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SUSCRIBITERecomendaciones sobre el diseño de maíz temprano realizadas por Adrián Rovea, asesor del CREA Teodelina, en una jornada organizada por la región Sur de Santa Fe.
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SUSCRIBITELa perspectiva de una campaña 2024/25 con una fase ENSO “La Niña” –que suele promover lluvias menores a las normales en la zona pampeana argentina– junto con el problema generado por la expansión territorial de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz), insecto vector de Spiroplasma, representa un desafío enorme al momento de planificar la próxima campaña de maíz.
“Hemos visto algo de daño de Spiroplasma en nuestra región, pero con baja incidencia, aunque no sabemos cómo va a evolucionar la población de la chicharrita durante el invierno”, indicó Adrián Rovea, asesor del CREA Teodelina, durante una jornada agrícola organizada por la región CREA Sur de Santa Fe en la Sociedad Rural de Venado Tuerto.
El asesor CREA señaló que una medida defensiva en la nueva campaña maicera puede consistir en reducir la densidad de siembra, dado que la genética disponible permite emplear un menor volumen de semillas sin resignar rendimiento.
Ensayos realizados en el ciclo 2022/23 (fase ENSO “La Niña”) muestran en la región Sur de Santa Fe que es factible reducir la densidad en hasta 50.000 semillas/ha sin perder potencial de rendimiento.
“En el ciclo 2023/24, con un mejor régimen hídrico, también registramos rendimientos elevados con bajas densidades, pero para lograr eso es indispensable que el cultivo esté muy bien nutrido; con pocas plantas se pueden lograr altos rendimientos si el diseño de la fertilización es el adecuado”, remarcó.
“No tengan miedo en bajar la densidad, pero es importante balancear muy bien la nutrición no sólo con nitrógeno y fósforo, sino también con azufre y zinc, que además de mejorar la eficiencia del uso de nitrógeno producen plantas más verdes que contribuyen a evitar ataques de chicharritas (dado que el insecto tiene preferencia por plantas amarillentas afectadas por Spiroplasma)”, explicó.
Adrián también resaltó la importancia de fertilizar con nitrógeno incorporado para asegurar que el cultivo reciba una adecuada nutrición, además de no escatimar aplicaciones con fungicidas que suelen tener un elevado retorno de la inversión.
En lo que respecta a la fecha de siembra, el asesor CREA recomendó no apurarse para evitar eventuales problemas con la aparición de heladas en el primer tramo del mes de septiembre. “Un maíz que nace mal arranca con varios puntos abajo; a partir del 20 de septiembre se reduce de manera notable el riesgo de heladas”, aconsejó.
El panel además conto con aportes realizados por María Elena Otegui, investigadora del INTA Pergamino y del CONICET/Fauba, y Guillermo Martin, asesor del CREA La Calandria.