprendí sobre compañerismo. Y me dio mucha seguridad para enfrentarme a nuevos desafíos”.
El impacto comunitario de la novena edición fue especialmente visible este año. Varias escuelas organizaron charlas abiertas, encuentros con productores CREA, jornadas ambientales y exposiciones públicas. Algunas instituciones presentaron sus análisis ante la municipalidad, proponiendo medidas para mejorar el uso del suelo en la región o compartir información con áreas ambientales.
“Más allá de la premiación, ‘Así son los suelos de mi país’ nos dio la oportunidad —gracias a la invitación de CREA— de trabajar de manera verdaderamente interdisciplinaria, con docentes y estudiantes de 5.º y 6.º año involucrados en un ensayo experimental que les permitió conocer y valorar el recurso suelo; los alumnos aprendieron a trabajar en equipo, a escucharse, tomar decisiones, recolectar e interpretar datos, poner a prueba sus hipótesis y arribar a conclusiones, siempre acompañados por el asesoramiento técnico de un tutor del INTA, lo que convirtió la experiencia en un aprendizaje profundo y significativo”, asegura la docente Ángela Kramer del CFR Las Colinas, Santo Tomé, Corrientes, quienes obtuvieron una distinción por su proyecto “El secreto está en el suelo: Jóvenes del campo que investigan, aprenden y producen cuidando la tierra que los alimenta.
El programa también impulsó nuevas alianzas con actores locales: municipios, cooperativas, empresas agropecuarias, organismos técnicos y universidades colaboraron en diversas instancias, fortaleciendo el entramado territorial.
CREA desempeña un papel fundamental en la consolidación de esta iniciativa. Desde su enfoque de trabajo colaborativo y su presencia en todo el país, el movimiento acompaña a las escuelas con material, articulaciones, acompañamiento y difusión.
“Para los productores CREA representa una oportunidad de compartir conocimiento, fortalecer su compromiso con la comunidad y mostrar cómo se trabaja de manera responsable y sostenible”, destaca Sandra Herrero, miembro CREA de la región SUO y tutora del proyecto destacado “Dime qué agua tienes, y te diré cómo usarla“ de la E.E.S.A Nº1 "Ezequiel Martinez Estrada", localidad de Goyena, Buenos Aires.
Así, el programa conecta a grupos CREA con instituciones educativas, genera experiencias conjuntas y promueve un trabajo territorial donde aprender juntos se convierte en una cultura compartida.
“Acompañar a una escuela rural plurigrado de Lértora fue una experiencia profundamente inspiradora: con pocos recursos y frente a desafíos como el clima, las maestras y los chicos construyeron un proyecto colectivo que refleja el enorme compromiso y la vocación transformadora de la educación rural”, menciona Margarita Eyherabide, miembro CREA de la región OAR y tutora del proyecto destacado “Un granito de tierra hace la diferencia” de la escuela Juan José Paso, Paraje Lértora, Trenque Lauquen.
El próximo año será una edición muy especial: Así son los suelos de mi país cumple 10 años. El desafío será ampliar la red, fortalecer vínculos con instituciones del sector y promover nuevos proyectos que integren educación, producción y sostenibilidad.
Año tras año se fortalece como movimiento educativo y territorial que pone en valor el conocimiento local, la curiosidad de los estudiantes y la importancia del suelo como recurso vital.
Con cada edición que pasa, queda demostrado que cuando la escuela se abre al territorio y se vincula con otros actores locales, la comunidad se fortalece; y cuando la educación se conecta con el ambiente, los jóvenes encuentran un motivo para aprender y construir futuro.
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