El equipo técnico de las área de Economía y Ganadería de CREA presentó las proyecciones de precios de la hacienda para el segundo semestre de 2025. Se trata de un insumo clave para poder modelizar márgenes de la ganadería argentina en lo que queda del presente año.
El fundamento del análisis se realizó a partir de un escenario base considerado como el de mayor probabilidad de ocurrencia, que contempla una estabilización de la inflación con un ajuste alcista en el último bimestre del año, además de un moderado y progresivo aumento del tipo de cambio nominal, que terminaría en poco más de 1300 $/u$s a fines de 2025.
“La estacionalidad para la categoría de novillo de consumo muestra variaciones positivas en los primeros meses del año”, comentó hoy Pilar Sayaguez del área de Economía y Ganadería de CREA durante una presentación realizada en formato virtual.
El precio nominal promedio del novillo de hasta 390 kilos de peso, en tal proyección, se mantendría estable en los próximos meses para finalizar el año en torno a los 3500 $/kg, aunque medido en dólares registraría una caída.
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Los técnicos del área de Ganadería de CREA realizaron la misma proyección para las categorías ternero, novillito de invernada y novillo de exportación, las cuales muestran, en el marco de los supuestos considerados, una perspectiva de mayor recuperación (ver documento).
Gracias a las buenas relaciones insumo/producto, las proyecciones de márgenes brutos de corral de terminación e invernada pastoril siguen siendo favorables, aunque con utilidades proyectadas que tienden a decrecer en un negocio que requiere una importante inversión de capital.
“El corral de terminación de animales pesados se presenta como el negocio más estable, mientras que la invernada con terminación tiene el mejor margen individual proyectado”, remarcó Lara Botham del área de Ganadería de CREA.
Los técnicos además actualizaron los indicadores clave del negocio ganadero, que muestran una oferta sostenida de carne vacuna con valores acumulados en lo que va del año levemente por encima del promedio de la última década, la cual es absorbida en su mayor parte por un consumo interno que se mantiene firme y una demanda exportadora que, si bien ha perdido participación relativa en el último año, logró incrementar su facturación gracias a la recuperación de los precios internacionales del producto.